233 - CONCILIACIÓN ENTRE DIOS Y EL DIABLO cuarta parte

 

CONCILIACIÓN ENTRE DIOS Y EL DIABLO

Cuento-reflexión-y ensayo N°93

Cuarta parte

 

Después de breves minutos cósmicos…

ya recuperado Dios,

del impacto recibido en la reunión anterior…

debido al recordatorio,

de las vivencias pasadas.

 

Y cuando Dios,

exageradamente ansiolítico,

y excesivamente motivado,

anunciaba la nueva reunión.

 

Procediendo de inmediato a convocarla,

en un sitio,

donde todavía no había llegado la luz,

de los eventos que quería volver a ver,

ocurridos o provenientes,

de la esferita azul de la tierra.

 

Ya que la mayoría de los recuerdos,

estaban borrados de su mente,

y los otros se habían superpuestos y desdibujados…

 

Así eligió:

un remoto sitio…

 donde la luz de las imágenes de esos ayeres,

le faltaba algún trecho de tiempo por llegar…

para así poder volver a ver,

¡esos acontecimientos!

que no podía recordar ahora,

o estaban extintos,

por no haber prestado la atención necesaria,

¡cuando ocurrieron!

 

Allá, en ese alejado sitio…

apartado, tan distante y lejano,

arrinconado en un lugar,

¡vía al infinito!

se reunieron todos, con una puntualidad asombrosa.

 

Todos se encontraban interesados,

atraídos apasionadamente,

cautivados y codiciando al mismo tiempo…

motivados y estimulados,

por participar en esa:

inimaginable reunión.

 

Dios los felicitó, por su puntual asistencia,

 y antes de hablar el Diablo,

los ángeles le pidieron a Dios,

que los dejara hablar a ellos,

por qué la vez anterior, no pudieron expresarse.

 

Así consintieron todos,

y los ángeles comenzaron a pronunciar,

 sus primeras palabras…

¡estamos altamente motivados!

¡por esta deferencia inigualable!

de permitirnos expresar nuestro sentir:

ante usted,

y ante los dos iconos Humanos más resaltantes.

Todos esperamos que esta reunión produzca,

 la alegría y el entusiasmo total,

¡para todos!

 

El universo es uno solo…

y cualquiera que sea la verdad,

de su interpretación,

todos formamos parte de ella…

 y todos nos beneficiaremos de la armonía,

y disfrutaremos “esa verdad”

 

Continúan los ángeles hablando,

felicitamos efusivamente a Dios,

por haber elegido este sitio…

apartado y desvinculado,

excluido y lejos del bullicio cotidiano,

confinado al ideal del infinito,

donde nadie nos distraerá…

ni tampoco nos perturbará,

y donde Dios necesitará recordar…

¡sus ayeres, casi borrados!

…los necesitaremos todos,

para poder recapacitar,

y lograr que nazca,

¡un nuevo tiempo!

con todos sus anexos necesarios

para estabilizar la:

¡armonía y comprensión de todos!

 

Dicen los ángeles,

con una sola voz,

¡unísono!

hablándole a Dios,

es necesario que veamos todos,

el desfile de los acontecimientos,

en este preciso instante,

que está llegando la luz,

desde allá,

de aquellos tiempos.

 

Esto nos ahorrará infinidad de palabras…

¡no será necesario!

los argumentos y recordatorios,

¡por qué todo es en vivo!

¡¡no habrá motivos para dudar de ellos!!

 

Hicieron todos,

un pequeño y breve:

tiempo cósmico,

de absoluto silencio detenidamente,

percibiendo y descifrando,

 al observar cuidadosamente,

toda la información que llegaba,

percatándose, al recaudar y comprender…

¡toda la Historia Humana!

desde los albores de los primates,

y de los hombres rudimentarios de aquel entonces,

cuando se encontraban deslumbrados,

por el cielo estrellado incompresible,

que los condujo a crear sus Dioses,

con la escasa información y el saber que tenían,

en aquel entonces…

todo ocurrió,

¡contundentemente!

