77-EL ATURDIMIENTO



EL ATURDIMIENTO

Son quejas lamentos y conductas que surgen de lo más profundo de nuestro ser,
confundidas y mezcladas con el vivir cotidiano.
¡Son voces  extrañas que nos impulsan aturdidamente a bloquearnos!
Es la música que reclama un ayer erróneo resurgiendo y resonando vehemente,
moviéndonos como una marioneta, en un carnaval,
“donde las máscaras hablan entre si”

Inmersos en el Aturdimiento y carentes de lucidez,
vivimos, reímos, lloramos y actuamos…,
…nos deprimimos o nos exaltamos…,
en un mundo percibido y concebido erróneamente, un tanto  irreal.
¡Convencidos quedamos de que todo es normal!

Todo forma parte del gran espectáculo de la vida,
con sus detalles y menudencias,
con la lucha por la existencia, cada quien como pueda,
y a lo que su desarrollo evolutivo los condujo y adaptó,
¡aún rebasando los límites de lo posible!
como si la vida se generara para que fuera más allá de su destino.
Como si cada ser, luchara por cumplir afanosamente el libreto,
que al nacer le impusieron.
Como si no tuviera alternativa de zafarse de él.
Así, para él, será lógico su contenido.
Es como si el drama vital de la supervivencia fuera bipolar
y tuviera un propósito oculto.
¡Lucidez o aturdimiento!
¡Surgir u opacarse!
¡Triunfar o perder!
¡Vivir o morir!
La tragedia de unos favorece el triunfo de otros;
así cada quien va ocupando sus posiciones…,
esmerándose por conservarlas y defenderlas
con ahínco, hasta el final.

Es como nos vistieron a temprana edad,
que nos hace de esa manera, a la vida mirar;
es el apego ensordecedor a las insignias de la tierna infancia.
¡Es el guión de vida, atado a él, sin cesar, durante toda la vida,
que nos guía en todo instante, limitando nuestro actuar,
aunque a veces nos otorgue un aparente bienestar,
otras veces en tareas innecesarias nos sumerge,
abrumándonos, atiborrándonos y desviándonos.



Con pasos incipientes de lucidez alternamos los aturdimientos,
en sus distintos niveles e intensidades.
A veces recaemos y reciclamos para volver atrás,
y así, paso a paso y lentamente nos infiltramos,
en ese laberinto existencial indescifrable,
sin poder advertir el pre acondicionamiento que nos guía,
sin poder captar el aturdimiento que nos estanca.

Es el ruido que esta detrás de las palabras que balbuceamos,
es el tormento que se filtra a través de lo que decimos,
son las quejas innecesarias y perturbadoras que se mezclan al hablar,
originadas por la angustia vital, un tanto aprendida
pero todas represadas en un conjunto global.

Como cuando un niño, en su infancia,
que trata con alegría derribar su colorida y brincona piñata,
¡…pero le vendan los ojos para poder jugar!
“el aturdimiento es la venda que tenemos al pensar”
¡… y los pasos que damos creyendo progresar!”
“son pasos ciegos”, trillando el mismo andar, y al final,
agotados y atiborrados, con cargas innecesarias quedamos, creyendo mejorar.

Así apareces como una figura inocente
que sutilmente te cuelas en el quehacer diario
trayendo a nuestro escenario,
reliquias petrificadas del antaño, sin vigencia;
las revives  por arte de magia, otorgándonos aparente bienestar
¡Es el Aturdimiento que disfrazado, nos simula disfrutar!
¡Cómo cuesta detectarte y reconocerte en el transcurrir cotidiano!
¡que difícil es descubrirte bajo el bullicio diario!
¡Es inaccesible precisarte e identificarte en cada uno de nuestros actos!,
menos aún concientizarte y comprender que estamos inmersos dentro de ti.

