250 - EL TEATRO DE LA VIDA Tercera Parte
EL TEATRO DE LA VIDA
Cuento, reflexión y ensayo n° 123
Tercera Parte
En alguno de los capítulos de la obra
“¡el
teatro de la vida!”
su autor desconocido,
narra, a través de sus personajes,
que la vida se torna y se percibe como
¡una gran fantasía, sostenida ficticiamente!
a lo largo
de toda su existencia,
cuando, los observadores están ubicados
fuera de la vida terrestre.
Así lo relatan y detallan
varios de sus personajes y actores de la obra
“habría que ubicarse fuera de la tierra”
y
observarla,
desde
la distancia y la lejanía…
para
poderla percibir objetivamente
como las
tantas veces, que hemos imaginado
a ese
globito celeste
flotar
misteriosamente
“¡en el
vacío del espacio!”
Deteniéndose a escudriñar a los humanos
en su vivir cotidiano terrestre,
detallando minuciosa y meticulosamente
a la
gran obra de la vida,
¡en
vivo!
representada por sus verdaderos y legítimos
¡actores
y personajes!
Habría que observarlos
con mucha atención y fidelidad
demorándose y permaneciendo extasiado,
embelesándose como si se estuviera
embriagado de
emoción
en un delirio
inimaginado
rodeado de un
misticismo encantador
dentro de su utópico mundo terrenal
concebido por los humanos…
Detallando y precisando las aparentes
pequeñeces de
su vivir,
con la energía y la fantasía que ellos encarnan,
en cada acto del teatro de su vivir
asignado por el guión de vida
¡inadvertidamente…!
Ellos aseguran que todo su desenvolvimiento
son actos legítimos auténticos, autónomos y
espontáneos,
y así, convencido se encuentran
poblando el escenario terrestre.
De esta manera se podría conjeturar con certeza
que el autor de la otra el teatro de la vida,
es el mismo diseñador de la humanidad
Se podría comprender entonces
¡las
grandes búsquedas de la humanidad!
que todavía no han sido encontradas
como
¡el significado de la vida!
con todos los enigmas que lo acompañan…
“los
para qué” y “los porqué”
con toda la fantasía que los humanos,
le han ido agregando constante y permanentemente a
la vida,
¡contradictoria
y errátilmente!
Como si la intención fuera,
construir una fantasía alegórica,
con la cual,
decoran al humano, ficticia y artificialmente,
creándoles
emblemas, fábulas, leyendas metafóricas,
combinadas y mezcladas con mitos y símbolos,
imaginaciones, cuentos y creaciones.
Pero, para los actores involucrados
en el
auténtico y vivo teatro de la vida terrestre
la vida
es una lucha tenaz y feroz
¡por
figurar y hacerse notar, a cualquier precio!,
¡por el
concepto del propio valer!,
derivado y regido por las
cuatro
hambres de la humanidad.
Dominado por un gran aturdimiento,
Inherente a la materia palpitante,
que forma a los humanos
¡por la
condición vida!,
con una inicial e incipiente conciencia
rudimentaria
que le
impide auto verse
y lo limita en su auto-analizarse,
cónsono con la razón y la verdad,
exenta y libre de contaminaciones,
pero también revestida de la relatividad.
Con una consecuencia inmediata,
quedan
afectados, automáticamente,
por las múltiples variables aleatorias
que afectan a cada observador.
Simultáneamente…
cada observador terrestre
percibe, que las enseñanzas-aprendizajes del ser
son azarosas y relativas al trascurrir de su
existencia
y a la
relatividad probabilística de la vida.
Además aparecen como si fueran acomodaticias,
elásticas y transigentes,
al tener que adaptarse,
alineándose y adecuándose al
¡mundo
fortuitico y casuístico de la vida!,
incluyendo
la relatividad inadmisible e incomprensible,
¡del
tiempo!
la cual, también se ajusta, alinea y amolda,
¡desapercibidamente!,
sometiéndose, armonizándose y ordenándose…,
¡fluctuando sin que el ser lo advierta!
¡Es la
nada!,
convertida en materia palpitante y vibrante,
momentáneamente,
sin
saber “porqué” ni “para qué”
en un brevísimo instante,
en un parpadeo de ojos del universo
¡efímero,
fugáz y repentino!
en
forma súbita, rápida y corta.
Todo es como un relámpago,
sin el trueno que lo acompaña…,
y que mágicamente adquiere
¡el don
del sentir!
Sentir diversas sensaciones y
emociones de todo tipo,
hasta donde le permitan sus maravillosos órganos
sensoriales,
y aún más allá de sus sentidos…
los que le proporciona la sorprendente,
imaginación y creatividad.
Continúa expresando el autor desconocido,
a través de sus personajes y actores,
¡es la
nada!
convertida en actores y personajes,
¡todos
humanos!
actuando
en vivo,
en su
aquí ahora,
de la
gran obra épica lírica,
del
teatro de la vida terrestre.
