172-LA RESONANCIA DEL VIVIR de los primeros años… Primera Parte Reflexiones no. 31
LA RESONANCIA DEL
VIVIR
de los primeros
años…
Primera Parte
Reflexiones no. 31
Son un conjunto de voces y vivencias,
que van apareciendo, infiltrándose y brotando,
de la mente de un Ser,
¡Como Recuerdos!
Después de su mediana edad…
cuando se acerca a la vejez…
como si fuera una síntesis de su vivir.
Es el eco o murmullo, inesperado,
como si fuera una repercusión ruidosa,
que retumba en
la mente del Ser,
como un resumen de lo que le impactó:
¡Durante su
existencia!
Después que se le ha olvidado,
casi todo lo que había aprendido.
Es una conducta abstracta y extraña,
tranquila y serena, ensimismada,
sobrevaluada, amplificada y posesiva al mismo tiempo,
que proviene y es acomodaticia,
¡Del Guión de
vida!
¡Del libreto en
que participa en la vida!
La sedimentación, del largo recorrido de su existencia,
va evidenciando y reafirmando la síntesis abstracta,
¡Del Guión de
vida!
Comienza muy despacio, adaptándose a cada escena,
y el vivir lo va moldeando y transformando,
paulatinamente, con el correr de los años.
Es como una resonancia
o remanencia de fondo,
que eclosiona y emerge repentinamente,
¡Intermitentemente!
Como si fueran sobras resaltantes del vivir,
notorias y particulares para cada Ser.
El aprendizaje de antaño,
de aquellos tiempos…
va floreciendo y decorando,
todos los nuevos
presentes que van surgiendo,
¡Donde las
preocupaciones van quedando atrás!
El olvido aparece como si fuera,
¡Un mal necesario!
Ayudado y mezclado con el bullicio diario,
ambos se van, progresivamente, sedimentando o sepultando,
dándole cabida a un nuevo vivir, sereno y tranquilo,
sin prejuicio ni tribulación, tolerante,
¡En esos años
dorados!
Todo comienza a acomodarse,
como si viniera de una mano escondida,
creada y destinada para diseñarlo,
como si hubiera un propósito oculto,
para aliviar o aminorar…
¡Esos finales
devenires!
¡Que ocupan sus
nuevos presentes seniles!
Son algunos ayeres que ebullen…
apaciguados y calmados,
que se infiltran de ese mundo pasado,
que al despertarse,
por alguna asociación
de ideas,
probabilísticas,
producen un
régimen mental turbulento,
transitorio y provisional, rápidamente perecederos,
en breve tiempo.
Son pasos existenciales de su:
¡Vivir inicial!
Que retumban con intensidad,
en esas épocas finales de su vida…
sobre todo en aquellas que marcaron:
¡Su intenso vivir!
Ellos irrumpen repentinamente,
en el aquí ahora
del Ser,
como turbias sobras o residuos del vivir,
con otra frecuencia, intensidad y armonía…
son los últimos telones del Teatro de la vida del Ser,
que necesita contar:
¡La historia de su
vida!
¡Para que alguien
la escuche!
¡Vibra en su
cabeza como una necesidad perentoria!
O escribirla en un libro,
como la Odisea de su vida,
en forma de resumen o síntesis existencial…
¡Vestido del color
de la metamorfosis de cada ser!
De esta manera,
la persona se prepara para iniciar:
sin saberlo:
¡La despedida!
¡El desenlace!
¡Escribir su
epitafio!
¡Su regreso o
retorno de la vida!
¡De ese
misterioso, gran sueño existencial humano!
E incorporarse a lo que era antes,
¡Del maravilloso
parpadeo de su vida!
¡Al polvo cósmico!
No entendido esto,
mientras
transcurría su existencia,
solo al final de
ella,
¡En la resonancia
vital existencial!
¡Donde emergen
todas aquellas grabaciones mentales!
¡Intensamente!
¡Que marcaron
época en su vivir!
Y ahora,
en el ocaso de su vida,
¡Al preparar su
despedida!
¡En la Resonancia
vital de su existencia!
Continuará en:
LA RESONANCIA DEL VIVIR
Segunda parte
Reflexión no. 32.
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