 ¡crudamente!

como sucedió en aquellos tiempos,

donde la humanidad,

comenzaba a gatear sus primeras sensaciones de vida.

 

Las dudas y los errores,

de la superposición de la reminiscencia,

que trajo, cosas olvidadas, al presente,

como recuerdos y evocaciones vagas,

¡como una remembranza!

se erradicó por completó.

 

El semblante del rostro de Dios,

fue cambiando despacio pero firme,

al ir asimilando, distinguiendo y captando…

ese enorme conglomerado de:

¡vivencias, ya olvidadas, significativamente!

  fue sacudido y conmovido,

como si lo hubieran azotado,

o removido todo su interior…

se sintió zarandeado y amedrentado,

pero con el retorno de la:

¡humildad necesaria!

para auto valorarse,

y pensar en su verdadero origen,

y las valiosas cualidades adquiridas,

que lo perfilaban como:

¡la perfección absoluta!

 

No fue necesario continuar con la argumentación…

los ángeles sintetizaron todo lo percibido,

por la luz que estaba llegando…

¡y evidenciaba la veracidad de los recuerdos!

convertidos en nuevos presentes.

 

Dios de inmediato admitió,

todo lo mal aprendido…

 pero no pudo responsabilizar a nadie,

¡no ubicaba a sus progenitores!

y dijo con una nueva voz,

muy humilde…

esperanzado en transformar su imagen,

frente a la humanidad,

y a los ángeles que se encontraban:

expulsados y despedidos,

del paraíso celestial…

de esos jardines deslumbrantes,

por haber sido echado de ellos,

arrojados o exiliados,

como un destierro definitivo,

excluidos totalmente,

como cuando los humanos,

deportaban, excluían o extrañaban,

algún coterráneo, de su país,

¡como un castigo!

   

Todo esto se va a corregir,

¡exclamo Dios!

yo me desconozco…

 lamentándose,

les pido disculpas,

por haber utilizado los castigos

por haber cultivado el rencor y el resentimiento,

y haberlos acumulado dentro de mi…

¡ignorado!

no consciente,

con un odio indebido.

 

De inmediato ordena…

“que todos pueden entrar en el paraíso celestial”

¡en mi casa!

a todos los trataré de hoy en adelante,

¡de igual a igual!

corregiré las pasiones bajas,

mal enseñadas,

y mal aprendidas por mí.

 No se dé donde las aprendí y adquirí,

¡la prepotencia!

¡el engreimiento!

¡el exigir que me adoren…!

¡eso es enfermizo!

el castigar en lugar de enseñar

el odiar a mi propia creación,

el cultivar el sentimiento de odio y de venganza,

con que yo, he castigado a mi propia creación…

¡a mi gran obra!  

 

Todos seremos iguales…

repite constantemente Dios,

todos tienen las puertas abiertas,

en el reino de los cielos…

en este paraíso celestial,

todos son y serán,

¡mi necesaria compañía!

 

¡Prometo…!

que no descansaré hasta no conseguir,

de donde yo, aprendí todo esto,

y quien me lo enseñó,

tuvo que haber sido alguien,

por qué todos somos: 

¡producto de la enseñanza y del aprendizaje!

 

Les avisaré a todos cuando será,

   la próxima reunión,

donde les informaré,

todo lo que pasó y como lo obtuve.

 

Con un fuerte abrazo simbólico y reconfortante,

 ¡de confraternidad!

se despidieron todos,

para permitirle a Dios, el necesario descaso,

del impacto que recibió,

¡me despido de todos!

dijo Dios

 

Continua en:

CONCILIACIÓN ENTRE DIOS Y EL DIABLO

Cuento-reflexión-y ensayo N°94

Quinta parte

CONCILIACIÓN ENTRE DIOS Y EL DIABLO

Cuento-reflexión-y ensayo N°93

Cuarta parte

02-09-2023

Jesus Riquelme Senra

jesusriquelmesenra@gmail.com

 

 

 

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