248-EL TEATRO DE LA VIDA Primera parte

 




EL TEATRO DE LA VIDA

Cuento, reflexión y ensayo n° 121

Primera parte

 

Un talentoso autor…,

anónimo o todavía desconocido,

llamado provisionalmente y por costumbre,

¡EL UNIVERSO!

 con mucha originalidad,

concibió y escribió la máxima obra teatral,

conocida hasta ahora como:

¡LA VIDA!

y nosotros la estamos:

¡escenificando en este momento!

 

Se ignora “quién” o “qué”,

 lo inspiró a crear esta magna obra,

épica y lírica al mismo tiempo,

¡IMPRESIONANTE!

 

Exageradamente sensible y llena de curiosidades…,

de creatividades e imaginaciones,

que se confunden con la:

¡realidad de la humanidad!

Llamada,

¡la poesía de la vida!

 

La impregnó de muchas emotividades,

colmándola de sentimientos encontrados…,

…de impresiones, pasiones, alegrías, tristezas…,

¡de tormentos inesperados!

a veces inimaginables e incontrolables…

Lo más difícil para esos personajes,

es saber comunicar el amor,

al igual que en los Humanos

 

A esa obra,

la llenó de sorpresas,

dotándoles a sus personajes,

con admirables maravillas conmovedoras,

¡desconcertantes!

con extravagancias imprevistas,

¡deslumbrantes!

ansias…pasiones…ambiciones… depresiones…emociones…,

¡ideales!

 

Todavía no sabemos,

quién en realidad es su autor…

Muchos se lo adjudican a divinidades

pero en verdad aún se ignora…

existe una gran confusión al respecto.

 

No se ha podido conseguir,

razones y argumentos creíbles,

que se acerquen o aproximen,

para esclarecer este gran enigma,

inexplicable e incomprensible,

secreto o misterio…,

…verazmente…,

 

Está llena de pasajes enfrentados,

épicos… líricos… impactantes y cautivadores,

que encandilan y ciegan a la razón.

Muchos de ellos producen inesperados asombros,

y sorpresas jamás vistas,

que le dotan y agregan diversos estímulos,

calor, forma y contenido:

¡a cada escena de la obra!

 

Cuando se elevan uno de los telones,

de la comedia de la vida…,

o cuando desciende cualquiera de ellos,

cerrando o concluyendo,

cada uno de los episodios o etapas,

 de la obra, ya transcurridas,

los espectadores quedamos perplejos o confundidos,

sorprendidos y despistados,

titubeantes o vacilantes,

¡estupefactos!

¡por la incertidumbre de todo!

¡anonadados!

¡todo es probabilístico!

 

Estos personajes de la obra,

fueron perfectamente concebidos y diseñados,

hasta el extremo que se confunden con la actual

 ¡realidad humana!

por su apasionamiento febril y ardíente…

¡llenos de fanatismo y fogosidad!

con que su autor los proveyó,

como una gran obra literaria…

¡la poesía de la vida!

 

Otras veces, estos personajes se comportan como:

indomables o libertinos…,

vehementes o sectarios…;

en muchos casos,

violentos, virulentos e irritables…

 

Sus personajes fueron creados,

con tanta vivacidad y perspicacia,

saturados de energía y dinamismo,

sagacidad en su pensar,

con ímpetu y brío en su actuar,

con vigor y perspicacia en su andar,

que hace que todos se crean,

además,

de autónomos, auténticos, espontáneos y originales…

¡poseídos por un don divino!

 

Ese autor desconocido de la obra,

¡el teatro de la vida!

diseñó sus personajes

haciéndolos vibrar de tal manera,

que se confunden con un delirio o una locura,

colmándolos de palpitaciones, exaltaciones,

y extrañas e inesperadas reacciones,

como alucinaciones entusiastas, que nos asombran…,

con vivencias llenas de fantasía…,

que nos conduce y dirigen,

encaminándonos y encausándonos,

a mundos escondidos o ignorados…

A veces nos arrastran,

orientándonos o guiándonos

a mundos irreales,

llenos y repletos de fantasía,

que convergen en un:

“prolongado éxtasis de regocijo ficticio”.

 

Van desenvolviéndose

dentro del inexplicable fluir del tiempo…,

afectados y enredados por el aturdimiento vital,

del bullicio diario,

llamado también:

“¡la realidad de su aquí ahora!”,

sin poder advertir,

que es un acto más del escenario de la obra teatral:

“¡la vida!”

 

Ignoran completamente,

que están ejecutando apasionadamente,

¡personajes previamente escritos en su mente!,

afectados por el devenir del tiempo…

efervescente, ardoroso, en plena ebullición,

¡probabilísticamente! 

 

Simultáneamente

cada uno de esos personajes,

va disfrutando de la materialización

“¡del guion de su vida!”,

lenta y silenciosamente,

escritos en el transcurrir de su existencia,

azarosamente, sin advertirlo,

convencido de que son:

¡autónomos, auténticos, espontáneos y originales!

 

Pero ignoran…,

no saben ni tampoco admiten,

que todo ese guion teatral que ejecutan,

fue escrito a través de su existir…

con el mágico y atrevido lápiz,

inclemente y aleatorio,

¡del tiempo!

Y

¡por la enseñanza y aprendizaje!

del conglomerado de vivencias,

que fluyó a sus sentidos,

durante todo su vivir.

 

Lo inesperado de la existencia

va produciendo un vaivén, azaroso,

completamente imperceptible,

  que también es interpretado como

“¡personalísimo por cada uno de ellos!”

 

No logran percibir ni concientizar,

esos personajes,

que son todos, apropiaciones…

¡de los altos y bajos!

del convivir con el resto de sus congéneres,

copiando sus conductas y su modo de ser,

¡sin darse cuenta!,

imitando, partes, piezas, o fragmentos,

de los múltiples actores,

del escenario vital.

 

¡Son personajes anónimos e incógnitos!

que están domiciliados en su cerebro…

en forma, de

¡grabaciones mentales!

con variantes de mezclas y combinaciones,

de todas las vivencias acumuladas,

en sus mentes,

manejadas por la:

¡asociaciones de ideas incontrolables!,

producto de la sensación de que:

todas son autónomas, auténticas y espontaneas,

provenientes de cada uno de ellos,

¡de sus personalidades!,

¡de su yo…!,

¡de su alma!

 

Todo esto configura, deslumbrantemente,

La máxima obra teatral,

Épica lírica,

“¡la vida!”

 escrita por un autor abstracto, desconocido e ignorado,

hasta este momento,

pero adjudicado provisionalmente al

“¡universo!”

que es lo más creíble, hasta ahora.



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