167-EL EPICENTRO EXISTENCIAL Segunda Parte Ensayo no. 52
Este Epicentro
Existencial,
en la mayoría de las veces,
permanece inmutable, estable y duradero,
y se va incrementando progresivamente,
anexándole varios entes, abstractos y conceptuales,
¡Como lo es la
Probabilidad!
¡Que es un ente
abstracto y métrico!
¡Inhumano, rígido e
inflexible!
Que también dirige y mide aleatoriamente,
cada detalle de la Vida y del Cosmo en general.
Este Epicentro
Existencial se infiltra, imponentemente:
¡En los Sueños!
De distintas maneras y disfrazadamente,
como son las variables oníricas.
Igualmente, las
cuatro Hambres de la Humanidad,
perturban, alteran y rectifican al:
Epicentro Existencial,
lo acorralan y lo obligan a reprogramarse.
De la misma manera,
de cada evento trascendental significativo:
Azaroso,
Surgen, aparecen y
producen,
¡Los Telones del
Teatro de la Vida!
Que van dividiendo el curso de la vida,
en secciones de importancia y relevancia.
Cada vez que cae un Telón
anterior,
¡Del Teatro de su Vida!
¡Se va levantando un
nuevo Telón!
Para nacer otro acto y episodio nuevo,
¡Nace otra época!
¡Otro tiempo, otro
lugar!
¡Otro Vivir!
Este Epicentro
Existencial se inmiscuye,
con su poder imperativo y exigente,
¡En los Sueños!
De distinta manera, recurrentes y repetitivamente,
desapercibidamente y ocultos,
¡Muy difícil de ser
detectados!
Porque son variables:
¡Oníricas!
Mezclándose, recombinándose y adosándose,
por asociación de
ideas oníricamente,
a otros sueños de distintas
épocas,
en forma de fragmentos, partes y piezas, aleatoriamente.
Con esta inmiscusión, introduciéndose e interviniendo,
¡En los Sueños!
Con su característica esencial de autonomía,
por ser:
¡El Centro de la
Existencia!
Va marcando y recordando la imperiosa necesidad:
¡De resolver la
pendiente pregunta vital!
O su decisión
trascendental, miedos y temores.
Y aún …
si la respuesta ya fuera encontrada,
entonces,
la iría perfeccionando y acrecentándola,
para anexarle ideales
y nuevas decisiones secundarias,
creadas y surgidas en el trascurso de su vivir,
con el correr del tiempo,
y se van convirtiendo en principales,
sumándose a las ya preexistentes.
Estos Sueños recurrente y repetitivos,
son difíciles de comprender,
porque llevan y contienen,
infinidad de fragmentos, añicos y pedazos,
de sueños y aspiraciones concebidas,
¡A todo lo largo de
su Vivir!
El Epicentro
Existencial se vincula intensamente:
¡Con las Cuatro
Hambres de la Humanidad!
Tan intenso, al extremo que puede modificar,
la esencia del Epicentro
Existencial,
Pudiendo suceder que el Ser
abandone:
esa búsqueda nacida,
¡En su tierna
infancia!
¡Y la sustituya por
otra!
Después de revisarla, reflexionarla y rectificarla,
para luego sublimarla,
¡Adaptándose a la
nueva realidad!
Esas Cuatro Hambres
de la Humanidad son:
primera: Hambre de alimentos y bienes materiales,
segunda: Hambre del Tómame en cuenta,
tercero: Hambre de estímulo y
cuarto: Hambre del Sentir.
Estas cuatro Hambres orientan y guian al Ser:
a ubicarse dentro de la realidad,
Sacrificando, sin consideración alguna,
¡Al Epicentro
Existencial!
El cual merma o se retrae,
produciéndole al Ser,
una frustración inadvertida,
causándole depresión, angustia y tristeza,
y el Ser no sabe
por qué,
entonces,
se activa y se acelera eficazmente,
¡La mente del Ser!
Recurriendo a la Reflexión,
a la Revisión y a la Rectificación,
para luego, nuevamente retomar el:
Epicentro Existencial
perdido, silenciosamente.
Todo esto ocurre con la:
¡Alegría de Vivir!
Por necesidad pedagógica y de enseñanza,
plasmemos aquí un ejemplo ilustrativo,
y fijar al mismo tiempo conceptos,
nacidos de una investigación realizada a cincuenta personas,
sobre todo a mayores
de treinta años,
ocultando sus nombres, porque aún están vivos.
