232 - CONCILIACIÓN ENTRE DIOS Y EL DIABLO Tercera parte
CONCILIACIÓN ENTRE DIOS Y EL DIABLO
Cuento-reflexión-y
ensayo N°92
Tercera
parte
Después de
la reunión anterior,
¡Dios!
ha estado
rondeando,
las
galaxias, las constelaciones, los cúmulos, las nebulosas…
como una
manera inconsciente de distraerse…
¡calmándose de los errores en que incurrió!
y de los
daños que ocasionó,
¡a la humanidad!
Ambulaba
inquietante y sin cesar,
de un sitio
a otro,
el
desasosiego lo dominaba,
lo
desalentaba e impacientaba…
durante su
interminable vida,
después de
la última reunión con,
¡el Diablo!
¡Lo turbaba el remordimiento de conciencia!
aunque Dios lo disimulaba muy bien…
para que no
fuere notorio…
Dios había llegado hasta la galaxia de:
¡la vía láctea!
casi
instintivamente…
¡necesitaba serenarse!
¡el inconsciente lo dirigía!
Parecía un
nómada,
como un
errante,
que
ambulaba desorientado,
con un
destino incierto,
continuamente
cambiante, a cada instante
¡estaba abrumado!
Ya no lo
satisfacía,
el inmenso
imperio celestial que se adjudicaba,
ni las
enormes distancias que tenía ese dominio,
¡que eran interminables!
se perdían en el horizonte del infinito,
que ahora
lo percibía inmotivadamente,
¡fríamente!
Caía una
copiosa lluvia…
lluvia de un caudal de preguntas,
dentro de
su mente…
la cual no detenía
su pensar…
de meditar
y sacar conclusiones…
¡incansablemente!
Entre ella
se encontraba:
una
pregunta predominante principalmente,
¿para que necesito todo esto?
¡si me encuentro solo!
¡y carezco de la más simple y elemental
compañía!
¡ella es lo más importante para todos los
seres!
sin ella:
¡todo dejaría de tener sentido!
por qué no
existiría la compañía,
que me es
indispensable para vivir…
¡Dios!
con la
mirada en alto…
fija
siempre:
¡en el horizonte de la perfección!
en busca de
respuestas…
a su caudal
de interrogantes,
que a su
mente repercutían, fluían y latían…
continuaba
caminando… y caminando…
andando… y
andando…
¡sin percatarse a donde se dirigía!
Solo al
parecer, suponía,
que debería
vagar…
¡distrayéndose y descansado!
en cualquier dirección,
para poder olvidar
el malestar de los errores cometidos…
Así, logró
acercarse,
con mucho
esfuerzo, por su aturdimiento,
¡a una esferita azul!
¡que flotaba en el espacio!
¡como una magia!
¡dentro del sistema solar…!
que muy
disimuladamente,
parecía ser
ignorada,
dentro de
la inmensidad del cosmos.
Allí, donde
el remordimiento de conciencia:
¡de Dios!
Se empobrecía
y limitaba su reminiscencia…
la
menoscababa…
la
aminoraba notablemente…
muy
rudimentariamente,
¡escasamente!
de una
manera borrosa, imprecisa y desdibujada,
¡producto de su gran complejo de culpa!
“como los sueños de los niños”
que se van desvaneciendo
y disipando:
¡como un vahio!
por el
inexplicable e inentendible:
¡tiempo!
que va
precipitando a la:
¡humanidad!
muy
lentamente…
arrebatándole
aceleradamente…
¡sus góticas de alegría!
de su
hermosa vida…
asediándola
pausadamente…
¡avecinándola a su desmayo final!
¡inevitable!
Allí…en esa
precisa esferita,
dotada de volubilidad…
allí…donde habitá la:
¡sorprendente humanidad!
Repentina e
inesperadamente,
cuando
merodeaba y se aproximaba,
a un
reducido grupo de:
¡humanos!
que desde
lejos observaba, detenidamente,
percibiendo
en vivo,
que se
encontraban totalmente confundidos…
¡enfrentados unos contra otros!
¡luchando intensamente!
¡por creencias religiosas opuestas o
incoherentes!
en uno o varios argumentos contradictorios,
y en
algunos casos,
¡con Dioses diferentes!
¡totalmente distintos!
Allí,
en ese
preciso instante,
cuando Dios percibía el descalabro y el caos:
¡en que se encontraba la Humanidad…!
eso fue
cuando coincidía Dios con la llegada
del Diablo,
que venía
acompañado con un coro de ángeles,
entonando el:
himno celestial,
impresionantemente,
todo fue
una mera coincidencia,
una
casualidad fortuita…
como tantas que ocurren en el Universo.