Tendríamos que ser unos virtuosos analíticos,
en el preciso instante, cuando te mezclas con los procesos habituales del día,
y con ayuda externa, hacer grandes esfuerzos,
para poderte aislar, silenciar y vencer la resistencia que ofreces,
y porque irrumpes repentinamente, dejándonos sin poder coordinar.
¡Como gritos silenciosos de una pesadilla!
donde impedidos quedamos de parar y cambiar,
así extingues aquellas conversaciones temibles,
dejando al prójimo desconcertado y desorientado
cuando agazapado y a la expectativa,
esperas cualquier oportunidad para inesperadamente aflorar,
adoptamos y encarnamos entonces, con gran naturalidad,
los personajes que nos impones,
¡Convencido quedamos de que es nuestro auténtico actuar!
La creación, idealización y exaltación de las imágenes religiosas,
es una de las tantas formas de Aturdimiento.
¡Por hambre de Perpetuarnos!
¡por promesas utópicas de una eterna vida en el más allá…
y el sostenimiento de su gran mentira.
¡Por no aceptar la realidad!
¡porque el Aturdimiento nos suprime el claro pensar!
así se sumen los pueblos en conflictos y estancamiento,
consumiendo inútiles años de la historia en buscar y defender
a nuestro imaginario creador.
¡Así lo aprendimos!
¡así lo enseñamos!
¡sin razonar!

El Aturdimiento  es como la espesa niebla, que nubla todo,
solo vemos los borrosos contornos sin detalles.
confundimos una cosa con otra, sin advertirlo,
dentro del impreciso, ambiguo y turbio escenario vital,
donde creemos que nos movemos con absoluta libertad.
¡ideas y bulla se mezclan al dialogar!
¡incomunicados quedamos, lejos de la realidad!
Como a los insectos, que atraídos por el calor y el resplandor de las luces,
pululan a su alrededor obcecadamente,
sin advertir su destino fatal,
…luego las horas pasan…
…y más tarde, quemados y ciegos, al suelo caen sin piedad.

Así en la vida, el calor, el resplandor y la atracción del Aturdimiento
nos impiden apartarnos de él.
…luego los años pasan…
¡… y más tarde, resentidos y afectados quedamos sin piedad,
y como un manojo de reflejos desafinados e incontrolables
queda nuestro tan querido Yo.

Entonces, El Aturdimiento, son ideas enredadas,
en una infancia oprimida, que les negó la ternura merecida,
en una infancia perdida, que les negó la atención requerida,
en una infancia, ausente de amor y de comprensión… 
en una infancia abandonada donde el desamor sin clemencia los marcó,
en una infancia extinta, donde la ira, en sus memorias se implantó.
Fue la cruel y asfixiante pobreza en la que esa infancia creció.
Fue la oportunidad, que siempre les faltó,
fue la “soledad” que aunque en esa infancia estuviese acompañado,
como huraños los esculpió y sin piedad sus mentes gravó,
¡ubicarse a la defensiva se impuso como solución!
La competencia y las pasiones bajas germinaron en ellos.
Así, enredados y aturdidos crecieron en un desierto emocional.
¡Fueron errores de sus educadores!
¡errores transmitidos, porque ellos también lo padecieron!
¡Así lo aprendieron ¡
¡Así lo enseñaron!
¡Sin razonar!
y la cadena continua en un sin fin de fugas y Aturdimiento.

Pero la solución y la esperanza nacerán…
Será la oportuna y calidad de educación….
Será el control de la natalidad y la adecuada atención…
Ellas revertirán este absurdo proceder,
y hará que la lucidez retorne y se implante en todos los seres;
hará que la paz y la armonía nos dote de una clara visión.
El saber, el amar a la creación y su cuido necesario,
transformarán a la humanidad,
en su autónoma, auténtica y legítima condición.
¡El hombre no necesitará castigar al hombre!
con calidad y oportuna enseñanza lo evitará.
¡En su lugar aprenderá a amarse y amar a la humanidad!
¡El hombre comenzará a ser hombre de verdad…!
lo intelectual predominará sobre lo demás.
Y las cicatrices animales se erradicarán.
¡Habrá calidad de seres humanos!
El control de la natalidad surgirá como solución,
¡y así se impondrá!
Es la única salida y salvación del hombre.

La imagen del hombre, por encima de las religiosas se implantará.
Quien ocupará con dignidad su lugar.
¡El hombre será el nuevo Dios naciente!
es nuestra genuina esperanza…
…es lo que tiene que ser…
¡y así será!







                                                                                                              EL ATURDIMIENTO
Jesús Riquelme Senra
                                                                                                          20/02/89

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