101- LA VARITA MAGICA
Un
joven, colmado de ideales, caminaba meditabundo y ensimismado,
por las
riveras de un río, que serpenteaba un denso bosque,
extasiado
y abstraído, aparentemente sin rumbo definido.
De
repente, una luz brillante, casi cegadora, encandiló su vista,
inesperadamente
detuvo su incierto y angustioso andar,
una voz
atrayente y cautivadora se escuchó
¿a
dónde vas? ¿qué te preocupa?
sin
poder ver a nadie respondió al resplandor
“camino
a la deriva y quisiera ser mago”
¡Yo te
ofrezco una varita mágica, díjole la luz esperanzadamente,
pero
eso sí, convénceme antes para qué la necesitas
y cómo
la vas a usar.
Con su
mirada encendida de alegría,
el
joven rápidamente respondió:
Con esa
varita mágica persuadiría a la humanidad,
para
que sólo procree los hijos que pueda atender,
educaría
aceleradamente los que ya han nacido,
con una
absoluta calidad de enseñanza.
Usaría
todos los medios posibles y perfectamente seleccionados,
de esta
manera evitaría la explosión de la natalidad causante de la extremada pobreza.
Luego
eliminaría de los seres humanos la venganza y el odio,
la
soberbia y la altivez, la codicia y la envidia, la ira y la pereza
sustituyéndolas
por la humildad y la sencillez, por el pensar y el razonar
por la
comunicación y el amar.
Seguiría
con mi varita mágica, impregnando a las personas
con la
alegría de vivir, y saber compartir a plenitud,
ese
gran milagro de existir,
acompañándolo
con el sentido de comunidad y hermandad
Imploraría
a mis congéneres a dedicarse a cuidar la tierra,
¡nuestra
única y querida casita!
para
convertirla en un gran jardín
donde
juguemos todos a ser humanos de verdad
Con
precaución manejará esa varita mágica
para
sustituir la religión y su fé irracional y ciega, por la intelectualización y
la razón.
Seguidamente
convencería a los hombres a saber esperar…
…saber
esperar que sea la ciencia que resuelva la situación,
de la
confusión en la anhelada búsqueda de una vida celestial.
También
lograría que mis semejantes aprendan a escuchar,
a
escuchar con atención a los demás,
a ser
comedido prudente y ejemplificante,
evitar
la impulsividad y el reñir.
Le
haría comprender a todos los seres
que lo
único que tenemos de verdad en esta vida,
es la
humanidad y que hay que cuidarla intensamente
Le
haría concientizar al mundo entero
que ese
animalito llamado hombre
se le
escapó a la naturaleza
y ahora
está construyendo naturaleza
¡Hay
que protegerlo muy bien!
¡Es
único!
Con esa
varita mágica eliminaría por completo,
todas
las humillantes fronteras entre paises
ellas
son la representación gráfica del atraso
en que
se encuentran los habitantes de la tierra
Igualmente
erradicaría las cárceles
ellas
escenifican también la mayor vergüenza que padecemos
es la
exhibición del atraso en que nos encontramos
y el
fracaso estrepitoso de nuestra deteriorada educación
También
prescindiría de los ejércitos
y todos
sus arsenales de armas
su
presencia ofende e injuria a los seres pensantes
merma y
agota las arcas de la nación
y
empobrece a la población enormemente
La luz
enceguecedora y la voz afectuosa
interrumpen
al joven, repentinamente, otra vez
¡me has
sorprendido con tus nobles aspiraciones; se escuchó!
¡te has
ganado la varita mágica!
exclamó
la luz, con una voz misteriosa, amena y convincente,
que
retumbaba en la cabeza del joven
¡pero
te mereces algo mejor! dijo la voz enfáticamente
te
colmaré con las cualidades que requieres; prosiguió.
Encenderé
tu imaginación, ebullirá tu creatividad
tu
fuego intelectual desencadenará una tormenta de ideas
que te
fomentará seguridad y fortaleza, constancia y perseverancia
y sobre
todo amor al prójimo y a la creación
Te
impregnaré con mi luz y mi razón
¡que
también son tuyas!
con
ellas te transformarás en una varita mágica humana,
irradiando
luz y razón por donde vayas,
persuadirás
a los demás,
los convencerás
que se unan a tu obra.
Cada
uno lo transformarás en una nueva varita mágica,
acelerando
ese noble proceso que concibes.
La luz
resplandecerá para todos.
La
razón penetrará en sus mentes.
Las
personas se irán transformando.
¡Será
tu genuina obra!
Esta
luz y razón ya habitaban dentro de tu ser,
no la
sabías usar…
la
incertidumbre de tu infancia la apagó y la silenció
fueron
las enseñanzas equivocadas,
que
grabaron despiadadamente tu mente,
y te
obligó a ser, lo que no debiste ser.
Hoy ese
guión de vida te domina y te aturde,
impidiendo
hasta ahora irradiar tu luz y sonar tu voz,
¡por
eso querías ser mago!
porque
ignorabas que ya lo eras,
pero de
hoy en adelante se liberarán.
Ese
joven emprendió un nuevo caminar,
persuadiendo
y convenciendo a sus hermanos de creación.
Cada
vez más exaltaba los ideales que llevaba,
uno a
uno y poquito a poco, iban anexándose a su obra.
Y hoy
te extiende a ti, estimado lector,
una
motivada y calurosa invitación, a unirte también.
¡Te
convertirás en varita mágica, lleno de luz y razón!.
Y
juntas todas las varitas mágicas,
crearán
una perfecta humanidad.
La varita
mágica
Jesus
Riquelme Senra
20/11/2010