252 - EL TEATRO DE LA VIDA Quinta parte

 




EL TEATRO DE LA VIDA

Quinta parte

Cuento – Reflexión – Ensayo, numero 125

 

El autor desconocido del teatro de la vida

narra y cuenta en su magna obra

que la tercera hambre de la humanidad

( ¡hambre de estímulo de motivación! )

ejerce una fuerza increíble en los seres,

igual como ocurre en la humanidad.

 

Esta hambre se confunde frecuentemente con la

Segunda hambre de la humanidad,

¡hambre del tómame en cuenta!

porque habitualmente van acompañadas las dos,

aunque difieren notablemente una de la otra

 

El ser Humano necesita imperiosamente

¡los estímulos!

¡las motivaciones!

ser animado, esperanzado, impulsado, avivado…

 

Ellas propulsan al ser para superarse y perfeccionarse

¡son requeridas a cualquier edad!

principalmente en la infancia y en la adolescencia

y en todos los momentos difíciles del ser.

 

La estimulación y la motivación son un alimento espiritual,

muy especializado y muy sutil;

son un incentivo o incitación decididor, en todos los humanos

que producen, orientan, alientan y animan al ser

a progresar, ascender y desarrollarse…

lo inducen al saber oportunamente

conduciéndolo a la

¡búsqueda de la perfección en todos los sentidos!

en su tiempo y en su lugar propicio

como un señuelo acucioso que le exige y apremia,

para producir el indetenible avance  necesario,

para emprender y escalar la innovación y la orientación

¡de la eterna búsqueda!

¡de la interminable y continúa perfección!

 

Así, el autor desconocido

insiste en la transcendencia

que tienen los estímulos y las motivaciones

tanto en los actores y personajes de su obra

como en la humanidad.

 

Y nuevamente, el autor afirma y recalca que

es el camino de la victoria y el triunfo

acrecentándolo interminablemente,

para mantener al ser sostenidamente,

en la vanguardia como un ideal vital perseguido,

engrandeciéndolo incesantemente.

 

Y asevera que

todo esto es dependiente de las

¡enseñanzas aprendizajes!

vinculadas estrechamente a la formación de su

¡yo!

 ¡de su personalidad!

como lo narra en su obra el autor desconocido.

 

Esta tercera hambre de la humanidad,

¡hambre de ser motivado y estimulado!

está constituida por un rango amplio y extenso,

lleva una calidad y cualidad adherida

inseparablemente,

que es “el cómo” y “de qué manera”

se dieron esas motivaciones y estímulos

y sobre todo

¡quien las dió!

 

Asevera el autor desconocido que

una motivación o estimulo puede ser sencilla,

trivial, insignificante o de cualquier manera,

pero si se da con ternura, calidad y cualidad,

oportuna y apropiadamente

ejerce una fuerza increíble en el ser

logrando resultados sorprendentes

para su engrandecimiento.

 

También depende esencialmente de quién la da

 si es un ser querido,

un notable amigo ascendente,

alguno de sus progenitores a quién admire y quiera,

un apreciado, respetable y admirado profesor,

por su saber y su conducirse en la vida,

su pareja ideal con mucha ascendencia…

 

 Cualquier ser puede estimular y motivar a otros

o simplemente un suceso notable probabilístico

un encantador o llamativo acto religioso

cualquier cosa que le proporcione caricias de reconocimiento

que sean aprobatorias

en su azaroso andar en la vida,

o un elogio por sus triunfos y actuaciones obtenidas

 

Esta tercera hambre de la humanidad

¡es relativa!

tanto para quién la da,

o para quien la recibe.

Esta relatividad funciona con mucha intensidad

y logrará grandes resultados

si va acompañada del afecto.

 

Asegura y ratifica el autor en su magna obra que

la mejor hambre de estímulo y motivación es la que

lleva consigo una visión futurista, asociada a la

¡pasión por saber!

puesto que este logro

contiene y beneficia, valoriza y aprecia al ser

que lo comprende al final de su vida.

 

Este tipo de estímulo y motivación produce

 un impacto invalorable para el ser,

sobre todo a su mediana vida,

¡en la edad de la razón!

 

Ellas representan un alimento espiritual

para que surja el ser pensante e intelectual.

y como una consecuencia inmediata, produce en el ser

un aprendizaje desconocido y sorpresivo,

de amor hacia la humanidad.

 

La ausencia o escasez de esta motivación o estímulo,

le causa al ser gravísimas consecuencias,

convirtiéndolo en un eterno claudicador,

carente de condiciones para ser un emprendedor…

¡convirtiéndolo en un ser apagado y pasivo,!

¡con frecuentes depresiones!

 

 Un célebre pensador dijo

denme un niño y lo convertiré en un ser genial.

 

Insiste el autor desconocido que

un estímulo o motivación pueden ser un regalo

un obsequio o escrito

Solo depende de quién lo da,

que cosa da,

y en qué momento lo da.

 

El papá del genio Albert Einstein,

le regaló a su hijo una simple brújula

en su tierna infancia;

esto constituyó para su hijo un estímulo y una motivación

¡increíble e inolvidable!

que usó toda su vida

para averiguar por qué, la aguja de brújula,

marcaba siempre el norte y

se movía sin que nadie la tocara…

Su hijo, Albert Einstein, logró revolucionar el saber de aquella época

con ese estímulo y motivación.

 

Dice el autor desconocido enfáticamente,

y advierte previniendo que

es necesario esclarecer que existen

estímulos y motivaciones que perjudican a los seres,

porque son dañinas, por ser relativas y personalísimas.

Como ejemplo, expone el autor, que para el ser que las da,

 las motivaciones pueden ser beneficiosas,

pero para el ser que las recibe pueden ser

ampliamente perjudiciales.

 

Cuenta la historia,

que por una de las cartas escondidas o perdidas 

de los amigos de Hitler, se pudo saber confidencialmente,

que Hitler en sus adolescencia se enamoró

de una Judía

quién lo despreció por no ser judío

y luego más tarde, cuando logró ser el presidente de Alemania

desató una persecución implacable contra los judíos.

 

Los motivos y los estímulos, representan

al alma de la enseñanza – aprendizaje

van danzado agarrados fuertemente de la mano.

Ellos constituyen el éxito de los humanos,

los decoran en su momento preciso

a través de asociación de ideas

al invocar el pasado

Sin la asociación de ideas y sin el pasado

no existiría la enseñanza – aprendizaje;

tampoco existiría el presente y el futuro.

Un estimuló o motivación pueden constituir

una mirada con ternura de aprobación

un silencio que hable solo,

un regalo significativo, apropiado y oportuno,

una ayuda adecuada convincente y exacta

unas calurosas palabras acertadas, puntuales y pertinentes

una sonrisa amistosa con profundidad.

 

Los estímulos y las motivaciones pueden ser

¡hechos o eventos probabilísticos!

¡surgidos del azar,!

 Interpretados por el ser como mágicos y oportunos

¡personalísimamente!

También pueden ser de origen religioso

¡imaginativos o creativos!

en forma de auto estímulo o auto motivación.


Continua en:

EL TEATRO DE LA VIDA

Cuento reflexión ensayo n° 126

(Sexta Parte)

EL TEATRO DE LA VIDA

Cuento reflexión ensayo n° 125

(Quinta Parte)

28-12-2023

Jesus Riquelme Senra

jesusriquelmesenra@gmail.com 


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