149 - EL PERDON Ensayo 28 (Primera Parte)

EL PERDON

Ensayo 28

 (Primera Parte)

 

Un Hombre, agobiado y desorientado, por la incertidumbre de la Vida,

y al mismo tiempo, por no haber entendido que es:

¡Saber Vivir!

Tampoco lograba comprender:

¡El Por qué y el Para qué estamos Aquí!

¡Y qué significado tiene la Vida!

¡Inserta en este mundo totalmente probabilístico!

 

Caminaba solitario, muy quejoso y desasosegado,

¡Sin saber porque!

¡Ni a donde se dirigía!

Solo al parecer suponía que debería caminar en:

¡Alguna dirección!

 

Sin acierto ni atino,

 consumía todo su tiempo en:

¡Enfrentarse a sí mismo!

En interminables obras teatrales,

dentro de su mente,

escenificando a personajes ficticios,

donde él solo, representaba a todos los personajes.

 

Son diálogos internos, permanentes y eternos…

¡Durante su Vivir!

Donde él, hablaba y también se respondía.

A esos personajes, los ponía a pelearse, enfrentándolos unos a otros,

¡Dentro de su cabeza!

¡Disfrutando y enardeciéndose de esa hostilidad y combate creado!

Se solazaba y entretenía, pero cada vez más:

se alteraba y se angustiaba,

abrumándose desproporcionadamente,

así permanecía siempre,

encerrado en su confusión introvertidamente.

 

A su solitario caminar, lo acompañaba dentro de su mente,

un gran número de irrealidades y ficticios personajes,

que para él, resultaban reales y emocionantes…

Así los percibía y los concebía,

¡En su exiguo caminar!

 

Ese hombre solitario presumía que él:

¡Estaba bien!

Y los demás seres,

¡Estaban Mal!

Pero en realidad sucedía lo contrario:

¡El estaba mal!

¡ Y los demás estaban bien!

 

En su mente, en ese lugar, y en es tiempo…

ensayaba y ejecutaba todas las:

¡Vitales obras teatrales!

¡De su vivir cotidiano!

 

Para luego exteriorizarlas y materializarlas,

¡Paulatinamente!

¡Usando los personajes reales!

¡Viviéndolos y sintiéndolos!

¡Acomodándolos o forzándolos!

¡Para hacerlos coincidir con sus ensayadas fantasías!

 

Ese era su vivir,

en eso consistía su razón de existir,

oculta, disfrazada y  encubierta,

 ¡En su estéril, incesante caminar…!

¡Árido, sin razón de ser, ineficaz e infructuoso…!

 

Todo este proceder contenía,

una enorme cantidad de:

¡Resentimientos!

Rabias acumuladas, un enfermizo odio y rencor,

con una venganza ofensiva e hiriente…

escondida secretamente,

¡Lo más calladamente posible!

¡Almacenados en su mente!

Esperando el momento propicio para exteriorizarlos,


Así, era un hombre mal encarado, solitario y ogro,

veía la vida deformadamente,

¡Permanentemente!


Todos esos personajes imaginados en su mente,

eran la representación de su:

¡Viciadas y enfermizas vivencias!

Allí lo representaba…y allí resolvía sus disputas,

a su manera,

¡Aprendidas de sus Padres, sin advertirlo!

 

La comunidad lo apodaba:

¡El Ogro Solitario!

¡El Mal encarado!

Por ser un hombre temeroso y enojado permanentemente,

¡Asustadizo y agresivo a la vez!

Usaba una gafas o lentes oscuros,

como si con ellos pretendiera esconder,

su personalidad, por miedo a que lo vieran,

¡Tal como es!

 

Era hiriente y ofensivo, con todos con quienes trataba.

No sabía conciliar los desacuerdos con los otros seres.

Nunca procuraba concordar ni concretar las disputas,

ni mucho menos en armonizar ni apaciguarlas,

¡Eran sus contrincantes!

¡Como él los llamaba!

Jamás lo veían moderando y pacificando al prójimo.

 

Ese hombre, ogro solitario, había visitado,

a varios profesionales, por su angustia y depresión,

se quejaba que lo perseguían varias personas permanentemente:

¡Todo el Tiempo!

¡Era una idea fija que tenía!

 

Veía el rostro de quienes lo seguían…

casi se los sabía de memoria,

los había detallado minuciosamente,

cosa que le servía como un aliciente,

porque podía reconocerlos de inmediato,

cuando se le aparecían…

Una de esas apariciones o persecuciones eran de:

¡Una linda y hermosa mujer!

¡Resplandeciente!

Con un perfecto cuerpo, con un rostro impresionante,

muy bien maquillada, cabellos rubios, labios bien delineados,

ojos grandes y llamativos, de color verde brillante esmeralda,

una sonrisa acariciadora, que inspiraba una gran: motivación,

confianza y credibilidad:

¡Como una Madre Universal!

 

Ese hombre, ogro solitario, se transformaba,

cuando se le aparecía la mujer linda y hermosa:

¡Lo deslumbraba!

pero le temía profundamente,

 ¡Inexplicablemente!

 

Con estas apariciones se alternaba también un hombre:

alto, rudo, forzudo, un tanto deforme,

con una cara que asustaba sobremanera,

y se mantenía siempre contraída,

con una mirada que producía pánico,

él lo llamaba:

¡El hombre diabólico!

 

Ese hombre diabólico inspiraba en todos los seres,

pasiones bajas,

odio, rencor, venganza…

su objetivo era hablar agrediendo a todos,

proyectando en ellos todo el:

¡Resentimiento acumulado de su vivir!

¡No los había podido drenar!

¡Ni mucho menos perdonar!

por eso se escondía cada vez que aparecía:

¡La Muñeca!

¡La hermosa y linda mujer!

¡Con su esperanzadora mirada!

 

También existía otra aparición:

¡Una impactante mujer!

¡Sorprendente!

Alta, vestida siempre de azul cielo,

lucía y se destacaba, irradiando destellos,

 que la resaltaba sobremanera,

llena de luminosidad, brillaba esplendorosamente,

muy bien arreglada,

con una sonrisa tranquilizadora,

inspirando gran confianza y una fe inquebrantable,

¡Desprendía un halo cegador!

Él la apodaba:

¡El Hada!

 

Aparecía siempre, cuando soplaba una brisa fresca,

que agradaba al ambiente.

Su presencia intimidaba al:

¡Hombre diabólico!

¡Y lo hacía huir violenta y desesperadamente!

¡Se repelían mutuamente!

 

Entre otras frecuentes alucinaciones que sufría:

¡El hombre ogro solitario!

Era la aparición de dos niños, de unos doce años,

un niño y una niña,

ambos tenían:

¡Una cara angelical!

