138- YO ESTOY MAL, TU ESTAS BIEN. ENSAYO NO. 17. ( PRIMERA PARTE)


YO ESTOY MAL, TU ESTAS BIEN
ENSAYO  N° 17
(Primera Parte)

Continúan los procesionarios marchando y marchando,
¡En la gran Procesión Humana!
¡Durante toda su vida!
¡Sin cesar!
¡Indefinidamente!
                                                             ¡Hasta el final!                                                           
¡Sin advertirlo, ni percatarse!

Están poseídos y absorbidos totalmente,
como si estuvieran cautivados, petrificados y abstraídos,
en su:
¡Posición existencial frente a la Vida!
¡Yo estoy mal, tú estás bien!
Construida y labrada durante:
¡Todo el fluir de su existencia!

Desfilan aturdidos, turbados y desasosegados,
dentro de una soledad, que les impide razonar,
por estar:
¡Cegados, abrumados, y en su mayoría bloqueados!
¡Aislados del pensar!
Como si fuera un auto destierro,
retirados y separados de la:
¡Claridad mental!
¡De la realidad y del intensamente vivir!
¡En el Aquí Ahora!
¡Acorde con la verdad!
Como si fueran unos misántropos,
encerrados en sus maniáticas ideas,
¡Inflexibles!
¡Subordinados a la ficción aprendida!
¡Sin querer escuchar el razonar de los demás!

Esta procesión está nutrida y alimentada,
por una variedad de seres humanos…
¡Que sienten que están mal y que los demás están bien!

Los que su infancia oprimida les negó la:
 ternura merecida.
Los que no han podido comprender:
lo que significa Vivir
Los que su deficiente educación los convirtió:
¡en eternos resentidos!
Los que le enseñaron a reñir:
¡para hacerse notar!
Los que le enseñaron a anteponer:
¡la fe a la razón!
Los fugados de la realidad, avasallados y desorientados:
¡por la ficción!
Los que ahogan su reír, y palidecen al mirar
¡y marchitan su sentir!
Los que no han encontrado otro ser, con quien jugar:
¡ese difícil juego de saber amar!
Los que no quieren ir a dormir porque no han podido saciar
¡sus ansias de amar!
Los que por la causa que fuere, el anonimato, el silencio, y la lejanía:
¡los hace sentir mal!
Los que todavía no han podido lanzar:
¡su gran grito de libertad!
(………….)
  
Estos procesionarios que se sienten mal, podrían ser profesionales virtuosos
en su profesión, o valiosos en su saber, pero en lo profundo de su Ser,
hay Algo que los hace sentir mal y ven que los demás están bien:
¡Es su Niño que se siente mal!
Por eso:
Caminan y caminan, dentro de esa aturdida manía:
¡Confundidos y desorientados!
¡Abrumados por no entender la Vida!
¡Tal como es!
¡Una realidad mutante!
¡Probabilística!
¡Sin intencionalidad!
¡Sin detener su andar!

Es un desfile de seres humanos:
¡Hipnotizados por la fe!
¡Seducidos y afligidos por la ficción!
¡Descarriados, deslumbrados y convencidos!
buscando y buscando,
indagando y rastreando:
¡Qué significado tiene la Vida!
Se resisten a entender y admitir:
¡La acertada y contundente realidad!
Y como consecuencia: surge de inmediato,
¡Un contraste de la fe aprendida en la infancia!
¡Contra la cruda realidad que los avasalla!
Sacudiéndolos, Impactándolos y atrapándolos en un:
¡Estado alterado de conciencia!

Ellos están persuadidos y hacen esfuerzos titánicos,
para solucionar y saciar sus necesidades espirituales,
que laten intensamente en lo profundo de su Ser,
¡No saben porque lo hacen!
¡Ni lo pueden precisar!
¡Tampoco saben que esperan de la procesión!
Solo al parecer comprenden, presienten o sospechan:
¡Que algo les falta a sus vidas!
Al pretender buscar el:
¡Destino soñado!
¡Sin razonar!

Esperan que ese Algo:
Le decoren y pinten sus almas con el color de la felicidad,
eternamente buscado:
¡Ilusamente ansiado!
Codiciado y anhelado toda su vida
¡Es un Algo relativo y utópico!
¡Íntegramente aprendido!

Así se mantienen apartados, separados y auto excluidos:
¡De la realidad!
Tratando de otorgarse y auto concederse ese:
¡Algo!
o esencia especial de la deslumbrante felicidad
Intensamente y enteramente prometida, asegurada y garantizada,
en sus iniciales años de indefensión:
¡Donde todo lo aceptaba!
¡Donde todo era una verdad indubitable!

Al impulsarse el saber de la Humanidad,
surgieron como consecuencia
las cuatros posiciones existenciales de la Humanidad:
1)    Yo me siento bien, tú te sientes bien
2)    Yo me siento bien, tú te sientes mal
3)    Yo me siento mal, tú te sientes bien
4)    Yo me siento mal, tú te sientes mal

Y fue precisamente la tercera posición existencial:
¡Yo me siento mal, tú te sientes bien!
la que originó por compensación entre los humanos:
¡La discriminación entre ellos!
Despreciándose, excluyéndose y segregándose mutuamente,
agravada sustancialmente, por la religiosidad que aupaba todo,

Surgieron entonces, posturas radicales de rechazo y menosprecio:
¡Mi gente es mejor que la tuya…!
¡Mi juguete es mejor que el tuyo…!
¡Mi religión es la verdadera y auténtica…!
¡Mi apellido es mejor que el tuyo…!
¡Mi raza es superior a la tuya…!
¡Yo soy pobre pero Dios está conmigo…!
(……)

Estas dañinas posiciones existenciales frente a la vida,
agrupó acoplando paulatinamente a los seres humanos:
¡En la gran procesión humana!
En manías afines que los mantienen unidos,
y congregados por la coincidencia de esas
extravagantes, paranoicas y enfermizas ideas y posturas de,
¡Yo estoy mal, tú estás bien!

