255 - LA GRANDEZA Y LA PEQUEÑEZ HUMANA Primera parte

 

LA GRANDEZA Y LA PEQUEÑEZ HUMANA

Ensayo # 140 

Primera parte.

 

La grandeza y la pequeñez  humana,

como conceptos abstractos,

ocurren dentro de su mente,

en forma general y simultáneamente,

latiendo intensamente

durante toda su existencia.

 

Esta dualidad extrema,

igualmente se encuentra en el universo,

entre lo infinitamente grande e inalcanzable,

y lo infinitesimalmente pequeño e invisible

¡ambos impalpables e inasimilables!.

 

Esa grandeza y pequeñez humana

también

palpitan aturdiendo a la mente del ser,

sin que este pueda asimilarlo,

¡ni entender nada!

 

La humanidad está enfrentada de por vida

a estos dos mundos diametralmente opuestos,

coexistiendo en una misma mente

¡al mismo tiempo!

como una simbiosis.

 

Son extremos inaccesibles

 totalmente incompresibles,

tanto en la vida humana como en el universo.

 

Es el vaivén de la existencia humana…

Es el alto y el bajo de la vida…

Son los avatares azarosos inesperados…

Es la oscilación de lo que nos rodea...

Es la levedad de la humanidad…

Es el universo eternamente vibratorio…  

 

Es una lucha desesperada

contra la imperceptibilidad general…

es un enfrentamiento interminable

¡es la condición vida!

 

Es una inacabable contienda de combates y altercados

al peregrinar el ser por rutas y sendas a la deriva

¡sin advertirlo!

 

Cuanto más nos acercamos

a la inmensidad del ilimitado cosmo,

 más se agranda y se transforma,

convirtiéndose en un enorme

colosal y exorbitante espacio.

 

Y cuanto más nos aproximamos a lo

infinitamente pequeño,

se empequeñece aún más,

compactándose exageradamente

 ¡ese diminuto mundo!

 

Ambos aumentan intensamente

tanto su pequeñez como su grandeza

se convierten en inalcanzables e inabordables

incluida

 la grandeza y la pequeñez

del alma humana.

 

Son símiles que golpean sin piedad

al ser humano

porque son inmanejables;

lo dejan inmóvil, petrificado y paralizado

en una total quietud cataléptica

deteniéndose sin posibilidades de reaccionar:

¡es un proceso indiferente al humano!

 

Es la curiosidad del ser    

que lo hace enfrentarse,

inmiscuyéndose en esos extremos descomunales…

Su única arma efectiva y disponible

es la imaginación e inventiva

ayudado por la creatividad.

 

La humanidad lucha en un batallar incesante,

bregando en desiguales condiciones

¡la contienda es vitalicia!.

La suerte de la riña tiene un destino preseñalado

y contra el tiempo está perdida

antes de haberse iniciado.

¡Es la condición vida terrestre!

¡que limita y absorbe al humano completamente!

 

Todo está envuelto en la rigidez inmodificable

¡de la probabilidad!,

¡de la aleatoriedad!

¡de la oscilación y el balanceo de la vida!,

del zigzagueo y vibración interminable del Cosmo

en este mundo enteramente cimbreante y vibrátil.

 

La grandeza y la insignificancia del ser,

al mismo tiempo

y simultáneamente,

marchan juntos dentro de lo

abstracto y relativo de ellas

dependiendo de la

¡enseñanza – aprendizaje!

que para ese momento la hayan adquirido.

 

Vienen en su ayuda

¡la razón, el pensar y el saber!,

¡la constancia y perseverancia!

 

A veces, estas armas se tornan en

¡ineficientes e inútiles!  

frente a la enorme e inconmensurable

¡grandeza!

 

También

La insignificancia y la pequeñez del ser

resulta abismal

comparada con lo diminuto de ese mundo,

que se empequeñece cada vez más,

¡más y más!

¡interminablemente más!

indeteniblemente

¡al borde del cero absoluto!

 

La grandeza del ser

se torna empequeñecida

cuando nos avecinamos interminablemente…

¡más y más!

¡a esas inmensidades incompresibles!,

¡misteriosas e inaccesibles!.

 

Lo mismo ocurre cuando penetramos cada vez más,

¡más y más!

en el mundo de lo infinitamente pequeño

que se va convirtiendo en… casi cero

 

Es un gran choque de trenes

la sorprendente grandeza del ser

contra su pequeñez e insignificancia

que lo domina y descalifica.

¡Es el abismo de la humanidad!

 

Ambos son conceptos abstractos,

inimaginables, ininterpretables e inentendibles, 

fuera del alcance de la comprensión humana

que se le escapa al humano

sin poderlo interpretar.

 

Ambos están fuertemente asociados

a la naturaleza de la vida,

¡al ser y a la nada!

convertida en inaccesibles a su asimilación.

 

Ambas están rodeadas de un gran

¡misterio impenetrable!,

misterio lleno de eventos,

 sucesos, situaciones, acontecimientos…

¡que paralizan y petrifican al ser!,

lo dejan estático e inmóvil

¡en una total quietud!

¡en su pensar y razonar!

 

Tampoco podemos concebir que las cosas sean

infinitamente crecientes

o agrandándose cada vez más,

o que las cosas puedan ir dividiéndose,

y empequeñeciéndose indefinidamente

hasta llegar al cero absoluto,

 ¡a la nada!

 

Lo que mantiene aturdido al ser es

¡hasta cuándo llegará el empequeñecimiento!

interminable de la materia

y hasta cuándo su agrandamiento,

que deja al ser atónito y perplejo.

¡No hay un final para ninguno de los dos casos!

 

Es la nada contra el algo;

¡no se concibe la nada absoluta!

Es un imposible para la mente humana

tampoco para el algo,

¡Que exista algo siempre…siempre!

 

Este gran contraste entre

su grandeza y su insignificancia

equiparado a los altos y bajos del vivir cotidiano

probabilístico

produce un despeñadero

con profundidades que sacuden al ser humano

produciendo una sima o precipicio

en el comportar humano

y una inmensidad de variantes humanas.

 

Esto ha conducido al ser

que se haya empinado,

resaltándose por encima de toda la vida terrestre…

…también como único en este sistema solar.

 

Cuando alza su mirada el ser

  a los interminables cielos terrestres,

alumbrando con sus estrellitas,

¡a ese misterioso cosmos!

¡queda atónito el ser por su insignificancia!

 

Ese ser se diferencia de las demás

existencias terrestres en su

organización cerebral,

en su pensar y razonar,

en la conciencia en sí mismo,

en su magnifico andamiaje corporal

¡perfecto!

 

Estas cualidades lo ubican y colocan

en una posición y evaluación privilegiadas

¡como dioses terrenales!

que se destacan y sobresalen

como únicos en este gran rinconcito terrestre,

en este pedacito del sistema solar.

 

Es la grandeza y la pequeñez humana

¡Simultáneamente!

 

Continua en:

LA GRADEZA Y LA PEQUEÑEZ HUMANA

Ensayo # 141 

Segunda parte.

LA GRADEZA Y LA PEQUEÑEZ HUMANA

Ensayo # 140   

Primera parte.

1-03-2024

Jesus Riquelme Senra

jesusriquelmesenra@gmail.com 

 

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