¡Resplandeciente!

¡Con mucha luminosidad!

Caminaban agarrados de las manos, inseparables,

¡Como si fueran hermanitos!

¡Inspirando mucha ternura y amor!

Él los apodaba:

¡Los niños bonitos!

 

Estos niños nunca se acercaban,

los veía siempre desde lejos,

¡… o él los alejaba y no sabía el porque!

¡Ellos se retiraban siempre llorando!

¡Desesperanzados y desmoralizados!

¡Huían asustados, palideciendo…!

 

Otra persona que también los perseguía era,

un niño menor de seis años,

casi desnudo,

con un pantaloncito corto, un poco roto,

sin camisa, despeinado, tenía el pelo rubio,

mantenía una mirada fija muy triste,

sobre el hombre ogro solitario,

como si quisiera decirle o inquirirle:

¡Algo!

También huía, por la severa mirada del:

¡Solitario ogro!

 

Pero al mismo tiempo, este hombre ogro solitario,

ese niño de seis años sin camisa le producía un inmenso:

¡Dolor, depresión y abandono!

¡Le activaba recuerdos muy desagradables!

¡Desesperaciones, inaniciones y un gran frío!

¡En lo profundo de su alma!

 

Por otra parte, ese hombre solitario ogro…

con solo la presencia de los:

angelicales niños

caía en desespero, no podía sostener la mirada:

¡Rápidamente la quitaba y la desviaba!

Y de inmediato esos angelicales niños,

se alejaban con mucho miedo,

como si necesitaran refugiarse.

 

Ese hombre solitario ogro que caminaba…

pálido y confundido,

dentro de su enredo vital,

se consiguió a un:

¡Pordiosero!

Que limosneaba y mendigaba a todos:

¡Los que se le acercaran!

Y al interceptarlo le pidió su limosna…

 

El hombre ogro solitario, mal encarado…

¡Arremetió violentamente insultándolo!

¡Ofendiéndolo e hiriéndolo!

Hasta el extremo que comenzó a golpearlo salvajemente…

al mismo tiempo que el hombre con cara diabólica,

¡Se divertía, riéndose a carcajadas!

Disfrutando enormemente de la paliza:

que al niño pordiosero le proporcionaban.

 

En ese mismo momento aparecía la:

¡Linda y hermosa mujer!

¡La Muñeca!

Provocando la huida desesperada del hombre diabólico…

velozmente, como un relámpago.

Instantánea y despavoridamente,

¡Como una fuga!

¡Desesperanzado e impactado desaparecía!

Lo invadía el pánico.

¡Huía con horror!

 

La Muñeca al ogro solitario:

¡Con fuerza le gritó!

¡Basta!

¡No lo golpees más!

¡Te estás golpeando a ti mismo!

 

El hombre ogro, detuvo de inmediato su agresión…

Impactado por una gran voz de mando,

¡Que lo sacudió enormemente!

Y al mismo tiempo contemplaba con gran admiración:

¡A la hermosa y linda mujer!

¡A la Muñeca!

 

El pordiosero huía aterrado,

y al mismo tiempo desaparecía la Muñeca,

¡Se esfumaba…!

Y el hombre ogro solitario, perplejo quedaba,

entre el asombro y la sorpresa que lo impactó.

… Una intensa serenidad comenzó a invadirlo,

¡Motivado por la Muñeca!

 

Después de un pronunciado descanso, reflexionador,

emprendió nuevamente su caminata…

muy reflexivo, y profundamente pensativo, cavilaba y razonaba,

¡El aroma de la Muñeca había motivado su alma!

¡No sabía que le pasaba!

¡Como si algo le hubiera llegado que le faltaba!

 

Antes de una hora, una niña que paseaba y se divertía,

con su bicicleta, de regalo de cumpleaños,

lo chocaba accidentalmente,

¡Y sin mediar palabras!

Ese hombre ogro:

¡Reincidió otra vez su brutal comportamiento!

Gritándola, ofendiéndola, e hiriéndola verbalmente…

y con una descomunal patada:

¡A la rueda de la bicicleta dañó!

Irrumpió la cumpleañera en un desesperado llanto,

¡Incontenible!

¡Ahogante!

¡Casi sin poder respirar!

¡Mientras el hombre diabólico se reía enormemente!

¡Burlándose de la cumpleañera!

 

Nuevamente, aparecía inesperadamente,

como si hubiera brotado por magia,

¡La hermosa y linda mujer!

¡La Muñeca!

¡Y le gritó fuertemente!

¡Basta!

¿Por qué le dañas la bicicleta a la niña?

¿Por qué la golpeas?

¡Ella eres tú mismo!

¡Entiéndelo!

¡Detente!

 

El hombre ogro solitario  nuevamente se detuvo,

¡Impresionado y sorprendido!

Pero contemplaba a la deslumbrante Muñeca,

no entendía tampoco que pasaba,

porque aparecía y lo interrumpía la Muñeca,

 

Apareció también repentinamente el Hada,

y se acercó a un transeúnte que la ayudaba,

recogieron la bicicleta rota a la niña,

y algo le habló el Hada al transeúnte que:

le dió a la Niña un dinero,

para reparar la rueda rota,

fue un arte de magia inesperada,

así lo vió el hombre ogro.

 

Así transcurría su angustioso andar:

¡Todo el tiempo!

En las mañanas, en las tardes y en las noches,

irritablemente, agredía a los demás,

exteriorizando su mal incontroladamente,

con cualquier Ser que lo interrumpiera o se cruzara con él,

¡O cuando lo perturbará por cualquier causa!

¡Sobre todo las mentales, de fantasía!

¡Donde todo lo deformaba, en sus enfermizas imaginaciones!

 

El hombre ogro solitario, no entendía,

porque los dos niños angelicales lo perseguían,

¡Lo seguían a todas partes!

¡Eternamente!

¡Como si quisieran hablarle!

 

Tampoco comprendía, porque el Hada se le aparecía frecuentemente.

Se atormentaba cada vez que los dos niños inseparables se le aparecían,

precisamente cuando se sentaba a meditar solitariamente.

 

El hombre ogro solitario después de desplazarse una hora más,

se sentó a descansar sobre un banco, de una plaza cercana,

bajo un frondoso árbol que le proveía sobra,

¡Buscando acobijamiento!

¡Necesitaba protección!

 

Reflexionaba con mucha profundidad,

no sabía porque pasaba de un estado emocional a otro,

¡Con extremada rapidez!

¡Inconteniblemente!

¡Como si tuviera varios diablos en su cabeza!

 

También le costaba mucho deducir e interpretar, porque era muy:

¡Irritable y agresivo!