De esta manera, los procesionarios comenzaron, y siguen marchando,
aglutinados en conjuntos de manías similares,
haciéndose compañía unos a otros,
reforzándose mutuamente cada vez más sus argumentos,
y agravándolos, al mantenerlos a todos dentro de:
¡La aturdida procesión, sin notarlo!

Muchas veces, los procesionarios,
lograban por alguna causa o evento probabilístico,
que lo afectara sobremanera,
solicitar la ayuda de una persona o profesional,
en busca de amparo psicológico o protección,
pero lo encontraban en otra persona
que también estaba marchando en la misma aturdida procesión.
Esta ayuda agravaba terriblemente al procesionario,
que en lugar de mejorarlo y lograr que abandonara la posición y corrigiera:
¡Su posición existencial frente a la Vida!
¡Yo estoy mal, tú estás bien!
a
¡Yo estoy bien, tú estás bien!
Lo que hace es arraigarlo y consolidarlo aún más,
 en su posición existencial enfermiza

Así comenzaron a nacer los fatales juegos psicológicos,
principalmente por la posición existencial de cada uno de los procesionarios,
pero además influyeron en los juegos psicológicos nacientes,
el aprendizaje y la educación del procesionario
que recibieron de sus educadores, sus progenitores, su escenario,
y todo el contorno complementario que los guió en su vida.

Estos juegos psicológicos son aprendidos de la interrelación cotidiana del hogar,
del sitio donde se educaron, conjuntamente con todas las vivencias:
¡Que los acompañó!
Todo esto fue grabado indeleblemente en sus mentes,
formando sólidamente su YO
que el procesionario defiende a ultranza toda su vida como auténtico.
Todo esto sucedió sin que se diera cuenta ni estuviera consciente.

Hay mucha ventaja y facilidad en otorgarle ayuda al jugador crónico
   o al procesionario, si este no se encontrase dentro de la posición existencial
¡Yo estoy mal, tú estás bien!
¡Y su guión de vida fuera de final abierto!
¡Y si fuera un procesionario profesional o con suficiente conocimiento!
¡Y que sepa escuchar!

Es importantísimo el que el procesionario o el Ser afectado
de la posición existencial de:
¡Yo estoy mal, Tú estás bien!
sepa escuchar, aunque le cause mucha molestia,
porque precisamente, el ocupar esa posición existencial,
lo hace comportarse de esa manera,
¡resistiéndose al saber dialogar y al saber escuchar!

Y más aún, entienda que es una postura totalmente aprendida
de otros seres humanos,
del escenario físico y humano que lo siguió durante su vivir,
y con mayor fortaleza,
¡En su tierna Infancia!
¡Que le diseñó su YO!
¡Y su guión de vida!

Reflejándose luego en su YO Móvil,
que casi siempre se comporta como incontrolable,
y le hace ver al Ser que crea y se convenza:
¡Que  su YO es autónomo, auténtico y espontáneo!

Y entonces, por ser enteramente aprendida
esa posición existencial, es también corregible y silenciable,
con otro nuevo aprendizaje estudiado y pensado,
con experiencia y con calidad,
por personas calificadas y capacitadas,
que entiendan que esa postura existencial frente a la Vida:
¡Yo estoy mal, tú estás bien!
puede ser cambiada o silenciada y auto grabada por otra reconfortante:
¡Yo estoy bien, Tú estás bien!
Cimentada por:
¡La Vida es la mayor maravilla existente!
¡Hay que vivirla intensamente!
¡Y con alegría!
¡En el Aquí Ahora!
¡En el presente!

Silenciando todas aquellas grabaciones que le produjeron:
Esas dañinas manías de considerarse:
¡Yo estoy mal, Tú estás bien!

¡Vendrá entonces!
¡Un telón del Teatro de sus Vidas que se cierra y cae!
Ocultando episodios de vida ya vividos y atormentadores
¡Aprendidos de esa manera!

Y un nuevo telón del Teatro de sus Vidas
que se levanta y abre un nuevo episodio del venidero Teatro de sus Vidas
donde reinará:
¡Saber reír, saber mirar, saber pensar!
¡Saber sentir!
¡Saber Amar!
¡Saber Vivir!
¡Amar a esa gran obra llamada Humanidad!
¡Todo esto estará en el nuevo Guión de Vida Reescrito!
¡Yo me siento bien y Tú también te sientes bien!
¡Todos nos sentimos bien!
Maravillados y alegrados por ser integrantes de:
La Gran Maravilla jamás vista
¡Sin parangón!
¡La Humanidad!
¡Poseedora de conciencia!
¡Seremos Dioses terrenales!
¡Y así no deberemos comportar!



Nota: Este ensayo continuará
en el Ensayo No. 18



YO ESTOY MAL, TU ESTAS BIEN
ENSAYO  N° 17
(Primera Parte)
Jesús Riquelme Senra
26/03/2020

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