81-EL GRITO PRIMARIO DE LA HUMANIDAD



EL GRITO PRIMARIO DE LA HUMANIDAD


Abrimos los ojos por primera vez….
y aparece un mundo impresionante,
lleno de luces, sonidos y movimientos.
Comenzamos almacenar progresivamente los recuerdos…
…recuerdos que van creando un yo abstracto
Que se apropia de la vida al tener conciencia de ella,
sin entender ni admitir que es un evento casuístico,
casuístico totalmente y ajeno a ese yo.


Como incipientes niños inexpertos,
pintamos ese globo con nuestros colores…
…colores que vamos adquiriendo al vivir,
aprendiéndolos a interpretar como nos enseñaron,
fueron las circunstancias externas que influyeron en su captación.
El ciclo prosigue repetidamente.


Logramos penetrar en el escenario de lo infinitamente pequeño,
inapreciable, imposible de manejar ni entender…,
… y en lo mas diminuto aún
… casi invisible… casi inexistente,
pero nos detiene esa barrera impenetrable…
¡LA ESCALA!


Divisamos también lo inmensamente grande y lejano…
imposible nos resulta abordar eso confines del universo.
Impedido quedamos de ver más allá de lo inconmensurable.
¡Nuestro espacio está restringido por una insignificante escala!


Eternamente formulamos preguntas sin obtener respuestas.
¿Qué sigue después de lo infinitesimal?
¡No aceptamos la mínima partícula constituyente!
Eternamente perseguida y rastreada durante siglos,
porque ésta podría continuar dividiéndose indefinidamente.
¿Qué hay más allá del universo inalcanzable?
No aceptamos un límite o fin.
Tampoco que no lo haya.
Es incomprensible ambas situaciones.
La escala y el tiempo nos desfiguran la realidad sin advertirlo.





Ellos nos limitan, nos aturden, y nos desorienta.
Fuimos construidos en una ínfima franja de su inmensidad.
Imposibilitados quedamos en acceder a sus extremos,
por sus dimensiones inmanejables.
¡Desconcertante!


Es indetenible la eterna búsqueda…
escarbamos continuamente en esos intrincados senderos.
La curiosidad unida a la imaginación nos impulsa desenfrenadamente.
Es un reto insaciable, acompañado y estimulado por el placer de comprender.
¡Cuánto mas sabemos, aún es mayor el deseo de satisfacerlo!
¡Cuánto más ahondamos, mas se expande y mas se agranda lo ignorado!
Y al investigar y profundizar, inesperadamente surge el concepto de la NADA,
Con todas sus implicaciones en el vivir,
complicando enormemente nuestro origen, presencia y significado de la vida.
¡Todo es una ilusión percibida por el observador!
Por ser nosotros, también, materia.
La verdad es privativa de cada ser, depende del observador.


¡Lanzamos un grito primario, por acorralamiento, con desesperación!
Su eco retumba buscando solución,
trae consigo la resignación,
nos consolamos, esperando que el saber y el tiempo,
aclaren nuestro pensar y enrumbe a la humanidad.
Han sido inmensos años de esfuerzo,
para poder llegar hasta aquí…


Es una evolución sin precedente.
La mayoría de los obstáculos han sido superados,
desde que abandonamos las cavernas.
Fue la naciente inteligencia intuitiva que facilitó divisar el horizonte,
señalando el camino por donde decidimos transitar.


Sigue ahora una lucha desigual.
La llamada naturaleza es nuestro contrincante.
La incertidumbre nuestra debilidad.
El pensar nuestra fortaleza.
Nos opondremos a que nos rija lo casual.


Es un grito primario silente prolongado,
exclamado por la humanidad
¡Interminablemente!
Llamándola a congregarse de verdad,
en torno al eterno saber,
esencia del saber vivir.


La resonancia de la difusión se profundiza intensamente,
como un recordatorio insistentemente.
“Unámonos todos, para enseñar y progresar”
“Cuidemos a la humanidad en cantidad y calidad”
“No acumulemos mas años perdidos”
“Iniciemos esfuerzos inmediatamente”


Nos aferramos con ahínco a la Esperanza.
Ella nos albergará en su lugar privilegiado.
Modificaremos nuestro plano genético.
Nuevas formas de pensar y actuar seguirá luego.
Longevidad primero, la inmortalidad vendrá después.
El yo abstracto lo mudaremos de cuerpo en cuerpo,
al mudar todo el contenido de nuestra mente.


La humanidad es la suprema obra de la Naturaleza.
¡La mejoraremos y la perfeccionaremos!
¡Allá iremos!
¡Lo lograremos!
¡Dios será el hombre!
Es nuestro genuino grito primario
que en viva voz exclama la Humanidad.








“El Grito Primario de la Humanidad”
Jesús Riquelme Senra
11/11/11

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