Todo le disgustaba y le estorbaba,

como si estuvieran provocándolo o importunándolo,

¡Acosándolo!

¡Tenía una necesidad infrenable de criticar todo!

Acompañado de ofensas, a veces encubiertas,

¡Es como si se le hubiera encarnado voces extrañas adentro!

¡Y no las podía controlar!

¡Eran voces que le daban órdenes!

¡Y se sentía obligado a cumplirlas!

 

La brisa fresca que soplaba su rostro…

contribuía a facilitar su serenidad y lo acondicionaba,

para que continuará la profunda reflexión.

 

En eso, repentinamente aparecieron los dos niños bonitos,

cada uno se mantenía distante:

¡Del hombre ogro!

A veces se acercaban bastante, otras veces se alejaban…

¡Esto desconcertaba al hombre ogro!

 

Los dos niños bonitos se concretaron a intercambiarse miradas,

directa y profundamente,

con mucho amor y felicidad,

y con una sonrisa agradable.

En este momento se acercaba también la joven vestida de azul:

¡El Hada!

También con cara de alegría y entusiasmo.

 

Al mismo tiempo,

se detenía un heladero, con su carrito de helados,

en el banco donde descansaba:

el hombre ogro solitario,

el heladero le ofreció al hombre ogro un helado:

¡Está muy bueno señor y es de tamarindo!

¡Es para que le haga compañía a su soledad!

De inmediato estalló en violencia

 y agresivamente le respondió:

¡A usted que le importa!

El heladero insistía calmándolo:

¡Señor, el helado lo refrescará!

¡Tómelo por favor!

 

El hombre ogro hirientemente le respondió…

¡Ocúpese de empujar su asqueroso carrito!

¡Que es para lo único que usted sirve!

¡Váyase!

¡Disculpe Señor, le respondió el heladero!

Solo yo trataba de entretenerlo y aliviarle su soledad…

y que me comprara un heladito…

¡Tómelo, se lo obsequio!

¡Y págueme con una sonrisa!

 

¡Váyase!

¡Le gritó nuevamente el hombre ogro!

¡Arree su asqueroso carrito!

Disculpe señor, le respondió el heladero.

Y desaparecía de inmediato al ver que el hombre ogro pretendía golpearlo.

¡También huían los dos niños bonitos y la joven vestida de azul: el Hada!

¡Como si hubieran sido igualmente espantados!

El hombre rudo diabólico, reía a carcajadas…

festejaba los desmanes del hombre ogro solitario.

 

Pasaron muchos ciclos de caminatas…

Ambulantes, inquietantes y sin cesar,

a través de varios días,

su conducta siempre era la misma.

¡Su vida, en su interior, estérilmente transcurría!

Atormentado, desasosegado, como si lo asediaran,

se fastidiaba e incomodaba con cualquier trivialidad que le sugiera,

o que interrumpiera sus enfermizas imaginaciones.

 

Otro día, cuando se desplazaba por la arena del mar,

lleno de bañistas, serias discusiones fomentaba,

que todas en agresiones y ofensas incontroladas:

 las convertía.

En cada una de ellas se apersonaba la:

¡La Muñeca y el Hada!

¡Con los dos niños bonitos!

¡Y con el niño sin camisa casi desnudo!

¡Pero también el hombre diabólico lo hacía!

Apareciendo siempre, divirtiéndose y riéndose a carcajadas:

¡Por los desmanes del hombre ogro!

Los resultados estaban predichos.

 

La frecuencia de estos encuentros con las apariciones,

cada vez más se incrementaban,

¡Eran repetitivos!

Progresivamente iban aumentado,

y cada vez más, en agresiones terminaban,

¡Y así finalizaban!

 

Cansados ya de todo esto:

¡La Muñeca!

¡El Hada!

¡Los dos niños bonitos!

¡Y el niño semidesnudo, sin camisa!

Consideraron la intervención del hombre ogro,

hablándole en una seria reunión,

¡Conminándolo a escuchar!

¡Porque nunca se detenía a escuchar!

¡Ni nuca a revisar su actuar!

 

Mientras tanto,

los dos niños bonitos indagan junto con el Hada,

¡Qué podía haberle ocurrido a ese hombre ogro solitario!

¡Para que actuara de esa manera!

Concluyeron que en el Niño Interno del hombre ogro,

que existía, dentro de su mente,

grandes traumas lo habían afectado terriblemente,

pero ellos decidieron, que ese Niño Interno del hombre ogro,

representaba a todos los Niños Internos genéricos de la humanidad

¡Como los hay por millones!

¡Con distintas afecciones!

¡Con distintos traumas!

¡Toda la humanidad está así infectada!

¡Siendo ella la creadora de ese mismo mal!

 

Ese Niño Interno del hombre ogro,

dentro de su mente había sido:

¡Abandonado, exento de Amor y afecto!!

¡Y así, olvidado por sus padres, creció desamparadamente…!

¡Con ese niño Interno Desahuciado…!

Desatendido, en una infancia oprimida…

indefensa y arrojada al odio sin piedad,

¡Arrinconado por los humanos!

¡Sus esperanzas se esfumaron, se convirtieron en Inexistentes!

¡El no eligió ese destino aciago!

¡Desventurado y funesto como un desdichado!

Fueron las circunstancias probabilísticas, que azarosamente lo produjeron.

 

Por otro lado, ninguno toleraba más la presencia:

¡Del hombre diabólico!

Que se reía y se burlaba de todas las víctimas inocentes,

que generaba:

¡El hombre ogro solitario!

 

Ya habían llegado a un consenso,

solo esperaban analizar el:

¡”El cómo”, “El cuándo” y el “De qué manera” actuarían!

 

Así transcurrió algún tiempo,

mientras esperaban pacientemente la oportunidad propicia,

para intervenir y evitar nuevas atrocidades,

que  propinaba:

¡El hombre ogro solitario!

 

En estos instantes, el hombre ogro solitario se encontraba,

nuevamente caminando, como solía hacerlo, seguido por el:

¡Hombre diabólico!

¡Quien nunca lo desamparaba!

¡Riendo y festejando sus atrocidades!

 

Un niño, con su avioncito, guiado a control remoto,

se acercaba jugando y divirtiéndose, viendo a su juguete volar,

de repente perdió aparentemente el control del vuelo,

y el avioncito fue a chocar, precisamente contra el:

¡Hombre ogro solitario!

¡Y con un arrebato violento…!

¡Enloquecido!

¡Destrozó el juguete del pobre niño!

¡Quien se desbordó de inmediato en llanto!

Al ver, su ansiado juguete navideño,

despedazado por el hombre ogro solitario,

¡Y arruinado su encanto e imaginación y fantasía…!