Cuenta la
historia,
que esos iconos de la humanidad,
se
encontraban, nuevamente,
en un punto
invisible del Universo.
Al parecer,
ambos estaban dirigidos,
por fuerzas
ocultas de su mente,
¡algo tenían en común!
¡o se comunicaban por telepatía!
¡o fue una pura probabilidad o
simultaneidad…!
Los dos símbolos de la humanidad,
mutuamente
se descubrieron,
¡el uno al otro!
¡casi instantáneamente!
Al mismo
tiempo,
Dios aceptó, que asistieran:
¡todos a la reunión!
Narra, y está
plasmado en la:
¡Historia celestial!
que un gran
coro de ángeles,
acompañaban
voluntariamente al Diablo…
para
asistir a la tercera reunión entre:
Dios y el Diablo.
Hasta allá,
repercutió el:
derroche de alegría y admiración,
solo por
enterarse de la:
reunión
conciliatoria,
entre Dios y el Diablo.
Venían motivados
y estimulados,
porque
también, algunos querían,
¡conversar con Dios!
El regocijó
fue único,
en los jardines celestiales,
¡sorprendente!
¡trascendental!
marcando un
momento inolvidable
en toda la
existencia:
¡de la fantasía celestial!
¡del interminable paraíso celestial!
producto de
la imaginación humana,
¡sublime obra de su creatividad!
al buscar
incesantemente:
¡el éxtasis de la perfección!
¡sin saberlo ni entenderlo!
Esos ángeles,
venían
iluminando, danzando y cantando,
por todo el
trayecto de su recorrido,
para
asistir a la cita,
intuitivamente
concebida.
Se
escucharon las alegres notas:
del himno de la alegría,
con una entonación jamás lograda…
acompañada:
con imágenes, estampas y grabados,
sobre la bóveda celeste,
como
ilustraciones, pinturas, y representaciones,
de signos
figuras o símbolos alegóricos,
reproducidos
a todo color, deslumbrantes y llamativos,
conformando
una fantasía fabulosa,
¡confundidas con creaciones virtuales!
¡fraguadas y proyectadas con trazos!
¡impresionante y sensacionales!
como si
vinieran del:
caleidoscopio celestial,
sorprendentes,
conmovedoras y sobre cogedoras,
Casi todos
los ángeles,
que
acompañaban al Diablo,
fueron
testigos presenciales,
de aquel
evento increíblemente humillante,
¡en aquel entonces!
¡entre Dios y el Diablo!
La reunión
se inició, en un sitio,
muy próximo
a la casita de:
¡la Humanidad!
cercano al
globito celeste que flota en el espacio…
Parecería
que el sitio,
hubiera sido
seleccionado,
con algún
propósito oculto…
¡esa sensación la tenían todos!
Ese sitio,
los hacía rememorar…
recordando,
evocando o conmemorando,
algo que quedó impreciso,
somero,
secreto o subrepticio,
¡todo inexplicable!
El Diablo hablo primero,
recordándole
a Dios,
que el
derecho de palabra lo tenía el…
convenido
en la reunión pasada,
y el
efecto, así ocurrió.
El Diablo estableció en una agenda,
de los
puntos a tratar:
1-la impulsividad y la intolerancia.
2-la precipitación y egoísmo.
3-los malos entendidos o confusiones.
4-negarse a dialogar.
todos derivados de la ausencia o
carencia:
¡del
dialogo!
El Diablo
le recordó a Dios,
que varios ángeles asistirían,
deseaban participar en la reunión…
Dios
consintió que todos participaran.
El Diablo
muy sereno,
con el rostro apacible,
y esperanzadoras palabras,
inicia calmadamente, su derecho de
palabra:
diciendo,
he decidido usar palabras reconfortantes,
como un objetivo esencial ponderativo.
Recordemos, tiempos pasados,
cuando
fuimos gravemente marcados…
con huellas y cicatrices,
indelebles e imborrables vitaliciamente…
y como
consecuencia de todo esto,
se
perdió la armonía reinante, en el paraíso celestial,
¡de aquel entonces!
y nunca se
recuperó…
¡¡todo fue un mal entendido prolongado!!
por ti,
¡señalando a Dios!
¡como icono de la perfección!
en aquellos
tiempos.
Rememorando
aquellos acontecimientos,
deseamos
comunicarte,
superando los escollos y heridas…
así como cualquier riesgo, tropiezo u
obstáculo…
¡cualquier mal entendido!
que pudiera dañar o retrotraer,
¡esta naciente armonía celestial!
este
excelente diálogo franco y sincero,
que ahora está brotando y naciendo.