Ejemplo no. 3
(encuesta de la vida real)
Un hombre aspiraba, con mucha ansiedad,
a tener a su primer hijo varón, como primogénito,
y en aquel entonces no era posible conocer
el sexo anticipadamente al nacimiento.
Había preparado una gran fiesta,
invitando a todos los:
vecinos y amigos,
confiado y seguro que la suerte:
¡Lo favorecería!
¡Pero, resultó que
nació una mujer…!
… El defraude lo sacudió sobremanera,
y todos sus ideales,
sucumbieron sorpresivamente.
En la plena casa y frente a todos sus invitados,
a gritos, responsabilizó a su esposa,
¡De la gran vergüenza
que le hizo pasar!
Disolvió la fiesta,
con un inmenso alboroto,
ridiculizando a su esposa,
porque no le dio el
primogénito varón ansiado,
¡Ignoraba que el sexo
lo aporta el hombre!
Fluyeron los años,
y las ofensas y discriminaciones,
continuaban sin cesar,
del padre hacia la hija y a la madre,
cada vez más
intensas, fuertes e incisivas,
narrando despectivamente y contando,
a cada instante,
¡La frustración que
tenía!
Por haber nacido su primer hijo mujer.
Las atenciones de alimentos y bienes materiales,
necesarias para el convivir cotidiano,
el padre las limitaba y solo escasamente daba,
las indispensables, como las comidas y las medicinas,
y lo hacía de mala gana,
el hogar carecía de la:
¡Alegría de vivir!
Trataba a su hija,
como si no fuera de él.
Todo esto se fue grabando en la mente de la niña,
como una gran:
¡Hambre de bienes
materiales y de alimentos!
¡La primera hambre de
la humanidad!
Siempre su papá la despreciaba,
la apartaba y la rechazaba,
cuando venía del trabajo…
la niñita lo buscaba con los brazos abiertos:
¡Pidiendo que la
cargara!
Él se reusaba y la repelía,
¡La dejaba con los
brazos abiertos…!
…Esperando… y esperando: que la carguen.
Cuando pasaba el carro del heladero,
la niñita le pedía al papá,
que le comprara un helado,
siempre le respondía, tajante y de mal humor,
¡No tengo dinero!
Todos estos rechazos:
¡Ignorándola,
Despreciándola,
Desestimándola y
Repudiándola!
Hacían que la niñita retrocediera y se acomplejara,
¡Cada vez más!
¡Acumulando más
resentimiento!
¡Rabia y rencor!
¡Tampoco hubo los
estímulos
ni las motivaciones
indispensables!
¡No sentía el cariño
necesario!
Al contrario, un total desconocimiento,
a pesar de que la niñita se esforzaba,
tremendamente por surgir,
¡Y hacerse notar!
Y en la escuela se destacaba siempre como:
la mejor del salón.
Era la mejor y la más inteligente del grupo,
pero su esfuerzo para ser,
tomada en cuenta por su papá,
¡Se desvanecía y se
desboronaba!
¡Su alma se iba
secando lentamente!
Agraviada y lastimada profundamente.
Cuando llegó el segundo hijo,
al cabo de los años,
la situación del padre cambió rápidamente,
volvió a hacer una fiesta,
porque ya sabía el sexo del segundo hijo,
¡No quería otra vez hacer
el ridículo!
Invitó a todos los amigos y vecinos.
¡El padre desbordado
de alegría!
Gritando eufóricamente a todos:
¡Ahora si soy feliz!
Mientras tanto la niñita lloraba… y lloraba…
¡Siempre en silencio!
Una vez, trato de acercarse llorando al papá,
¡Para que la
consolara!
¡Y el papá la
repelió!
Diciéndole:
¡Anda, ve a
lloriquearle a tu mamá!
¡Repudiándola!
De inmediato, la niñita irrumpió en un llanto ahogante…
y le sobrevino un desmayo prolongado,
todo esto quedó grabado y recordado:
¡Durante todo su
vivir!
El papá se cansaba de cargar al varón,
acción que nunca hizo con su hija.
El papá a todos les mostraba su hijo varón,
al mismo tiempo que jugaba con su “pipicito”
esto le causó a la niña,
un gran complejo penil,
para toda la vida.
Todo esto lo presenciaba la niñita,
que se ahogaba en un llanto desconsolador,
mordiéndose los labios y tragando grueso,
con los ojos humedecidos.
Conteniendo sus lágrimas,
a la mamá le decía:
¡Nosotras no
servimos!
¡Las mujeres no
valen!
Este estribillo se le repetía a cada momento en su mente.
Esa niñita, golpeada por la:
¡Animo aversión!
¡Y por la
incomprensión y por la falta de saber de su papá!