¡Convertida en una desolación…!

… acabose la inmensa alegría que motivaba,

¡Al inocente niño!

Cuando recogía parte de los escombros del avioncito,

¡Desecho y destrozado intencionalmente!

¡Una gran devastación en su sentir, lo invadió!

 

Al ogro solitario nada le ocurrió,

con el inofensivo avioncito.

Pero todos los transeúntes corrían a socorrer:

¡Al indefenso niño!

En la inesperada destrucción:

¡De su alegría navideña!

 

Su padre, un pobre trabajador, que distantes también se encontraban,

y muy adoloridos por el gran sacrificio realizado,

para que Santa Claus complaciera a su hijo,

arremetían conjuntamente con los lugareños al:

¡Hombre ogro solitario, agresor!

¡Una gran paliza le propinaron!

¡Horrorosamente en el suelo lo dejaron!

¡Sin poderse mover, ni caminar, ni hablar…!

 

El hombre diabólico huyó del escenario,

¡Muy rápidamente y aceleradamente!

Cuando veía a la hermosa y linda mujer:

¡La Muñeca!

¡Que al sitio llegaba!

Y con rapidez, el Hada también la seguía…

Por otra parte, aceleraba su fuga el hombre diabólico,

cuando veía que los dos niños bonitos también acudían…

¡Para calmar al niño víctima del avioncito!

 

El hombre ogro solitario, desde el suelo,

apenas articulaba algunas palabras,

¿Quiénes son ustedes?, preguntó.


Una voz penetrante y firme,

resonaba y se escuchaba,

no se sabía de donde salía…

“También es la primera vez que nos permites,

acercarnos y conversar contigo”,

¡Hemos hecho enormes esfuerzos…!

Y cada vez que lo intentábamos,

 nos lo impedía y nos detenía la presencia de ese:

¡Hombre diabólico!

¡Que siempre te acompañaba!

 

El odio y el rencor que él representaba:

¡Nos frenaba, dificultándonos y obstaculizándonos…!

¡Todos los intentos que hacíamos nos los entorpecía y desbarataba!

 

De inmediato habla la Muñeca:

Yo no puedo estar junto a ese odio, rencor y venganza:

¡Yo soy el perdón!

¡Mi función es perdonar y comprender a la humanidad…!

 

Interrumpe el Hada, también enérgicamente,

¡Yo soy la Magia!

Tampoco puedo estar en presencia del odio, rencor, y pasiones bajas,

¡Del resentimiento!

¡Ni mucho menos en cualquier forma de venganza!

 

Continua diciendo el Hada, la Magia,

has conservado todas esas zonas erróneas,

y las has almacenado desde tu infancia, y a lo largo de tu vivir,

las has ido incrementando y aplicándoselas a los humanos…

¡A los inocentes humanos!

¡Que comparten contigo su vivir!

 

La Muñeca se acerca al hombre ogro y le dice:

¡Levántate y siéntate en el banco!

Queremos hablar contigo, es urgente y necesario:

¡Que nos escuches!

¡Pon mucha atención!

Interrumpe el hombre ogro, quejándose inmensamente,

¡Adolorido, casi llorando!

¡No puedo moverme!

¡Ayúdenme!

¡Necesito comprensión!

¡Apiádense de mí!

 

La Muñeca, como el Perdón, vuelve a actuar;

y le pide a la Magia, o al Hada, como la apodaba:

el hombre ogro solitario,

que le preste ayuda, en su condición de Magia,

¡Al hombre caído!

La Magia se acerca a ese hombre caído en el suelo…

¡Y sin tocarlo, algo hace!

y el hombre caído adquiere fuerza y valor…

¡La necesaria!

Y se levanta, sentándose en el banco,

Y exclama el esquizofrénico solitario:

¡Si pude!

¡Fue una magia!

 

Aparece, y se acerca el niño sin camisa:

¡Desahuciado!

De inmediato, el Perdón, a todos los reúne

y comienza a hablar:

con una voz pedagógica y pausada pero firme y contundente,

¡Como es el Perdón!

¡El Perdón verdadero!

¡Sin odios ni rencores!

¡Sin resentimientos ni venganzas!

¡Sin ninguna pasión baja, que esté albergada dentro de su Ser!

 

Y dice:

voy a empezar yo, hablaré primero:

iré despacio, para que me entiendas,

te hablaré con la máxima pedagogía, pero seriamente y resumidamente:

¡No puedes interrumpir!

¡Te repito, no me vayas a interrumpir!

Tengo tu misma edad,

he permanecido todo el tiempo dentro de tu mente,

nunca me he apartado de ti,

allí habito,

¡En esa morada!

¡Dentro de tu mente!

¡Aunque acorralada por ti!

 

Tú has sido siempre quien me ha apartado de tu Sentir,

¡Me excluías!

Por eso te pasó lo que te ocurrió ahora,

nunca permitiste que te aconsejara,

¡Tu soledad extrema te hace desconfiar de todos!

¡Porque no has comprendido que es saber vivir!

¡Sin mí, nunca se puede existir!

¡Para ser feliz necesitas perdonar y que te perdones!

Sino, tu vida, se convierte en un infierno.

¡Llena de rencores y de venganza!

¡Cultivando el resentimiento!

¡Esperado el momento oportuno para vengarte genéricamente…!

¡Nunca podrás perdonar si conservas la venganza!

¡El odio y el rencor!

si estas resentido,

¡Tampoco podrás amar!

¡Pierdes el Vivir!

Al acumular en tu mente toda esa basura…

 

Lo más grave es que todo esto lo aprendiste:

¡De tus padres!

¡De tus compañeros!

¡Y de tus amigos!

¡Del escenario donde fuiste viviendo!

Que te lo enseñaron con palabras, con hechos, y con su comportamiento,

creyendo que te enseñaban bien y aprendías bien…

 

¡Ahora es tarde!

¡Todo está grabado en tu mente!

¡Solo podrás silenciar los malos aprendizajes!

¡Por eso me rechazabas y me apartabas!

¡Porque no sabías perdonar, ni perdonarte!

¡Con tu respuesta a la vida!

¡Y estabas orgulloso de esa respuesta…!

¡De ese Vivir!

¡De ese niño sin camisa, que eras tú!

 

El Hada, como la Magia que es, interviene momentáneamente,

al quejarse adoloridamente, el hombre ogro, de la paliza que le dieron,

proveyéndole atenciones y saneándolo,

y en breves minutos se recuperó.

¡Mágicamente!

 

Continua la hermosa mujer:

el Perdón,

La Muñeca,

con su intervención magistral:

¡Te enseñaron a vivir erradamente…!

