76-LA BÚSQUEDA
LA BÚSQUEDA
Al nacer, La Búsqueda fue la
supervivencia
y con llanto la acompañamos…
consistió en buscar con desespero, el
primer aire que aspiramos
...y fue allá entonces…
cuando despertábamos del prolongado
sueño fetal,
cuando abandonábamos el paraíso matricial.
Luego se orientó y posesionó
sobre los senos de mamá…
Y fueron mamá y su entorno,
los creadores de esa Búsqueda inalcanzable,
cuando con ternura nos mintieron,
dibujándonos y decorándonos un mundo
inexistente,
nos enseñaron lo contrario de lo que
éramos.
Fue la indefensión, en nuestro
reducido escenario,
y la precaria situación biológica, del
allá entonces,
cuando a la vida recién nos
asomábamos,
los que convirtieron en nuestro primer
Dios,
a nuestra adorada mamá.
Sonrisa, felicidad y saciedad,
alegría, dicha y bienestar
al principio colmaron todo nuestro
sentir.
¡embriagados e inmóviles quedábamos!
¡acatábamos y no reaccionábamos!
Más tarde, lentamente y paso a paso,
aún inmersos dentro de la ilusión
infantil,
comenzábamos a dilucidar el laberinto
indescifrable existencial
en que nos sumergió, nuestra adorada mamá.
Y fue el tiempo, la realidad y el
pensar,
los que transformaron la esencia y la
orientación,
el júbilo y la prosperidad, de esa
Búsquela inicial,
en un nuevo mundo, que hoy tratamos de
interpretar.
Esa Búsqueda en Algo se fue tornando,
Algo indefinible…
¡clamado por todos!
con inexplicable temor…
y requerido para llenar ese Vacío Existencial,
que al crecer, comenzamos a percibir.
Algo, que aturdidos y silenciosamente…
apresurados y sin saber porqué,
tratamos de encontrar…
y cuando mas ahondamos, más difícil e
inalcanzable se convierte.
Algo imprecisable, perseguido y
requerido,
para calmar nuestro profundo sentir,
y nos dote de fuerza para seguir…
Algo que le dé
color, forma y figura,
calor, aliento y esperanza
a nuestro frágil existir,
y que rompa el sordo silencio
existencial.
Algo que cuando más nos esforzamos en
conseguir,
más se aleja y más se achica,
se desvanece, desaparece y se esfuma…,
entonces, resignados advertimos,
que fuimos distraídos y aturdidos con
cualquier fatua situación.
Así, los días comienzan a escaparse…,
el tiempo lo vemos fluir…
La Búsqueda
se debilita…,
¡…y los años van quedando atrás…!
Entonces El Algo se va apagando…
¡creíamos haberlo alcanzado,
pero fue una ilusión que nos desvió y
aturdió.
Era El Algo, cuyo color había cambiado,
era la Búsquela que de nosotros
se había alejado,
era el sendero que habíamos
extraviado,
era la necesidad de un alivio
pasajero,
que nos absorbió con una inexplicable
gravedad.
Hurgamos con ansiedad, entonces, en el
pasado.
Todos los valores los escudriñamos,
y con inquietud, el camino perdido,
tratamos de recobrar.
Los años transcurren en ir y venir…,
con imaginación al futuro nos
remontamos,
“artificios, artimañas, recovecos y
trucos…”
con desespero creamos, dentro de un
ardid aturdidor.
Nuevos y grandes rumbos esperanzados
reconstruimos,
cuando del presente renegamos…
y así, todos los senderos con ansiedad
trillamos
recorriéndolos aturdidamente una y
otra vez…
Y vamos dejando atrás…
inmensos cementerios de huellas,
de las rutas comenzadas y abandonadas,
y como fósiles en nuestro pasado,
los vamos enterrando, sin razón y sin
saber porqué,
¡ y sin ninguna explicación!
Entonces, Lo Real, El Saber, y Lo Humano,
Lo
Terrenal, El Amar y El Aquí Ahora,
lentamente, nos van absorbiendo,
¡y a La Búsqueda la van
suplantando!
después; paulatinamente nos vamos
reubicando.
