129 - LA REVISION (SEGUNDA PARTE)
LA REVISIÓN
2da parte
Reflexiones #31
12-12-18
En muchos casos, el ser, entregado de lleno:
¡a la revisión!
y enfrentando a esa
sucesión interminable de telones:
¡que se elevan y descienden interminablemente!
¡en el teatro de su vida!
¡cae y sucumbe en severas crisis!
¡por el contraste al cual se enfrenta!
Contraste nacido de
todo lo aprendido en su infancia y adolescencia
¡en esos años inolvidables!
¡que constituyen el centro de su vida!
con sus valores,
recuerdos, sueños, imaginaciones, esperanzas…
¡en ese soñado mañana!
¡ansiosamente esperado!
contra la realidad
avasalladora, impuesta por el lógico pensar
¡el aquí ahora!
¡del presente!
La lucha se apodera
del ser, con tanta intensidad y
vehemencia,
que su mente se
convierte en una gran:
¡batalla campal!
con la enorme
complicación que todo se desarrolla dentro de su mente.
Ese contraste, evoca
intensa y atropelladoramente,
¡todo tipo de sentimientos, emociones y pasiones vividas!
y con ella vienen
mezclados e infiltrados todos los dañinos recuerdos,
las angustias, los
temores, las depresiones, y las ansiedades vividas
o lo que presenció
vivir a otras compañeras.
La acompañan: las
desesperanzas, las incertidumbres, el aturdimiento,
Las dolorosas
intranquilidades, los malestares, las opresiones
Las agresiones
recibidas y dudas que le atribularon y produjeron:
¡un tormentoso vivir!
Todo esto se cuela
como si fuera una amasijo
¡de recuerdos incontrolables del revisor!
porque viene del yo grabación invocado por asociaciones
de ideas
o cualquier estimulo
que lo activa , ajeno a su yo móvil,
¡y es involuntario!
Los recuerdos de la
temprana edad, conjuntamente con el aprendizaje
constituyen,
poderosamente, un peso gigantesco en la
revisión…
colmada de
desigualdades que impiden el optimo lógico pensar,
agravado por una
reminiscencia, retentiva y deformadora.
En ese periodo de revisión, reconstruye los escenarios a
su necesidad
los adapta y modifica
por la urgencia imprescindible de liberarse
de culpa,
logrando que el
análisis de revisión no sea
auténtico y veráz
la retrospección
borra las partes y las etapas molestas para reconstruirlas,
impidiéndole al ser la justa ponderación de los
acontecimientos pasados
Por la escasez de personas
que puedan ayudarlo en ese momento
y porque la “revisión”, muchas veces es
personalísima y privada,
y porque, también,
requiere que se examinen detalles confidenciales:
¡que no debe decir, ni pueden confesarse!
¡sin privadísimo!
por todo eso, corre
el riesgo, que “la revisión” no
logre el objetivo
y deba ser ajustada,
acoplada, atenida y coincidir…
¡sujetándose necesariamente a la realidad!
¡evitar que sea deformada!
Aún así, ese examen
del pasado le será beneficioso,
aunque venga sesgado
en omisiones, o no concordado ni sometido:
¡a la verdad!
y contenga una
exagerada valorización silenciando detalles…
¡que son indispensables, precisos e imperiosos!
y ponga en riesgo la
reflexión y sensatez necesaria para,
¡la revisión!
También corre el
riesgo “el cómo”, el ser aprendió a pensar,
y de su posición existencial frente a la vida
que lo rigió
¡yo estoy mal o bien!
¡ustedes están mal o bien!
cualquiera de estas
posturas combinadas influirán en la
revisión.
En esa “revisión”, cuando esos telones, que
continuamente
¡se elevan y descienden!
¡en el teatro de la vida!
desfilan ante él, el
arsenal de detalles, vivencias y aspectos “pasados”
¡que lo sacudirán al reexaminarlos!
La revisión no debe llevar el objetivo de
regresar al ayer,
debe contener la
intención franca y sincera
de aprender del
pasado en ese mesurado análisis
¡para poderse liberar del ruidoso malestar que aqueja!
¡y comenzar a vivir en el aquí ahora!
¡del presente!
¡intensamente!
Debe indagar
desmenuzadamente “cual” es su guión
de vida
¡qué libreto vital lo dirigió!
¡cómo influye ese guión de vida teatral!
¡en el aquí ahora buscado!
Asi el ser, le sacaría el máximo provecho
¡a la revisión!
¡y empezaria una vida nueva!
¡amando a la vida!
¡tal como es!
Aflorarán y surgirán
recuerdos insospechados, rebuscados:
¡en el ayer!
y con él vendrán sus
sentimientos y emociones que lo acompañaron:
¡en aquel entonces!
grabados todos
conjunta y simultáneamente…
y entretejidos,
confundidos y fundidos con ese yo
dirá:
¡ese no era yo!
¡estaba indefenso!
¡o quiero regresar allá!
Si el ser humano desea, honestamente,
erradicar su mal,
sus angustias,
depresiones, sus tormentosos momentos actuales,
debe hacer una revisión íntegra, concordante con la verdad
¡comedida y ponderada!
tratando de
silenciar, después de entender, las partes del guión,
que lo condujo por
ese sendero, a esa situación en que se encuentra.
Debe acompañar y
ejercer con la revisión, el
reflexionar y entender
que la angustia, la
depresión y la desolación,
¡son aprendidas!