… de la figura
masculina.
¡De su Dios
masculino!
Acorralada se refugió en el estudio,
compensando la
profunda tristeza que la embargaba,
fue una fuga para
silenciar y opacar su tragedia.
A pesar de ser la mejor estudiante de su salón,
jamás recibió palabra alguna de reconocimiento,
¡Por parte de su
papá!
Todas las atenciones eran para el varón.
¡Que no las merecía!
El sobre cuido y el mimo exagerado,
¡Para el varón!
Lo convirtieron en un inútil y fracasado,
nunca logró graduarse en sus estudios…
mientras que su hermana hacía su segundo posgrado,
y era reconocida, por su inteligencia, por los profesores.
Toda la vida de la niña,
estuvo matizada y dirigida alrededor de que:
¡Las mujeres no
sirven!
Esto la llenó y la
colmó de:
angustia, depresión,
y una gran soledad existencial,
y una degradación total de la figura masculina.
Comenzó a gestarse dentro de su Ser:
¡Una reacción de
enfrentamiento contra el hombre!
¡Probando que los
hombre no sirven!
¡Que son brutos e
inútiles!
En la escuela, hacía todo lo posible para:
¡Brillar y
destacarse!
¡Tratando de opacar
siempre a los varones!
Confundía su situación personal,
y la extendía a todos los hombres,
ese era su escenario de competencia,
esa era su gran Decisión
Existencial.
¡Compensatoria!
Esto se trasladó a su vida sentimental.
¡Era exigente en la
valorización hacia los hombres!
Pero siempre establecía relaciones sentimentales,
con uno de los peores hombres,
¡Torpes y con falta
de saber!
En su inconsciente había establecido:
una decisión
existencial,
como su Epicentro
Existencial:
que los hombres serían el blanco de su:
¡Gran batallar vital!
¡Así estaba segura
que los aventajaría!
¡En todos los
sentidos!
Probando así su tesis
existencial,
que se consolidaba rápidamente.
Su gran decisión en
la infancia era:
Batallar y
ridiculizar al hombre genéricamente,
competir con él y
destruirlo,
vengándose así a su
mamá y a ella.
Exhibía a su novio o esposo,
frente a todos sus escenarios,
como torpe y bruto,
descalificándolo continuamente por cualquier causa,
buscaba situaciones inconscientemente donde:
ella lo aventajaba en todos los sentidos,
y por ende, siempre lo ridiculizaba, lo hería y vejaba.
¡Así castigaba al
hombre genérico!
De esta manera y en forma repetitiva,
elegía como pareja, aquellos hombres,
que estuvieran por debajo de ella intelectualmente,
y una vez logrado su objetivo,
¡Inconscientemente!
Rompía con la pareja en la forma:
¡Más humillante y
peyorativa posible!
los llevaba o denunciaba ante la policía,
por cualquier causa, que ella la exageraba…
o provocaba intencionalmente,
¡O la inventaba
o la deformaba!
Haciendo que le dictarán:
¡Una orden de
alejamiento!
¡O le dictaran
arresto!
Esa niñita, ya crecida…
¡Necesitaba perdonar
y perdonarse!
¡Abandonar su
procesión humana!
En donde marchaba y marchaba aturdidamente,
silenciando todas su grabaciones dañinas,
¡Evitando ser
vengativa!
¡Impidiendo odiar y
detestar como un:
desquite
compensativo!
Entendiendo que la vida es aleatoria,
y que le tocó probabilísticamente a ella,
tener un Padre carente de Saber,
con un Guión de Vida
enfermizo,
¡Discriminador hacia
la mujer!
Se evidenciaba claramente,
que necesitaba la ayuda de un especialista,
en Guiones de Vida,
en Epicentros
Existenciales.
Era evidente que padecía intensamente,
de la Cuarta Hambre
de la Humanidad,
¡Del Sentir!
y
de la Segunda Hambre
de la Humanidad,
¡Del Tómame en
cuenta!
Y por lo tanto nunca tendría:
¡La Alegría de Vivir!
Ella, emotivamente estaba apagada,
¡Se había tornado
Insensible!
¡Su alma se había
marchitado!
¡Estaba moribunda!
En su vida sexual se reflejaba,
una total frigidez,
que agravaba aún más su soledad
existencial.
Su Epicentro
Existencial era:
¡Vengarse de los
hombres genéricamente!
Su gran pregunta existencial era:
¿Las mujeres no
servimos?
¿Por qué nos rechazan
los hombres?
Su postura existencial frente a la vida era:
¡Yo estoy mal,
ustedes están bien!