¡Llenaron tu mente de basura!

¡Basura y más basura!

¡Y pura basura!

Que tu valorizaste enormemente, sin saber que era basura,

 y decidiste:

¡Implantar en tu vivir esa basura!

Hoy estas solo, abrumado y abandonado…

¡Sin compañía en tu vivir!

Vives un mundo estéril, pequeñísimo, desasosegado y siniestro,

simulas esforzarte que estas bien,

pero proyectas a los demás que estás mal.

 

El odio y la venganza acompañadas del:

¡El Rencor y el Resentimiento!

Porque te sientes que estás mal,

no lo entiendes ni lo adviertes,

lo exteriorizas y materializas en agresiones a los demás,

¡Los agredes, hieres, ofendes, golpeas…!

y después, en el fondo, todo esto se te revierte en tu contra,

pero tú piensas y sientes enfermizamente que el agredido, herido y ofendido:

¡Eras tú!

¡Es una teoría de espejos!

¡Donde tú te ves retratado!

¡Que la vida te impone!

¡Solo ves, lo que estas programado para ver!

¡La vida es relativa al aprendizaje!

¡Vives lo que aprendiste a vivir!

¡Disfrutas lo que te enseñaron a disfrutar!

¡Y el cómo deberías disfrutar!

¡Nada más!

Todo esto proviene del perenne y permanente:

¡Aprendizaje!

¡Y eso no lo entiende la humanidad por ahora!

La mayoría, por no decir todo, fue inculcado,

 por todos los que intervinieron en tu vida:

padres, compañeros, profesores, amigos…hasta enemigos,

televisión, cine, con sus novelas, radio, eventos…hasta accidentes.

Te han dejado terriblemente atado a:

¡A una parte de tu pasado!

¡Sin poder zafarte de él!

¡Sin dejar ninguna puerta abierta…!

¡Para poder salir de este estado atrapante!

 

Entonces:

¡Para poder saber, vivir y disfrutar!

¡Esta maravillosa humanidad a la cual perteneces!

Es absolutamente necesario haber aprendido:

¡A silenciar esas dañinas grabaciones de tu mente!

¡E invocar las que te brindan alegrías y felicidad!

¡No hay otra forma!

 

Y para ello, todos, absolutamente todos, debemos saber:

¡Perdonar y perdonarse!

¡No cultivar el sentido de culpa!

¡Por los errores que hayamos cometido!

Porque podríamos decir, pedagógicamente hablando:

¡Que fueron errores involuntarios!

¡No intencionales!

¡Producto de que se nos activó otra persona!

¡En nuestra mente!

¡De aquella personas que tenemos grabadas!

¡Por una asociación de ideas incontrolada!

¡Que se apoderó de nuestro cuerpo!

¡Y nos llevó a cometer esas impulsividades!

En tu caso:

usaron tu cuerpo para realizarlas,

¡Y con ellas vinieron todos los sentires de aquel entonces!

¡Odios, rencores, venganzas, recuerdos…!

¡Sensaciones, emociones, sentires…!

¡Y obraste tú, como ellos actuaban y sentían en aquel entonces!

Así se fue robusteciendo cada vez más:

¡Tu enfermizo, tan querido Yo!

¡Sin darte cuenta ni percatarte!

 

Debemos entender y todos debemos recordar siempre que:

dentro de nosotros existe una multiplicidad de “Yoes”,

que nos mantiene en una constante:

¡Variación de sentir, pensar y actuar!

Así nos comportamos, convencidos que somos:

¡Auténticos, autónomos y espontáneos!

Así la vida está montada:

¡Probabilísticamente!

Por un eslabonamiento azaroso de:

¡Eventos fortuitos y casuísticos!

¡Concatenados, también aleatoriamente!

¡Sin intencionalidad!

¡Solo nos apropiamos de los resultados!

¡Eso es un ser humano!

 

Nuestra grandeza consiste en saber:

¡Perdonar y perdonarnos!

¡No guardar rencor, ni resentimientos!

¡Ninguna forma de venganza solapada!

¡Darle la mano al caído, ayudándolo a levantarse!

¡Allí está saber vivir!

¡Haber entendido a la Humanidad!

¡Comprender lo que en realidad somos!

¡Aceptarnos tal como somos!

¡Perdonarnos las contaminaciones que se hayan infiltrado!

¡Las ficciones y malas grabaciones que nos impulsaron!

 

¡Debemos entender lo que nos impulsó para cometer atrocidades!

¡Lo que nos produjo el desdibujar la naturaleza humana!

¡Y que nos golpea sin piedad!

¡Produciendo una humanidad confundida y desorientada!

¡Que está impedida de liberarse de esas atrocidades!

¡Liberarse de una deidad inexistente!

¡Que la desvía y engaña!

¡Cometiendo errores tras errores!

¡Errores tomados por verdades!

¡Aprendizajes sesgados!

¡Distorsiones!

Cuando logras hacer la revisión de tu vida,

y realizas la comparación,

de la deidad, creada por ti mismo o por la Humanidad,

contra la realidad,

obtienes un garrafal error,

porque partes de algo, falso e inexistente, creado por ti,

y por supuesto obtendrás resultados errados también,

con todas sus consecuencias…

 

Entonces, tenemos que suplantar esa deidad, creada por ti,

por nuestro Dios verdadero,

¡El Dios terrenal!

¡El Hombre!

¡El eterno buscador de la perfección!

¡El luchador incansable por lograr siempre su ascenso!

¡En el Aquí Ahora!

¡Con el perdón y el perdonarse!

¡Con la alegría de vivir y la felicidad!

 

En este gran milagro llamado Vida,

disfrutándolo a plenitud,

y enseñándole a disfrutar a quienes no tuvieron:

¡La oportunidad de  aprenderlo a temprana edad!

 

Recuerda siempre,

mi querido hombre silencioso y ogro:

¡Si no hay perdón no puede haber Amar!

¡Tampoco puede haber alegría ni felicidad!

¡No sabremos nunca vivir de verdad!

¡La vida se convertiría en un infierno insoportable!

¡Con todas sus consecuencias y fatalidades!

¡Por eso te pasó lo que te ocurrió a ti!

 

No ha pasado nada:

Hoy puedes aprender a:

¡Perdonar y perdonarte!

¡Por eso y para eso estamos aquí!

¡Para que inicies de inmediato el perdonarte y perdonar de verdad!

Sin apariencias, porque te engañarías:

¡Y no tendrías nunca el Amar y la felicidad!

¡Sería todo una farsa!

Entonces:

nacería de inmediato en ti,

¡La gran Esperanza!

