171 - REFLEXIONES NO. 24 Torbellino de reflexiones, sobre la síntesis de la vida.

 

REFLEXIONES NO. 24

Torbellino de reflexiones,

sobre la síntesis de la vida.

 

El  tiempo se encarga, despacio y apaciblemente,

¡De marcar las distancias…!

entre la realidad y lo que nos enseñaron,

¡Que fue aceptado equivocadamente como verdad!

 

Los ideales tiernamente concebidos en la infancia,

van quedando lentamente atrás…

¡Pasando al olvido!

¡Siendo muchos de ellos abandonados!

 

Las separaciones van aumentando,

con el proseguir de la vida.

Los telones del teatro de la vida,

continúan su proceso inexorablemente.

 

Esos telones siguen cayendo…

cerrando una época ya vivida y agotada,

conteniendo y ofreciéndonos futuras promesas,

¡Deslumbrantes!

Para los días por venir,

¡Disfrazadas de esperanza!

 

Esta sucesión indetenible…

este transcurrir de la vida…

se va acrecentando,

se va haciendo inmanejable.

 

Comienza inadvertidamente,

a carecer la Vida,

del

¡Significado que inicialmente tenía antes!

Producto de un intenso aprendizaje…

Y que con ansiedad y desesperación, se insiste:

…en continuar buscándolo atolondradamente,

¡Aún dentro del inicio de la demencia senil!

Apegados cada vez más a ella, como una obsesión,

¡Deliramos!

 

La realidad va reubicando al Ser,

¡Paulatinamente!

¡Inhumanamente!

Y nos los hace saber muy sutilmente,

de varias maneras,

“Que la vida está fluyendo imperceptiblemente”

Sin autonomía, sin espontaneidad y sin autenticidad,

pero con una leve ilusión de ellas,

¡Deformadamente!

Que nos confunde y nos desorienta.

 

El carnaval de la vida, nos entretuvo,

con su bullicio cotidiano que nos distrajo…

aturdiendo nuestro Pensar y Reflexionar

¡Solo nos quedó, conformarnos!

Y suplirlo con las ilusiones de las promesas:

¡Impensadas y no reflexionadas!

…como un residuo…

¡De esa inocente infancia!

¡Resignados quedamos para el resto de la Vida!

 

Deformaciones y falsedades fueron aceptadas sin recapacitar,

todas provenientes de un aprendizaje errátil,

¡Todas internalizadas como verdades inmodificables!

Sobre:

¡Qué es la humanidad!

¡Qué somos nosotros!

¡Qué es todo esto!

 

La necesidad de adjudicarlas a la divinidad

¡Alivió a nuestro pensar temporalmente!

¡Pero, complicó todo y nos atrasó increíblemente!

 

Vendado nuestro Pensar y razonar

y sugestionado, caminamos y caminamos…

… caminamos perdidos por senderos,

¡Llenos de ficciones y engañosas ofertas!

admitidas como “verdades incuestionables”

en aquellos tiempos…

atados fuertemente a esas promesas de la infancia

sin podernos zafar,

proseguimos en una vida colmada de irrealidades.

 

Muchos perecen en el camino,

¡Sin entender nada!

otros se deprimen y se angustian permanentemente,

¡Porque así lo aprendieron!

¡Como respuesta!

A tantas mentiras inexplicadas, admitidas como ciertas,

que van careciendo de credibilidad en nuestro:

¡Lógico pensar creciente, también aprendido!

Pero ahora situado en la Edad de la Razón,

que progresivamente se va imponiendo aceleradamente.

 

Con esos inocentes engaños,

elaboramos en la infancia y en la adolescencia,

el Epicentro Existencial,

que durará toda la vida.

 

Los que lograron llegar al final de su existencia,

¡A la despedida de sus vidas!

Como lo programaron en su Epitafio Inicial,

se van creídos y convencidos,

que todo el fluir de su vida,

¡Fue incuestionable e inequívoco!

entonces, acuden y se encaminan al encuentro con su Dios,

¡A rendirle cuentas!

¡Como lo aprendieron en el trascurso de su vivir!

¡Y en busca de las promesas ofrecidas…!

¡Del mundo del más allá!

¡Como un obsequio otorgado en la vida!

Por quienes los educaron,

mientras caminaban y caminaban

¡En la gran Procesión Humana!

 

Pero hasta ahora,

todavía nadie, ha podido regresar,

de ese más allá,

de ese paraíso celestial,

para “contar” como le fue,

 en ese tan codiciado más allá,

Y narrar sus vivencias,

¡Sus hipótesis y suposiciones!

Y de qué le sirvieron sus argumentos ficticios y errados,

¡Aprendidos!

¡En su breve paso por la vida!

 

Y así, en la vida,

con todas esas confusiones,

elaboró su Epitafio,

seguro que todo sería evidente y real,

rodeado de sus amigos y seres queridos,

que concurrieron a su despedida…

en esos extremos minutos próximos y cercanos.

 

Mientras tanto:

la Relatividad de la vida,

opacada o inadvertida,

e inmodificablemente regida por la:

¡Probabilidad!

Marchando y marchando…

aturdidamente en la Gran Procesión Humana,

cada quien, abrazado inseparablemente,

a su variante vital,

¡Sin saberlo!

 

El vivir para ellos,

desde el punto de vista de un observador exterior,

 fue:

caminar y caminar desorientadamente,

perdidos en ese equivocado aprendizaje,

¡Bloqueado y agotado!

¡Durante toda su vida y sin cesar!

¡Sin tener conciencia plena de ello!

A lo largo de la incertidumbre de la vida

en el trascurso de su existencia…

¡Hasta el Final!

 

Apretando fuertemente en la mano,

para enfrentar con valentía,

al Epitafio Final,

con su ansiada despedida…

con su discurso final…

con sus últimas palabras…

¡Ensayadas durante toda su vida!

¡Conteniendo el perdonarse!

¡Y conteniendo el saber perdonar!

¡Que no lo supimos entender en la vida!

escrito indeleblemente,

en su Guión de Vida,

en su Libreto en el cual participa,

en su vida.

 

Continuará en:

“Reflexiones No 15”

Producto de un estudio amplio

y minucioso de 70 seniles,

al narrar las historias de sus vidas.

               

 

 

REFLEXIONES NO 14.

Jesús Riquelme Senra

20/12/2021

e- mail: jesusriquelmesenra@hotmail.com

 

 

 

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