79-MI OTRO YO

Cuadro de texto: Soñaba que a mis alumnos enseñaba,
y al repentinamente despertarme,
 plasmé el sueño en este escrito.







MI OTRO YO

Refugiado en la razón,
acorralado y extenuado, indago interminablemente,
y cuando mas abundo,
mas se aleja la esperanza,
de encontrar algún indicio de ese mundo celestial,
que va quedando atrás como una acreencia infantil.

El tiempo y el pensar lo han ido mermando,
a una velocidad sorprendente.
¡no se puede continuar engañando a todos los niños,
cuando éstos a la vida recién se asoman!
cuando más indefensos están ,
pintándole y ofreciéndole un mundo inexistente del más allá.

Es el contraste o la comparación de lo aprendido, en nuestra tierna infancia,
contra la razón de hoy, lo que golpea sin piedad…
Es ese gran vacío existencial que se avecina vertiginosamente,
oponiéndose sin contemplación a la fantasía inculcada,
lo que produce un defraude sin igual.

Hacemos extremos esfuerzos, desesperados,
por convencernos, creer y sostener las promesas de ese mundo infantil,
pero solo nos queda inútiles desgastes y el recuerdo amargo de marchas a la deriva.
Ningún camino de esperanza se vislumbra.
Es la resignación el resultado del arrinconamiento,
después de abrir infinidad de puertas,
todas ellas con caminos inexistentes o inciertos.
El gran silencio predomina y se impone.

Van claudicando la mayoría de los seres,
como en una procesión carente de sentido
otros afligidos o aterrados se bloquean y aturden,
y con triviales mentiras se conforman.
Como un alivio pasajero renuncian a pensar…
Cierran los ojos y dejan pasar…
… dejan pasar, y que sea la falsedad del misticismo,
la que conduzca sus vidas… esperan… y esperan,
y en esa espera se les pasa la vida,
aturdidos, fingiendo y depositando en esa fe, su largo y desvanecido peregrinar.
El silencio eterno se encarga de lo demás.

Me aferro cada vez más a la vida,
al contemplar el fluir indetenible del tiempo
que nos marcó inexorablemente al nacer.
A la mayoría, su transcurrir los hipnotiza.
No advierten, ven, ni pueden descubrir ni apreciar el sofisma,
tampoco quieren desprenderse de la única lucecita,
que en su interior los alumbra,
aunque sea perentoria y le impida ver con claridad.
Es como si necesitaran vivir engañados para calmar la inconseguible búsqueda.

Me agoto debatiendo internamente razones,
¡hilando a la nada!
para luego cada día mas, percatarme de la realidad.
Convencerme de que somos puro polvo de estrellas,
construidos sin intencionalidad, ni autor, ni propósito alguno.
Solo somos un gran evento al azar, entre otros tantos que se dan.

Fue precisamente el hombre, resultado de esos procesos fortuitos,
quien monto este gran escenario ilógico y sin fundamento.
Fue para diferenciarse de los demás seres vivos;
por no entenderse, ni aceptarse como tal,
y fue allá entonces, cuando elevaba su mirada al cielo,
cuando quedó deslumbrado con la misteriosa decoración de estrellas,
pero al no comprenderla, inició por necesidad,
el incierto espectáculo de la Religiosidad.
Dioses por todas partes creaba,
unos celestiales y otros terrenales.
Nada de esto le satisfizo al correr el tiempo.

Su ansiosa y desesperada búsqueda lo obligó
a reflejarse e identificarse con esa deidad inventada.
Nació así, el primer Dios a imagen y semejanza del hombre,
erigido y moldeado con su prehistórico pensar,
lleno de incertidumbre, rudimentario, insostenible…
y pintado con la confusión e ignorancia de aquel tiempo
errores y contradicciones colmaron su formación
y su prolongado silencio profundo se encargo de desgastarlo lentamente.
La soledad existencial, paulatinamente, ha comenzado a invadirnos e implantarse.

El tiempo se detiene cuando viajamos a la velocidad de la luz
¿o nosotros quedamos impedidos que la verdad nos alcance?
¡así es el juego de la vida!
no es el tiempo que nos deteriora y destruye
somos nosotros al movernos a la velocidad vital,
asignada en el soma celular…
… hasta que se apague esa llamita de bengala definitivamente.

Bastará con impedir marchitarla
o ingeniarnos en mantenerla encendida
¡entonces exclamaremos!
¡el tiempo se ha detenido!
¡pero nuestra lucecita continúa encendida
Viajando a la velocidad vital!


Saber reescribir la vida o modificar su abecedario,
será la única solución,
para acercarnos a ese mundo de acreencias infantiles
tanto como sepamos desprendernos…
… desprendernos de las mentiras cariñosas aprendidas…
aprendidas cuando éramos niños.
Cuando eso ocurra,
¡al saber, al amar y a la hermandad la habremos alcanzado!
¡ y a la utópica humanidad, al fin será realidad!




25/02/2010
Jesús Riquelme
Mi Otro Yo.
(Durmiendo)






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