94- LA SOLEDAD DE DIOS Y EL MENSAJE DE LOS HOMBRES

LA SOLEDAD DE DIOS
Y EL MENSAJE DE LOS HOMBRES

Un día, en el inmenso espacio vacío y frío,
un Niño, completamente solo, se encontraba.
Como no tenía compañía,
comenzó a jugar, compactando ese espacio,
en pequeñas bolitas de energía,
 aglutinándolas caprichosamente,
en otras más grandes y de variadas formas,
pero aún así, permanecía solo…
…completamente solo, ¡No tenía compañía!

Entonces se le ocurrió, continuar agrupando esas esferitas,
en otras aún más grandes…
y jugó varias veces, sin poder resolver su soledad.
Cuanto más jugaba… más solo se sentía…
en ese inmenso espacio vacío, frío y deshabitado.

Prosiguió entonces, para distraerse,
a soplarlas con su aliento solitario…,
…les imprimió movimiento… y comenzaron a palpitar.
¡Pero aumentaba  su soledad!
No tenía con quien comunicarse.
Su juguete no lo acompañaba… ni él al juguete.

Le agregó así un nuevo soplo de pensamiento y creatividad,
brotaron entonces, muchísimas criaturitas, diferentes entre sí.
Y como un hervidero se dispersaban…
¡No supo que había hecho! … y vaciló…

….desesperado por conseguir la anhelada compañía…
…tomó la más débil en sus manos y la volvió a soplar…
¡la sopló hasta que se pareciera a él…!
Pero la soledad iba en aumento…
el guardaba  silencio, no sabía comunicarse.

Solas, las criaturitas, empezaron a competir con él;
Hicieron muchas cosas… modificaron su entorno…
Aprendieron a jugar… y jugaron entre sí…
ese difícil juego de saber amar
en su complicado escenario de no saber comunicarlo.
¡Abrumándose cada vez más de soledad!



La altivez y la arrogancia a ambos los silenciaba…
Nadie les enseño que lo fundamental era la comunicación,
ambos, en su búsqueda, caminaron por senderos opuestos,
ambos, aún padecen de la misma soledad y están extraviados,
¡por no saber conversar!
¡por rivalizar con los demás!
Ninguno ha aprendido que el secreto de existir,
¡es saberse acompañar…!
Y con humildad y sencillez siempre dialogar.

Hoy en día, esas criaturitas, están aprendiendo a comunicarse.
Han comenzado   hablar y a transmitir el amar,
Y están elevando este mensaje a ese NIÑO SOLITARIO,
para que sea accesible y calme su soledad,
para que  dialogue con su juguete de igual a igual.

Pero ese  NIÑO SOLITARIO, todavía guarda un misterioso silencio
y no quiere escuchar ni tampoco hablar,
ni mucho menos jugar,  con ellas, de igual a igual.

Aún no se comprende porqué las sopló tantas veces,
hasta que se parecieran a él
para después abandonarlas a la deriva.
Tampoco se comprende porque todavía ignora
¡el mensaje de los Hombres!
que con humildad y devoción claman todos los días.

                            
                                                                           Jesús Riquelme Senra

                                                                             23/05/2005

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