Pero ella la invertía exteriorizándola como:
¡Yo estoy bien,
ustedes están mal!
Con esto compensaba y justificaba su razón de vivir.
Al ir avanzando el tiempo,
fue cayendo en las drogas,
como un alivio pasajero o temporal,
hecho que agravó aún más su situación,
porque no logró entender nunca:
¡Su Epicentro
Existencial!
Ni consiguió la ayuda oportuna y calificada.
Además,
ella estaba asociada a un grupo de amigas,
marchando y marchando…
en la Gran Procesión
Humana,
con situaciones iguales o parecidas a ella…
“Las defraudadas del
Vivir”
“Las rechazadas por
los hombres”
“Las que consideraban
que la vida no valía vivirla”
“Las que no conseguían
a la Alegría de Vivir”
Sus almas se encontraban lánguidas y destruidas.
En resumen,
se observó en la encuesta que:
cuando la niñita o el Ser
ya crecido,
narraba la Historia
de su Vida…
y cuando esta se ampliaba, profundizándola,
buscando sus detalles y pormenores,
se evidenció que su:
¡Epicentro
Existencial!
Contenía varias preguntas principales a la Vida:
¿Por qué las mujeres
no sirven?
¿Por qué me rechaza
mi Papá?
¿Por qué rechaza a mi
Mamá?
¿Por qué todo es para
el varón?
¿Por qué a mí no me
toman en cuenta?
Cada vez que formulaba estas preguntas,
se desbordaba en llanto.
Su Epicentro Existencial también contenía
varias decisiones existenciales,
¡Me vengaré de mi
Papá!
¡Vengaré a mi mamá de
mi Papá!
¡Me esforzaré
intelectualmente para superar al Varón!
Así lo ridiculizaré en público,
como ellos lo hicieron conmigo.
Otras decisiones secundarias,
dentro del Epicentro
Existencial son:
sacrificaré mi vida
sentimental para lograr la venganza,
odiaré a mi Papá para
toda la vida,
no lo tomaré en
cuenta en la vejez,
ni asistiré a su
entierro,
lo dejaré solo y me
mudaré a otro país,
para que esto le
duela, como hizo conmigo.
Todo esto se reflejaba en los sueños:
¡Eran tormentosos!
¡Eran pesadillas,
como una fijación mental, perturbadora!
¡Eran como combates y
enfrentamientos con los hombres!
¡Para probar que yo
si valgo y ganaba!
Terminó degradándose,
sola, afligida y destruida,
afectada por su gran pregunta y decisión,
no resuelta,
del Epicentro Existencial.
Es fundamental haber
entendido la Vida,
saberla interpretar
tal como es,
¡Un evento
probabilístico!
Colmado de infinidad
de sucesos aleatorios,
desde antes de nacer,
concatenados, sin
entenderlos,
fluyendo a través del
transcurrir de su existencia.
Hay que eliminar las pasiones
bajas,
los odios y los
rencores,
¡No darle cabida al
resentimiento!
¡Ni mucho menos a la
venganza!
producto de una susceptibilidad enfermiza y excesiva,
¡Mal manejada!
¡Y totalmente
aprendida inadvertidamente!
Por encima de todo:
Hay que erradicar, exterminando y extinguiendo:
¡La Venganza!
Porque nos dañamos y dañamos al prójimo,
¡Empeoramos las cosas!
¡Y destruimos la
Alegría de Vivir!
Hay que saber cambiar:
¡La Venganza por la
Enseñanza!
¡Madre universal del
Aprendizaje!
¡Del saber Vivir!
¡La Alegría de Vivir!
De haber entendido la
Vida…
De saberla vivir
intensamente…
y con Alegría.
Abrirse al diálogo y
buscar la ayuda calificada y oportuna,
¡Saber perdonar y
perdonarse!
¡Única forma para
Saber Vivir!
Este pequeñísimo
parpadeo de Vida…
pero maravilloso…
porque contiene:
¡La Alegría de Vivir!
Y hoy, a través de la Vida,
durante toda su existencia, la niña,
vive en otro país,
renunció a su trabajo y dejó a su Papá sin seguro,
a pesar de los múltiples ruegos que le hizo la mamá
y no asistió a su entierro.
¡Se consumó su
Epicentro Existencial!
Continuará: EL
EPICENTRO EXISTENCIAL Tercera Parte. |
EL
EPICENTRO EXISTENCIAL Segunda Parte Ensayo no. 52 Jesús Riquelme Senra 15/11/2021 e- mail: jesusriquelmesenra@hotmail.com |
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