265 - LAS INOCENTES MENTIRAS Primera parte

 

LAS INOCENTES MENTIRAS

REFLEXIÓN Y DISERTACIÓN # 22

Primera parte

 

Gran cantidad de humanos

se abrigan con las esperanzas

de que sea cierta la incesante y eterna

¡búsqueda religiosa!

 

Prometida y aprendida en la tierna infancia…

aún permanecen todos atados a ellas,

aturdiéndose cada vez más y más…

a medida que simultáneamente van percibiendo,

lenta y pausadamente alguno de ellos,

un gran desvanecimiento imperceptible

que va borrando y desdibujando

¡la gran pirámide de fantasías!

existente en sus mentes,

creada y elaborada por la ficción

¡de los ensueños infantiles!,

forjados e inculcados por sus progenitores

o los que hicieron sus veces.

 

Un conflicto se va instalando en sus mentes,

eferveciendo, revoloteando y luchado inútilmente

contra las ilusiones y ensueños

sin contenido de verdad,

desmoronando y aturdiendo el ser aceleradamente.

 

Muy despacio y silenciosamente

los humanos van captando su caída y derrumbe,

y cada vez más se van fragmentando y despedazando

hasta dispersarse y esfumarse definitivamente,

todas aquellas enseñanzas engañosas o quimeras adquiridas

a través del vivir la realidad humana,

 producto de los aprendizajes de antaño,

quedando convertidos en añicos irreconocibles.

 

Esos seres hacen inútiles y titánicos esfuerzos

hasta el borde del desmayo  o bahío,

fugándose progresivamente

de su aquí ahora  

¡de la contundente realidad!

 

Van ensayando con cualquier equivocado

suceso aleatorio que concurra a sus mentes 

como un intento desesperado de sostener a ese mundo

de ficción y fantasías…

prefieren aceptarlo aunque no sea cierto

que reconocer que en toda la vida estuvieron equivocado.

 

Fluyen inmensas razones en sus mentes,

compensadoras de la incertidumbre de su vivir,

que al mismo tiempo y simultáneamente

embriagan con tristeza y depresión

a lo más profundo de su ser,

produciéndole un daño indetenible

que se une conjuntamente con el

vacío existencial asfixiante…

 

Todo esto le produce opresión, agobio y un ahogo inexplicable,

el cual comienza someramente a

instalarse en sus mentes,

sin saber por que,

perdurando en ella

el resto de su vida.

 

Cuando logran abrir sus mentes,

ya es tarde…:

el reloj ha iniciado a marcar los primeros tiempos

de la lenta despedida de sus seres queridos

que aún permanecen caminando… y caminando…

desasosegadamente,

inútilmente,

dentro de las procesiones humanas,

arraigados y abrigados todavía a la

esperanzadora incertidumbre

de las ofertas y augurios antaños …

¡de toda la epopeya humana!

¡de las ficticias promesas religiosas ¡

provenientes de las inocentes mentiras consagradas…

en su temprana e indefensa edad de oro.

 

Es el ciego refugio en la infancia

¡buscando a los hacedores!

de los cuentos religiosos

para que los expliquen y aclaren

o lo ayuden a indagar

¿Por qué ellos no contienen a la verdad ofrecida?,

¿Por qué esa verdad no es real?...

¡porque se ha extinguido!

se esfumó o se evaporó

durante su invidente vivir,

en su obcecado y alucinado existir,

sin advertirlo.

 

Solo una lucecita de esperanza,

somera y casi imperceptible

que se empieza a asomar muy levemente,

comenzando a brillar incipientemente,

¡allá, en la distancia y la lejanía!

del horizonte de la existencia humana,

iluminando  la reflexión

seguido desde muy cerca por la revisión

y casi de inmediato por la

reconsideración y corrección.

 

Calmadamente va surgiendo

e instalándose en lo profundo de su yo

la necesidad de amar…,

¡amar a la humanidad!

para llenar el vació existencial…

que lo ahoga fuertemente y lo desorienta.

Es la única esperanza veráz

que sobrevivió y le queda

de su errado pensar y actuar,

¡que es lo único que verdaderamente tiene!

y que siempre había estado a su lado

pero nunca se percató de ello

debido a las equivocadas e impuestas

enseñanzas – aprendizajes,

de las inocentes mentiras ,

de los inútiles cuentos religiosos,

de las promesas de la existencia de un creador,

de la inmortalidad del alma,

de una vida en el más allá,

 narradas ingenuamente,

en su amanecer auroral ,

en su despertar a la vida.

 

Ahora tiene que volver a empezar…

silenciado, borrando o destruyendo

todo el falso mundo aprendido

¡erróneamente!

en esa indefensa etapa donde

no se cuestiona nada

porque viene de sus Dioses…

y volver a comenzar nuevamente a aprender otro mundo

completamente distinto

con la razón y el pensar

tal como verdaderamente es,

excento de esas fantasías inexistentes

que lo condujeron a una  

¡soledad existencial insalvable!

 

Todo dependerá de la calidad y veracidad

de las enseñanzas – aprendizajes,

del tiempo y el lugar donde se dieron

a esa temprana edad

y que incidieron contundentemente

en la noción de su yo aprendido,

de su personalidad impuesta casi total,

de la apropiación de ese ente abstracto etéreo

llamado por los humanos

el alma.  

 

Continua en

LA INOCENTE MENTIRA

REFLEXIÓN Y DISERTACIÓN # 23

Segunda parte

 

LA INOCENTE MENTIRA

REFLEXIÓN Y DISERTACIÓN # 22

Primera parte

03-02-1998

Jesus Riquelme

jesusriquelmesenra@hotmail.com

 

 

 

 

 

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