¡de alguien o algo las aprendió!
muchos de estos
aprendizajes, hoy están olvidados o son levemente recordados
¡o solo le queda una vaga reminiscencia!
pero debe recordar
durante el proceso de revisión
que tiene que hacer
un esfuerzo para esclarecerlos tales como son…
adaptarlos y
adecuarlos en forma precisa para que se ajuste la verdad
Porque con la
retrospección, son activados, muchas veces,
incompletos o
deformados, o solo fragmentos parciales percibidos
subjetivamente, desde
el ángulo de vista del afectado
¡totalmente relativo al recuerdo!
o contagiados y
mezclados como una amalgama o aleación
con otros recuerdos,
de otros, que se los contaron ó lo imagino:
¡cuando fantaseaba!
¡forjando días por venir!
¡En esa revisión!
analizará
profundamente, penetrando con amplitud, y verá que:
¡la impulsividad!
lo condujo a grandes
desaciertos, con inmensas consecuencias,
que arrasaron y
mutilaron completamente:
¡su sentir!
¡Lo impulsaron impensadamente a las agresiones y ofensas!
aflora de inmediato y
concluye en forma apresurada,
que por “carencia de afecto y de felicidad” en
el allá entonces,
se inmiscuyó
contundentemente la violencia, hija de
¡la impulsividad¡
…detuvo el pensar y
el razonar uso el horror de la agresividad.
¡cuántas alegrías y dichas fueron arruinadas!
por falta o carencia
del sosiego, serenidad y ecuanimidad
¡y una oportuna sensatez en su actuar!
Se proyecta en su
mente, una película, con voces que retumban
¡a manera de resumen en su vida!
¡cuantos amigos y seres queridos alejó!
¡o huyeron, al presenciar cómo eran tratados!
¡cuando la impulsividad afloraba repentinamente!
acompañada de los fatales juegos psicológicos…
¡y por los sentimientos trucos con sus manipulaciones!
¡a todos sus seres queridos!
¡También participaron!
Los miedos, los
temores, aprendidos y cultivados,
cuando se enfrentaban
a aprietos y acosos,
cuando los conflictos
y dificultades no eran superadas ,
¡el ser cae en serios y graves trances!
Indaga también “el como” mermó su calidad de vida,
al depender de la claustromanía, cerrándose al franco diálogo,
honesto y diáfano y
negándose a la intimidad sicológica,
requerida y necesaria
en el convivir cotidiano saludable.
Perplejo quedó, al
investigar, inspeccionar, y convencerse
personalmente, a
través de la retrospección…
¡como el amar era arrasado y despedazado!
como lo arruinó y lo
destruyó, totalmente devastado y mutilado quedó
al ser conducido por
los fatales juegos psicológicos y las manipulaciones
cuando sin advertirlo
reclamaba, con su actuar, anormalmente
¡el hambre del tómame en cuenta!
¡poderosa hambre nacida durante su infancia!
¡y reforzada en la adolescencia!
Analiza con dolor, “el como”, la capacidad de dialogar
inexistente
¡en ese entonces!
era la responsable de
conductas errátiles y perjudiciales del:
¡equivocado comportamiento aprendido en su escenario vital!
¡la mayoría de los eventos se resolverían dialogando!
Razona detenidamente,
“como cada una de las pasiones bajas”
sobre todo los
conocidos pecados capitales, intervienen,
modificando sus
vidas, transformándolas y llevándolas a:
¡marchar incesantemente en la procesión humana!
en un caminar
insoportable, “en un casi no vivir”
¡el ser humano daña, sin querer!
¡al ser humano!
convirtiéndolos en:
¡sin saber porque!
Son
¡lo que no sabe que!
De esta manera, la
revisión, le brindó al ser
¡la oportunidad de apropiarse de la verdad de su vida!
iniciar un nuevo
caminar con pasos rítmicos
¡vivir en el aquí ahora!
abandonando la gran procesión
humana,
¡saber reír!
¡saber mirár!
¡saber amar a la humanidad!
que es lo único que
verdaderamente tiene,
¡vivir con alegría!
¡este aquí ahora!
“el revisor” va entendiendo a todo lo largo de “la revisión”
¡la relatividad de la vida!
¡”como” todo es relativo al observador!
¡a su aprendizaje y a su sentir!
¡relativo también al “como” es interpretado!
A “como” observa y capta los fenómenos
exteriores e interiores
los conceptos de “utilidad” del “sentir”, del “percibir”,
“pensar”
de ver y mirar, del hablar, del escuchar y del “saber” y amar
¡del interpretar lo escuchado!
¡del vivir!
¡del mismo aquí ahora!
Del “pensar y razonar”, de acuerdo al
archivo mental de cada quien
¡de la personalidad!
¡ de la aleatoriedad del yo!
¡La vida es un hermoso sueño subjetivo!
¡vinculado casi en su totalidad de aprendizaje!
¡válido mientras exista el soñador!
¡personalísimo, intransferible!
No hay dos sueños de vida iguales,
son fugaces y perecederos,
incomprensibles para otro observador,
extinguible al agotarse la vida.
Es por esto que el “revisor”
abre la puerta de un nuevo vivir,
con la revisión y su amplia visión aprendida,
para vivir intensamente,
el aquí ahora,
sencillo y humilde pero magnánimamente
Enseñando a reír
a quien aun no lo sabe
enseñando a vivir
a quien hasta ahora lo ignora
enseñándole a disfrutar el aquí ahora
aquel que se encuentra desubicado en el tiempo.
La Revisión
2da parte
Reflexiones #31
Jesus Riquelme Senra
12/12/2018