266 - LAS INOCENTES MENTIRAS Segunda parte
LAS INOCENTES MENTIRAS
REFLEXIÓN Y DISERTACIÓN # 23
Segunda parte
Cuando el autor de las inocentes mentiras las inicia,
él cree firmemente que le está haciendo un bien
al ser que las
recibe, las acepta y queda convencido…
con plena fe que
son cierta, veraces y esperanzadoras.
Ambos han permanecido toda su vida
engañados y alucinados con ellas….
Ambos están plenamente persuadidos que son ciertas.
De esta manera a los dos
se le consume y le transcurre toda su vida,
esperando… esperando,
¡angustiándose!
porque nunca llega lo ansiado…,
y cada vez más se hace inaccesible,
hasta extinguirse
por la completa ceguedad
que les ocasiona
las inocentes
mentiras.
Sugestionados con todo su contenido como veraz,
¡algo incuestionable!
lo dan por asentado
¡ que son verdades
inmodificables!.
Ambos quedan extraviados, sin saberlo,
por los desaciertos obsesivos mentales no asimilados
que limitan e impiden su lógico pensar…,
¡su auténtico razonar!
Engañados y confundidos,
sin poder razonar frente a ellas,
hipnotizados por las ilusiones
ofrecidas contenidas en ellas,
aprendidas de su tierna infancia…
y ofrecidas por sus Dioses de aquellos momentos,
materializados en sus progenitores… sus educadores.
Todo esto le produce a los humanos,
una fantasía seductora,
engañosa y desorientadora,
que lo encandila y lo engatusa,
fascinándolos a vez.
El ser
naciente queda impactado,
adormecido por el encanto
del cuento religioso
narrado por sus ídolos o héroes,
trasmitidos con una inmensa fortaleza
creíble para toda su vida,
¡incuestionable!.
Todos quedan inmóviles, embebidos,
atónitos y petrificados por la fe
impuesta,
precisamente cuando se encontraban
completamente indefensos
en el pensar y
en el razonar
bloqueados y silenciados por completo.
Esas inocentes
mentiras
van trasmitiéndose de padres a hijos
en una interminable sucesión
que les impide a los seres
nacientes
recurrir a cualquier otra alternativa razonable
quedando encasillados
en una completa indefensión.
Más tarde, mucho más tarde,
la condición humana terrestre
conlleva al ser
a aferrarse sin restricciones a ellas…,
haciéndolas depender exclusivamente de su
ciega fe impuesta,
con la cual trata de afianzarse,
asegurando su diseñada
existencia por sus progenitores.
Esas inocentes
mentiras pasan a ocupar
¡el centro de sus vidas!,
tanto material e intelectual como religioso
constituyéndose en la parte principal del
¡guión de vida!,
del libreto en que participamos,
enraizado, engranado, y arraigado profundamente,
en todas sus estructuras y componentes
que se evidencia en su
vivir cotidiano.
Pero más allá, profunda y desapercibidamente
interviene en casi todas sus decisiones…
en todo su sentir
de la totalidad de sus emociones,
en todas las interpretaciones del
¡vivir cotidiano!.
directa e indirecta y circunstancialmente,
por medio de las
mágicas asociaciones de ideas
que invocan, activan y traen a colación
desde tiempos antaños, dormidos y sedimentados,
hasta el presente.
Las revive y las une al
¡aquí ahora!
con gran nitidez
con todos sus sentires de aquellos tiempos.
Estas inocentes mentiras
invaden todo el yo,
su personalidad,
su alma,
para toda la vida.
Es una fijación enfermiza.
Hasta el extremo que los humanos
han realizado innumerables e interminables guerras
atroces y sangrientas
defendiendo a sus Dioses
creados por ellos mismos
y contados a través de las inocentes mentiras,
en sus cuentos
religiosos
engañando también inocentemente
a padres e hijos sucesivamente
como auténticas y veraces narrativas,
como en las “santas cruzadas”
igual que esas “horrendas matanzas de
judíos”,
en las “inadmisible inquisición”.
Los nacientes humanos se aturden,
quedando incapacitados,
¡por la irreversible ceguedad!
¡por el sectarismo discriminatorio enfermizo!
Estas inocentes
mentiras forman parte del
“concepto del propio valer”,
“mi apellido es de alcurnia”,
“los blancos son superiores a los
negros”,
“los arios son la raza pura”,
“Dios castiga sin palos y sin
piedras”.
Lo más grave resulta
que los seres la convierten en
dañinos perjuicios en francés como
“somos pobres y tenemos que
soportarlo”,
“es una prueba que Dios nos puso”.
Depende todo de la enseñanza-
aprendizaje.
Un perro será un salvador de heridos,
si así lo enseñaron,
en cambio será un terrible
perseguidor,
de delincuentes,
si así también se lo enseñaron.
Así es la humanidad con el
guion de vida;
la diseñaron por medio de la
enseñanza – aprendizaje
y las inocentes
mentiras.
Todo es un mundo aleatorio.
Los seres no advierten todo este proceso
probabilístico
que lo forman desde su nacimiento…,
ignoran que su yo
es azaroso,
que su personalidad
es casuística,
que la sensación de su alma es ficticia y
aleatoria.
No existe una verdadera autonomía,
autenticidad y
espontaneidad.
Continua en LA INOCENTE MENTIRA REFLEXIÓN Y DISERTACIÓN # 24 Tercera parte
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LA INOCENTE MENTIRA REFLEXIÓN Y DISERTACIÓN # 23 Segunda parte 05-04-1998 Jesus Riquelme jesusriquelmesenra@hotmail.com
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