Es el algo mágico y desconocido,
transformado en actores, comediantes, protagonistas,
cómicos, ejecutantes, farsantes, enmascarados…,
¡víctimas
de la vida…!
de la
gran obra teatral,
escrita casi idéntica a la maravillosa humanidad.
Todo esto guiado, conducido y dirigido,
ocultamente, como si fuera un gran secreto
pasional,
agazapado, callado y enmascarado,
camuflado y disfrazado, como un desconocido,
en el
carnaval de la vida,
totalmente ignorado,
encarnando guiones teatrales
sembrados en su pasado,
por la poderosa fuerza del guion de vida,
pero totalmente inconsciente e inadvertidos.
Así lo hacen ver,
algunos
personajes, en cada acto de esa gran obra teatral,
del teatro de la vida.
¡Es la
coincidencia que hay entre
la “obra” el teatro de la vida,
con la
sorprendente humanidad!
Es el gran guión de la vida,
¡es su
libreto vital!
donde están guardadas, sigilosa e inadvertidamente,
las
cuatro poderosas hambres de la humanidad
que lo
rigen durante toda su existencia:
1) El hambre de alimento y de bienes materiales
2) El hambre del tomame en cuenta,
3) El Hambre de estímulos y motivaciones y
4) El hambre del sentir
Estas cuatro hambres humanas
están presentes
en los dos casos,
y nacieron con la materia palpitante,
sin saber, todavía, qué
porcentaje es aprendido,
y cuál es genético.
Todo los seres la
tienen,
en mayor o menor grado aunque
¡nunca lo saben!
A veces, escasos seres
la presienten…
muy lejanamente…
como una somera sensación…,
silenciado por el complicado y
atormentador
bullicio vital cotidiano
que actúa amordazando
al yo verdadero del ser
oculto en el pasado ya
vivido
y manejado mágicamente por
¡la asociación de ideas!
para crear la inexplicable
noción de la conciencia.
La primera hambre es:
el hambre de alimento y de bienes materiales,
que tiene y lleva la mayor
componente genética,
¡como un instinto de conservación de la vida!
¡armada como materia palpitante!
es inherente a ese don
desconocido,
del porqué y el para
qué
se armó de esa manera…
De inmediato afloran y brotan
la preguntas vitales:
¿fue todo un proceso probabilístico?
¿fue impersonal, involuntario y sin diseñador?
¿tuvo un componente intencional?
¿tuvo un porqué y para qué
por algún diseñador notable o inteligente…?
Este hambre de alimento tiene
un rudimentario inicio
en el incipiente mundo atómico
totalmente desconocido…
Cuando cada átomo capta y devora,
engullendo insaciablemente
con una contundente voracidad,
a otro átomo más débil y pequeño que él,
¡para completar su equilibrio energético
orbital!,
¡aniquilándolo!,
¡…ingiriéndolo como alimento, quitándole sus electrones
externos!,
necesario para llenar
¡sus niveles energéticos extintos!
de sus órbitas externas
incompletas…
¡todo esto, todavía ignorando, el como ocurre!
Más tarde este proceso
evolucionó crecientemente
y la materia palpitante ya
formada,
lo convirtió en un alimento
esencial
para suplir sus necesidades
energéticas internas,
garantizando de esta manera, la
estabilidad del ser…,
¡de esa materia palpitante llamada vida!
Luego aparece un anexo,
a esa hambre de alimentos,
que es
el hambre de bienes materiales,
donde el ser necesita
suplir sus necesidades y aspiraciones…
Así nació la primera hambre
humana,
¡el hambre de alimento y de bienes materiales!
Luego, más tarde,
paralelamente,
y en algunos casos,
simultáneamente,
nació progresivamente,
la segunda hambre de la humanidad,
ella es:
el hambre emocional y
psicológica
¡del tomame en cuenta!
como un complemento del
concepto vital
del propio valer del ser.
Esta segunda hambre del tomame
en cuenta,
se hizo absolutamente
indispensable en el ser,
se extendió y comenzó a regir
todo su comportamiento,
¡absolutamente todo!,
¡durante toda su existencia!,
¡se impuso vitalmente!
como una necesidad intrínsica
¡del concepto del propio valer!
Se constituyó en una poderosa
guía,
tanto para los humanos
como para todos los actores
de la obra el teatro de la vida.
Todos estos detalles,
narrados anteriormente, en la
gran obra:
el teatro de la vida
son los mismos,
que en la maravillosa y
sorprendente humanidad.
Continua
en: EL TEATRO DE LA VIDA Cuento reflexión ensayo n° 124 (Cuarta Parte) |
EL TEATRO DE LA VIDA Cuento reflexión ensayo n° 123 (tercera Parte) 20-12-2023 Jesus Riquelme Senra jesusriquelmesenra@gmail.com |
Comentarios
Publicar un comentario