Estará contigo siempre, mi compañera:

¡La que apodas tú: El Hada!

¡La Magia!

 

Ella hará todo lo posible,

para hacerte feliz y proveerte de alegría,

le pondrá su aroma de Magia a todos tus actos:

pero antes, es necesario que:

¡Perdones y te perdones a ti mismo!

Quiero verte que comienza a nacer en ti:

¡El nuevo Dios terrenal!

 

La Magia volvió a intervenir, inesperadamente,

mientras que el hombre solitario permanecía perplejo,

pero entendiendo perfectamente al:

Perdón, a la Muñeca.

 

Un aliciente lo motivaba,

porque se le avecinaba,

esa gran cosa llamada la Esperanza.

 

Te recuerdo que yo soy la Magia,

y estaré en todos tus actos vitales por el resto de tu vida,

le pondré mi aroma y mi magia,

para que tengas siempre Alegría y Esperanza.

 

Te ofrezco siempre estar dentro de ti, en tu actuar,

pero te exijo como condición que excluyas siempre de tu vida,

¡Al hombre diabólico!

Que lo tienes residenciado en tu mente,

como su morada oficial,

¡Permanentemente!

En forma de grabaciones dañinas,

tienes que aprender a silenciarlas.

 

Te repito, yo te ofrezco un triunfo total,

¡De felicidad y alegría!

¡De Amor y comprensión!

Te pondré la Magia necesaria a cada detalle:

¡De tu vivir!

¡Te lo garantizo!

¡Recuerda que yo soy la Magia!

 

De inmediato se acercan los:

niños bonitos,

agarrados de la mano, como siempre deben estar:

¡El Amar y la Felicidad!

y cada uno se sienta a un lado del:

Hombre ogro solitario,

que lo sentó la Magia en la banca.

 

El niño bonito le dice al hombre ogro solitario:

¡Yo soy el Amor!

la niña bonita también le dice:

¡Y yo soy la Felicidad!

De inmediato comienza a escucharse las dos voces de los niños bonitos:

¡En forma de un coro armonioso!

¡De Amor y de Felicidad!

¡Un coro jamás escuchado!

¡Un coro utópico y celestial!

¡Que anuncia la Deidad Eterna!

Buscada por el Amor y la Felicidad.

 

Ese coro decía:

¡Siempre estaremos juntos, el uno al lado del otro!

¡Agarrados de la mano, como debe ser!

¡Sin zafarnos ni separarnos!

¡Dentro de tu mente!

Si alguno de nosotros nos separaríamos,

 pereceríamos los dos instantáneamente,

por eso:

para poder salvar a la Humanidad,

huíamos, de ese hombre diabólico que te acompañaba,

porque:

no puede haber Amor y Felicidad,

¡Si hay odio, rencor y venganza!

¡Si guardamos resquemores o resentimientos!

 

Debes entender que tenemos muchos enemigos,

que a veces están muy cerca de nosotros,

la mayoría de las veces,

son nuestros propios familiares,

ni lo entendemos, ni lo internalizamos,

otras veces, son múltiples etapas de la infancia,

de falta de afecto o maltratos.

 

Interrumpe de inmediato el Perdón, la hermosa y linda mujer:

Yo también tenía que huir por las mismas razones,

¡No podía estar yo allí!

¡Porque no tenías ni compresión, ni Perdón!

¡Es un requisito necesario e indispensable!

¡Para que haya Amor y Felicidad!

 

Continua hablando el Perdón:

también debe existir el Amar a la Humanidad,

¡Que es lo único que verdaderamente tenemos!

Los niños bonitos interrumpen inesperadamente:

nosotros somos:

¡El Amor y la felicidad!

continúan hablando en forma de coro,

y con una sola voz, le dijo:

permítenos recordarte episodios de tu proceder:

¡En tu vida ya transcurrida!

¡Cuando tenías el Amor y la Felicidad a tu lado!

La destruiste torpemente,

porque vivías gran parte del guión de vida de tus padres,

para llamar la atención, equivocadamente,

usando métodos inadecuados,

¡Mal enseñados y mal aprendidos!

copiados, sin darte cuenta,

de todos los escenarios de tu infancia;

de tu padre, cuando reñía con su hermosa esposa,

su dama de compañía,

su amiga y su amante inseparable,

durante muchos años.

 

Así, igualmente tú te comportabas con tu esposa a cada instante,

¡Riñendo por cualquier cosa!

¡Imitando a tus padres!

 Que cuando no tenías motivos para pelear, los inventabas,

o los traías a colación,

de trivialidades o tiempos ya vividos,

así tú también argumentabas y justificabas,

¡Ser tomado en cuenta de esa manera!

¡Peleando y discutiendo enfermizamente!

Se agotaba y se desvanecía el Amor y la Felicidad,

huían despavoridos los niños bonitos.

 

¡Enrevesabas el Amor!

¡Complicabas las cosas!

¡Dificultando la comunicación!

¡El Perdón huía horrorizado!

¡Porque estabas matando a la muñeca!

¡También matabas al Hada!

¡Y la Magia se extinguía!

¡Todo desaparecía!

Solo se presentaba y permanecía a tu lado…

¡El Hombre diabólico!

¡El odio, el rencor y la venganza!

¡El resentimiento!

 

Con la materialización del guión de vida que te formaron:

todos los que participaron en tu formación,

¡Destruía todo!

¡Se desvanecía el Amor!

¡Convertías tu vida en un infierno!

lo peor del caso es que aprendiste enfermizamente,

¡A disfrutar de este caos!

¡Tenías que cumplirlo porque te lo ordenaba el guión de vida!

¡No supiste silenciar las grabaciones dañinas!

 

Ahora ambulas de un lado a otro,

exhibiendo a un valiente esquizofrénico solitario…

enfrentando la vida de soledad que te inculcaron:

¡Todos aquellos que te formaron!

¡Cantándole a la vida lo mal que te va!

¡Y lo valiente que eres a vivir solo!

Pero recibiendo las venias de tus progenitores,

dentro del Imaginario que reside en tu mente,

¡Desde la temprana edad!

¡Lo mismo hacías con el Amar a la Humanidad!

 

Permíteme recordarte, dice el niño bonito:

¿Cuántas veces ustedes querían abrazarse…?

¡Quererse y amarse!

Y hacían todo lo contrario, discutían, peleaban y se agredían…

echándose en cara viejas disputas,

reviviéndolas a destiempo,

peleándolas y prolongándolas,

proyectándose culpa uno al otro.

 

Se imponía el odio, el rencor y los resentimientos,

aprendidos de tus padres,

que no eran tuyos, pero era un modelo que tenías que seguir,

¡De tu Guión de vida y no lo sabías!