Te informo
que en aquel entonces,
¡dice el Diablo!
yo, con un grupo de ángeles…
incluyéndome a mí,
nos
dirigíamos a ti,
de muy
buena fe,
plenamente
esperanzados,
para
plantearte, precisamente:
¡la absoluta necesidad!
de
comunicarnos todos,
¡de igual a igual!
Igualmente
te íbamos a solicitar,
¡que hicieras lo mismo!
¡con la humanidad!
que se encuentra sedienta de ti:
de tu compañía,
de escucharte,
de oír tu voz,
y que le
confirmaras y garantizaras tu existencia,
¡que los tomes en cuenta!
¡de igual a igual!
¡esa es la segunda hambre de la humanidad!
y para ello
es necesario:
saber vivir.
Sin ellos,
¡la humanidad se marchitaría y
languidecería!
Con solo
haberles hablado,
por lo
menos un instante,
todas las dudas se hubieran erradicado,
la humanidad se hubiera tranquilizado,
hubiera surgido y crecido exitosamente,
se hubiera ratificado:
¡esa grandiosidad
y maravilla!
¡del
sueño celestial ofrecido!
Debemos
aclarar, que nunca existió intención,
de mermar o
aminorar,
¡tu
absoluta autoridad!
dentro
del reino celestial
todo lo
contrario,
reforzarlo
y consolidarlo,
engrandeciéndolo,
cristalizándolo
y solidificándolo
Pero tu prepotencia,
aunada a tu
engreimiento,
y al eterno silencio que impusiste
te negaste a hablar con la humanidad.
¡ella es
tu gran obra¡
que debiste
atender ampliamente….
esto
produjo un mal entendido,
dentro de
tu mente,
y dentro de la mente de la humanidad.
Creíste que
pensábamos derrocarte,
suplantarte,
entonces:
activaste la impulsividad,
la precipitación
y la violencia,
expulsándonos del reino de los cielos,
¡a todos¡
¡sin dejarnos explicarte!
Ni menos aún hablarte.
Ordenándole
a tus ángeles,
que nos
desterraran de inmediato,
arrojándonos del paraíso celestial,
llevándonos al reino del infierno,
que
especialmente construiste para nosotros,
¡insólito!
Es
necesario aclararte:
que no hubo,
la menor intención de:
suplantarte,
solo
aclararte y asegúrate,
de que no continuaras equivocándote,
exigiendo la enfermiza adoración,
y negándote a conversar con nosotros:
¡y con
la humanidad!
De igual a igual
todo esto
se extendió y propagó,
¡hasta la humanidad!
que agravaron
las cosas, con el radicalismo…
de esa
humanidad, sin el saber,
Me
convertiste a mí en el:
¡Símbolo
del mal! ....
hasta ahora
ostento esa fama,
y me
responsabilizan a mí,
cuando un ser humano se desvía de su camino,
haciéndole
creer a todos,
que yo soy
el responsable,
y compito
con,
Dios,
dañando las
almas que creaste.
Nada de todas estas ficciones,
son ciertas,
nunca hemos
instigado a un humano,
para causar
daños a nadie,
para que
luego, lo castigues
desproporcionadamente,
cegado por
tu soberbia.
DIOS interviene intempestivamente,
al
comprender que todo ocurrió,
por su impulsividad e intolerancia…
por su prepotencia y egoísmo…
por su precipitación…
por su sectarismo y su abuso…
por no
haber usado el dialogo…
¡el infalible dialogo!
Dios le dice a todos:
suspendamos
este impresionante encuentro,
que nos
beneficia a todos…
este
hermoso dialogo…
pero me
está causando una profunda depresión y
angustia,
no soporto
más,
necesito urgente, descansar rápidamente,
reflexionar profundamente.
Ante de
despedirnos,
le extiendo
las más expresivas gracias,
por esta
inesperada e insospechada reunión…
…y que con
ella vayan también,
las promesas de que voy a hacer los correctivos,
necesarios
e indispensables:
¡todo va a cambiar!
Quedan
todos invitados para:
¡la próxima reunión!
le avisaré a todos cuando la reunión se dé.
El malestar
de Dios se reflejaba notoriamente…
…en su rostro…
su sonrisa estaba ausente…
su mirada estaba apagada…
carecía de su brillo característico…
algo perdida o extraviada…
por el
impacto causado.
Con otra
actitud y expresión,
Dios les dice a todos:
“les
aseguro a todos”
¡un nuevo naciente tiempo!
¡y que las subsiguientes reuniones!
¡van a continuar!
¡hasta el final!
Antes de
despedirse,
le dice a
los ángeles que disculpen,
por no
haber podido intervenir en esta reunión,
y quedan
invitados,
para todas
las reuniones que continuaran.
Continua
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