19- LO VAMOS A EVITAR
¡ LO VAMOS A EVITAR !
Era la muerte de un amigo, era después de su entierro; en
esa noche, dormía profundamente, en el sueño le leía este recital, justo
cuando con tierra lo cubrían…
Me desperté abrupta mente, y lo transcribí
¡Tal como aquí
está,
escrito en el sueño
¡
|
Desesperados
hacemos poemas
a
la despedida de una vida…
…para
oponernos a lo inevitable…
..cantándole
a lo que no comprendemos.
Son
esfuerzos titánicos,
en
una lucha desigual,
donde
no tenemos experiencia,
ni
nada podremos lograr.
Es
un amigo que se va,
le
cantamos a su retirada.
Nada
puede hacerse…
Son
momentos incomprensibles,
donde
no tenemos vuelta atrás…
Vemos
con horror,
como
una vida se deshace
y
todo su contenido se esfuma,
otras
surgiendo de la nada, la reemplazan,
el
proceso así continúa…
¡No
lo podemos detener!
¡Es
la Naturaleza!
que
solo nos mide inexorablemente,
con
su inflexible tiempo,
¡rigurosamente
… indeteniblemente!
Igual
para todos,
¡implacablemente!
Sin
anunciar el final.
¡Impotentes
lloramos!
Afligidos
nos estremecemos y temblamos,
frente
a una realidad
que no podemos asimilar.
Es
el afecto y el pensar…
son esas virtudes humanas…
lo
que nos golpea sin piedad…
Son
siglos de evolución,
con
tanto esfuerzo construido,
condensados
en el amigo que se vá.
Resumimos en ese instante
toda
la trayectoria de su vida
y
en esos minutos extremos
sintetizamos
su existencia en preguntas,
¡preguntas
sin respuestas!
¿será
el gran saber de la naturaleza?
¿o
será su gran error?
¿será
nuestra necesidad?
¿o
será la de ella?
¿será
todo casualidad?...
¡Ninguna
respuesta nos satisface!
Agitados y perplejos reflexionamos,
lo
que hubiera sido posible,
lo
que hubiera sido preferible
en
esta inmensidad del cosmo.
Nos
resignamos…
Claudicamos…
esperamos …. y esperamos,
una
larga espera, sin ninguna señal,
aún
así, luchamos ferozmente aferrados a la vida
¡La
Naturaleza es nuestra contrincante!
Los
que nos quedamos…
¡continuamos!
y
con mentiras nos conformamos
como
un alivio pasajero
¡es
para reconfortarnos!
¡Respiramos
profundamente!
Surge
la idea del creador.
Retumban
en nuestra mente palabras aprendidas
“que
sea lo que él ordene”
pero
de inmediato rechazamos
¡semejante
atrocidad!
Y
a gritos exclamamos:
¡LO
VAMOS A EVITAR!
JESUS
RIQUELME SENRA
27/06/2005