¡Tú solo lo encarnabas y personificabas!

 

El hombre diabólico quedaba orgulloso de lo que estabas haciendo,

los niños bonitos huían desesperadamente,

conjuntamente con la Magia,

pero, otra parte de tu Yo, las grabaciones que te beneficiaban,

quedaban tristes y avergonzadas,

porque el hombre diabólico volvió a vencer a los niños bonitos y a el Hada.

 

En este instante el personaje abstracto:

¡La Razón!

Interviene inesperadamente y dice:

Yo no quería participar en todo esto, porque me has marginado siempre:

¡De tu Vida!

¡Me has excluido y desacreditado!

Tampoco me tomabas en cuenta por la presencia del:

¡Hombre diabólico!

¡Que siempre se mantenía a tu lado!

Tú imponías al hombre diabólico por encima de:

¡La Razón!

¡De mí!

¡Me convertías en inútil!

Solo simulabas, haciendo apariencias,

siempre imponías tu Guión de Vida,

¡Ese terrible libreto en que participamos todos!

 

Para ti, ese Guión de Vida es más poderoso que:

El Amor…, La Felicidad…, Saber vivir…, La Humanidad…,

el Perdón…, la Constricción…, la Esperanza…, la inmortal Búsqueda…,

el Afecto…, la Realidad…,

¡Fuiste marcado terriblemente con ese Guión de Vida!

¡Te arruinaron la Vida!

 

Entiende, que ha sido la probabilidad, que con su azaroso:

¡Procedimientos!

¡Te condujo aleatoriamente!

 ¡Hasta Aquí!

¡Hasta este momento con nosotros!

y fortuitamente hemos podido actuar,

para que puedas entender lo que eres,

y lo que te esta ocurriendo,

…y como debes continuar viviendo.

 

Continua hablando la Razón:

recuerda que fuiste, con un abogado, hacer las diligencias para divorciarte:

¡De tu linda y hermosa compañera!

y el causal que le pusiste al abogado fue:

que ella ya no te quería,

¡Ni quería tener relaciones contigo!

Interrumpe con mucha celeridad el hombre ogro solitario,

¡Ella tenía otro hombre!

Aparece sorpresivamente el Perdón, la Muñeca,

 hablando enérgicamente como si estuviera dando una orden:

¡Te prohibí que interrumpieras!

¡Solo podías escuchar!

No hace falta que hables porque todo lo sabemos nosotros,

para eso tenemos a la Magia aquí,

¡No continúes con los engaños!

 

De inmediato aparece el Hada:

¡la Magia!

como si la hubieran llamado con urgencia y dice:

¡Aquí estoy yo de nuevo!

Voy hacer una magia para traer a tu esposa aquí y que hable,

para que no continúes haciendo una absurda resistencia,

debemos hacer un esfuerzo en ser honestos al hablar,

recuerda que estamos haciendo una revisión a tu vida,

y si nos llenas de mentiras, nunca podrás perdonar…

¡Ni perdonarte a ti!

¡De todas las mentiras que has dicho!

¡Y de tu mal proceder!

Tu inducías todo,

creabas un infierno en la casa, todos los días…

con innumerables peleas, ofensas y heridas,

destruías todo el acondicionamiento que debe existir como un preámbulo:

¡Para Amar y ser amado!

 

El hombre ogro solitario hace una seña, que no continúe la Magia…

que va a ser honesto, y admite todo.

Continua la Magia, su intervención,

recuerda cuantas veces, ella te buscaba,

y tú le respondía con nuevas discusiones y evasivas,

¡La desmotivabas!

¡La acorralabas y arrinconabas!

hacías huir despavoridamente a los niños bonitos

también huía el Perdón…

y yo también huía…

y el niño sin camisa, lloraba y se horrorizaba.

 

Otras veces, al llegar a tu casa,

donde tu linda y hermosa esposa que con ansiedad te esperaba,

tú te adelantabas con irritantes reclamaciones,

muchas de ellas eran insignificantes,

otras no eran para tratarse en ese momento,

y muchas de ellas carecían de veracidad,

en la mayoría de las veces regresabas a tu casa ebrio,

acompañado del hombre diabólico, que no te desamparaba,

¡Todos teníamos que huir!

¡Cuando ese hombre diabólico se reía a carcajadas!

yo como Magia, quedaba paralizada y petrificada,

¡Con todo lo que presenciaba!


Continua la Magia diciendo:

hoy no vale la pena ahondar en este caso,

ni mucho menos profundizarlo,

porque ya tú aceptaste ser honesto,

¡Con todas las vivencias de tu pasado!

 

Concentrémonos en la revisión de tu vida,

y sigamos con la promesa tuya de querer cambiar.

Intempestivamente interrumpen los niños bonitos:

Mi apreciado hombre Nuevo,

le dice al hombre ogro solitario:

esto que estamos haciendo ahora,

es una revisión de tu vida,

para que nazca y viva el hombre Nuevo,

y nos permitas a nosotros:

¡Poder regresar a nuestro hogar!

¡A nuestro querido domicilio, nuestra morada!

¡Viviendo en tu mente!

¡Y expulses definitivamente al hombre diabólico!

¡Para poder entrar nosotros!

 

Interviene con mucha armonía la niña bonita:

¡La Felicidad!

y dice:

Déjame hablarte por un instante como hablaba tu esposa…

con palabras calladas y silenciadas,

porque no las podía expresar…

se lo impedía también el hombre diabólico…

 

“Vivir sin ideales no tiene sentido,

ellos no proporcionan la motivación de la vida,

el estímulo y las ganas de vivir,

con ellos siempre buscamos la perfección,

en todos los detalles de la existencia,

y con ella va la eterna esperanza,

¡Allí está Dios!,

¡El único y verdadero Dios!

¡En la Tierra!”

 

Busquemos siempre la perfección:

la propia perfección,

nuestra propia Esperanza,

y creamos en ella.


Por eso necesitamos en nuestro vivir, tal como está dado:

¡El Amor y la Felicidad!

¡El Pensar y el Razonar!

¡Y sobre todo el Perdón y la constricción!

¡Nuestra propia constricción!

¡Perdonarnos!

 

Con eso conseguimos perfeccionar el:

¡El Sentir!

Acompañado de la conciencia que son inseparables,

¡Sin ellos no se viviría nunca de verdad!

Recuerda siempre, recuerda toda la Vida…

¡Sin el sentir y la Conciencia, no podrá haber vida…!

¡Vida como la nuestra, consciente!

¡No podrá haber Amor, ni Felicidad!

¡Ni mucho menos Alegría!

¡No tendríamos estímulo para pensar y razonar!