Luego, el inútil esfuerzo derrochado…
…y parte de la vida consumida…
un nuevo andar nos va creando…
Más tarde, Serenos, Perplejos y Sorprendidos,
nos percatamos, advertimos y
descubrimos,
que Lo Buscado no reside en ningún lugar
ni nombre alguno tiene en particular.
Por eso El Buscador se caracteriza,
porque no sabe lo que busca,
ni que camino selecciona,
pero cuando llega al final de la ruta,
Lo
Buscado se le esfuma o desvanece
¡para volver a empezar!
Advertimos entonces la confusión,
y precisamos que era El Aturdimiento,
que sin compasión, con nosotros
jugaba.
Así El Aturdimiento con La Búsqueda, juntos van danzando,
mezclándose el uno con el otro,
unas veces El Aturdimiento como Búsqueda
se presenta,
¡entonces desorientados, cesamos y
descansamos!
otras veces La
Búsqueda de Aturdimiento
se viste
¡ y nos impulsa a volver a empezar!
Y otras, en bulla infernal El Aturdimiento nos sume,
nos ensordece, nos deslumbra,
entreteniéndonos estancándonos;
¡silenciando Al Buscador y
deteniéndole su pensar!
fingiéndole un aparente bienestar,
impidiéndole advertir el desvió que le
causa,
sentándolo inmóvil en el tiempo
marcándolo con huellas indelebles en
lo mas profundo de su Ser,
todo esto ocurre en un escenario
inadvertido por El Buscador,
donde todos sus movimientos los
ejecutan desapercibidamente,
y en los sueños se confunden, al
infiltrarse, los hechos reales,
mezclándose entre si, en tiempo
distinto…
y traducidos a otro lenguaje
inaccesible a interpretarse.
La Búsqueda con el andar va mutando,
rituales,
ceremonias, cultos y fiestas,
protocolos,
manías, obsesiones y juegos,
son algunas de sus más comunes
expresiones.
El culto a la muerte, es otra de las
graves desviaciones,
en que El Aturdimiento amordaza a La Búsqueda
y la hace fugar de la realidad.
¡Es una confusión¡
provocada por la imperiosa necesidad
de perpetuarnos,
es el ultimo reconocimiento que a los
cuerpo inertes,
de los seres vivos, les rendimos.
Entonces, con una sobriedad profunda,
rememoramos nuestro angustioso andar,
¿inmutados quedamos ante el silencio
feretral!
que sacude y estremece Todo nuestro ser…
porque uno de nuestros compañeros se
va…
¡y no queda nada!
reflexionamos, que detrás seguiremos
nosotros.
Serenos entonces, y con la mirada en
alto,
descubrimos que La
Búsqueda a nuestro lado estaba.
Era
lo Humano, Era la Sencillez,
Era la Humildad.
El
Amor, El Saber y el Aquí Ahora,
también parte de ella eran.
Pero fuimos desviados, confundidos y
mal orientados,
en la concepción del mundo.
Ilusiones,
Promesas de Paraísos, Supersticiones y Cultos,
Deformaciones,
Irrealidades, Envidias Egoismos y Fugas…
Promesas
de una vida más allá…
fueron sus notables equivocaciones.
Y solo hacia falta:
¡habernos enseñado a temprana edad a Amar y a Pensar!...
habernos enseñado a temprana edad a Mirar y Reír.
Habernos enseñado a vivir intensamente
y con alegría cada instante,
cada instante que la naturaleza nos
brinde,
en su obra maestra llamada Vida,
con su ejemplo más valioso llamado Hombre.
Consagrémonos entonces, a esa criatura
llamada Hombre.
Hagámosla Dios dotándola de Amor y
Saber.
Hagámosla Hombre dotándola de Sencillez y Humildad.
¡Guiémosla!
Es nuestra única y genuina salvación.
¡ES
LA AUTENTICA BUSQUEDA!
Jesús
Riquelme Senra
05/04/2005