¡Perderíamos las ganas de vivir!

 

Recuerda que yo soy la Felicidad,

y voy a hablarte como la Felicidad,

hagamos un ejercicio pedagógico y recordatorio,

para procurarte el pleno entendimiento,

por favor, no me vayas a engañar porque yo sé todo,

acuérdate que está conmigo la Magia.

 

¿Ves a ese niño de seis años, sin camisa y desahuciado?

¡Que te sigue implacablemente, a todas partes…!

¡Ese eres tú!

¡Cuando tenías seis años!

Que marco época en tu vivir,

fuiste abandonado a esa edad…

te arrebataron la felicidad…

que es intocable y sagrada.


En lugar de recibir el merecido afecto,

tus padres se mantenían siempre riñendo y peleando,

culpándose el uno al otro de nimiedades,

¡Fueron desgastando el Amor entre ellos!

¡Y yo como la Felicidad tenía que huir y resignarme!

Lo mismo hacía el niño bonito:

 ¡El Amor!

 

Creciste en un escenario huraño, arisco y conflictivo,

sin amor, sin que te aceptarán y creíste que riñendo se amaba,

¡Y así lo aprendiste y lo internalizaste!

¡Como una verdad ya consolidada!

 

Tampoco te tomaban e cuenta:

¡En tu Sentir!

¡Y tú aceptaste, el ser tomado en cuenta de esa manera!

¡Riñendo continuamente!

 

El aprendizaje hizo mella en ti,

fueron grabaciones imborrables, indelebles:

¡Fuiste esculpido!

¡Por tus Dioses de ese momento!

¡Por tus padres!

¡Ellos te crearon a su imagen y semejanza!

Ayudados por tus familiares cercanos,

por tu escenario vital.

 

Hoy ese niño de seis años, que eres tú,

clama en su mente:

¡La acreencia infantil extinta!

que en tu Sentir está pendiente por vivirla,

y en su lugar, vives una locura de vida,

¡Por eso eres así!


¡Búscalo, con esperanza, encuéntralo

 y atiéndelo con Amor y Felicidad…!

Explícale todo esto…

él te está esperando…

dentro de tu mente,

enséñale esa parte de tu Yo.


Está esperando que lo perdones,

o que te perdones a ti mismo,

Usa la Razón, libre de contaminaciones, cuando hables:

con Honestidad, con Amor, y con la Razón,

en ese gran diálogo que se llama:

¡Reflexión!

¡Hazlo con Humildad!

Evitando que el resentimiento te sabotee y te desvíe,

todas aquellas cualidades necesarias para:

¡Levantar a un caído!


Continua la niña bonita diciendo:

te repetiré nuevamente lo mismo:

¡Perdona a ese niño de seis años que has abandonado!

¡Que ese eres tú!

¡Y perdónate también a ti mismo!

¡Él no es culpable de nada!

Y tú no te sientas culpable tampoco de creer:

¡Que no eras merecedor del Amor y las atenciones!

¡En tu tierna infancia!

¡Y por eso no te aceptaron!


 No es que tú no servías y por eso no te dieron:

¡El Amor y la Aceptación!

¡Que querías y merecías!

Fue la probabilidad de los acontecimientos,

que decidieron que tú nacieras allí,

con todo ese conflictivo escenario.

 

Ama a ese niño,

e incorpóralo en tu Sentir,

recíbelo tal y como se encuentra ahora…

No le exijas nada a cambio,

¡Al caído ayúdalo a levantarse!

¡Ayúdate a levantarte a ti mismo!

Como hoy te estamos dando la mano a ti:

¡Para levantarte sin nada a cambio!

¡Ayúdalo a sonreír!

¡Sonriéndole tú con Amor y ternura!

¡Sin ningún tipo de resentimiento!

 

Interrumpe el Perdón,

debes aprende que la vida es:

¡Totalmente relativa al observador!

¡A quien la vive!

Que no hay ninguna intencionalidad especial,

preconcebida por ningún diseñador,

todo se dió probabilísticamente,

en este pequeñísimo mundo estocástico.

 

De la Nada al Algo,

del Algo a la Materia,

de la Materia a la Vida,

de la Vida al Ser Humano,

y del Humano a ti.


Todos fueron eventos aleatorios,

¡Sin intencionalidad!

¡Armados casuísticamente!

¡Concatenados también azarosamente!

Pero en los próximos siglos…

¡Los eventos de la evolución serán intencionales!

¡Habrá un diseñador concebido y dirigido por la Humanidad!

Como fue el evento de hoy:

que lo planificamos con ayuda de la Magia.

 

Entonces, vive intensamente este gran evento aleatorio:

¡La Vida!

lucha por prolongarlo lo más que puedas:

¡La Longevidad!

¡Y después la Inmortalidad!

Pero abrazada fuertemente al saber…

¡Al Amar, Al Pensar y Compartir!

¡A la Perfección!

¡Disfrutando el Sentir!

¡Ese es tu Yo!

¡Ese es nuestro Yo!

 

 

¡Esa es la Humanidad!

¡Esa es la maravilla jamás vista en este Sol!

¡Única!

 

Agrega la Magia:

Permite también que el Perdón este siempre:

¡Dentro de ti!

¡Junto con los dos niños bonitos!

¡Y conmigo, La Magia!

 

¡Levanta al caído, ese eres tú también!

¡Aparta al hombre diabólico de tu vida!

¡Y si entra, aprende a silenciarlo!

 

Regresaremos después para volver a realizar,

una segunda ronda de revisión,

donde la Razón te enseñará a saber Pensar y actuar,

te dará las herramientas para que sepas ejecutar la revisión:

¡De tu vivir!

 

Fueron esfumándose uno a uno:

los personajes abstractos…

sublimándose,

introduciéndose en la cabeza del hombre ogro solitario:

que ha comenzado a ser un Hombre Nuevo:

primero fue el Perdón, le siguió la Magia,

luego el Amor, le siguió la Felicidad y

finalmente el niño que estaba sin camisa…

y ahora entra en su mente:

¡Con la camisa de la Esperanza… y con el cabello peinado!

¡Y con un regocijante rostro, sonriendo!

Todos entraron como sublimes y misteriosos personajes:

¡Poseedores de inmensas cualidades!

¡Como Dioses!

¡Y ahora residenciados permanentemente en su mente!

¡Del Nuevo Hombre Naciente!

¡En nuestra mente!

¡En la mente de la Humanidad!

 

 

Continuará en el Perdón.

Segunda parte. Ensayo no. 29.

 

El Perdón

Ensayo 28

 (Primera Parte)

Jesús Riquelme Senra

10/07/2020

e- mail: jesusriquelmesenra@hotmail.com


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