144 - LA MAGIA Y EL HOMBRE ENSAYO N° 24 (Primera Parte)


LA MAGIA Y EL HOMBRE
ENSAYO N° 24
(Primera Parte)

Un hombre, incrédulo y desconfiado,
inconcebiblemente escéptico e inseguro,
se lamentaba continuamente:
¡De todo!
Y si veía que no tenía argumentos para:
¡Quejarse!
¡Lo inventaba!

Su Vida se había transformado en:
¡Una bulla llorona!
Y si su escasa imaginación,
no le permitía inventar…limitándolo,
entonces buscaba con mucha agilidad,
algo que le ocurrió en su pasado,
que le permitiera traerlo a colación para iniciar:
¡La disputa!
¡O una discusión!
La exageraba, la modificaba, y le imprimía:
¡Un interés que no tenía!

En caso de que de que careciera de todos los recursos,
que justificara emprender un enfrentamiento,
recurría a cualquier etapa o pasaje de la:
¡Historia!
En busca de alguna injusticia o abuso,
del cual pudiera justificar,
para basarse en el:
¡De aquel entonces!
¡De esa etapa pasada de la historia!
para plantear el codiciado enfrentamiento.

Lo narra entonces con ardor y solidarizándose con:
¡De alguna de las partes que intervinieron!
¡De lo ya ocurrido en aquella etapa de la historia!

Iniciando una acalorada discusión:
¡Fuera de tiempo y de lugar!
¡Sin ninguna motivación para el escucha!
Lo argumentaba muy bien,
para eso, se había entrenado:
¡Toda la Vida!
Y había desarrollado una memoria recordatoria acomodaticia.

Su propósito era llevar siempre lo:
¡Contrario al escucha!
Para prolongar indefinidamente,
lo más que se pudiera,
¡La conversación!
Porque necesitaba caricias de reconocimiento,
por su hambre de:
¡Tómame en cuenta!
por eso era siempre combatiente,

Todo esto era generado por su:
¡Posición existencial frente a la Vida!
¡Yo estoy mal… tú estás bien o mal!
Que exteriorizaba invertidamente:
¡Yo estoy bien… ustedes están mal!

Y así lo evidenciaba al llevar siempre:
¡Lo contrario de su confidente!
De esta manera lo ridiculizaba y despreciaba también.

Ese hombre caminaba inquietamente,
acercándose a una montaña colmada de árboles,
un tanto entretenido por las pintorescas casitas,
diseminadas y esparcidas en sus alrededores,
con sus alegres lugareños.

Parecería que ese hombre pretendía inconscientemente,
localizar a alguien que le sirviera de:
¡Contendor!
¡Con cualquier pretexto!
Para poder entretenerse con su repertorio de:
¡Quejas tormentosas!
¡Inaudito!
¡Increíble!

Cuando le era imposible encontrar a ese personaje,
que lo acompañara en su agitado propósito,
entonces, recurría a revestirse de:
¡Caritativo bondadoso!
¡Concediendo dádivas!
¡O un buen consejo a los limosneros!

Una vez que conseguía su propósito, iniciaba:
¡Cualquier variante quejosa!
¡Acomodaticia a ese instante!
¡Que justificara llamar la atención!
¡Con el Tómame en cuenta!
¡Así estructuraba su tiempo!
¡Así la vida lo había labrado y moldeado!
¡El no advertía lo que le ocurría!
¡Lo había aprendido de esa manera!
¡Durante su vivir!

Pero había, muy hábilmente, recopilado durante su existencia:
¡Un gran repertorio!
¡De hábiles estrategias!
¡Para llamar la atención!
Para dar inicio a su atolondrada manía,
¡Un dialogo conmovedor!
¡Promovido por su guión de vida!
¡Sin percatarse de ello!

Pero ese nublado día, muy fresco,
apareció ante su vista una linda mujer,
que también lentamente caminaba,
poseía una brillante y radiante mirada,
¡Apacible, con una inusitada alegría!
Resplandeciente, irradiando un atractivo en su:
¡Armonioso andar!

Mientras la observaba muy atentamente, se sentó a descansar,
sobre una de las piedras,
del despeñadero de la montaña,
un gigantesco peñón,
¡En forma de silla!
Este peñón, le llamó la atención,
y a un lugareño cercano le dijo:
¡Que curiosa piedra en forma de silla!
¡Alguien la talló sin preguntar!
¡Está dañando el ambiente!
¡La Naturaleza!
¡La está alterando!
¡Hay que regañarlo!

En este momento aparece un:
¡Gran brillo!
¡Muy hermoso y llamativo!
¡Que iluminó todo el área!
Aparecieron una gran cantidad de muebles,
y sillas para jardines y parques,
¡Decorado y adornado quedó el área!
¡Un increíble escenario!

Sorprendido y maravillado quedó ese hombre,
con todo lo que apareció repentinamente,
una fresca brisa, muy agradable, soplaba su rostro,
que en risueño rápidamente se convirtió.

Al ir aclarándose y al ir bajando de intensidad el encandilamiento,
empezó a resaltar el rostro de:
¡La hermosa y bella mujer!
¡muy llamativa!
¡Deslumbrante!
¡Impresionante!
¡Que sonreía agraciadamente!
¡Como un ensueño!
¡Jamás visto por algún ser!

Maravillado y sorprendido quedó el hombre,
al ver y comprobar que la bella mujer,
hablaba sin pronunciar las palabras,
¡Como algo sobrehumano!
¡Sobrenatural!
Unido a ese encuentro que no terminaba de sorprenderlo,
se escuchó la voz del hombre que decía:
¿Quién eres tú excelente mujer?
¿De dónde saliste?
la respuesta no se hizo esperar,
y se escuchó sin que la hermosa mujer:
¡Pronunciara palabra alguna!
así:
¡Yo soy lo que todo el mundo quiere tener!
¡Pero solo me quieren tener unos instante nada más!
¡Después de disfrutarme, me desechan!
¡Se quedan con el juguete que yo produzco y se olvidan de mí!

El hombre apresuradamente, muy precipitado,
con una vertiginosa celeridad responde…
¡Eso no puede ser!
¡Yo nunca te despreciaría!
¡Ni tampoco te apartaría!
¡Ni menos aún me olvidaría de ti!
¡Jamás!

La respuesta continuo escuchándose,
sin que la impactante mujer hable,
y se volvió a escuchar la voz…
¡No digas eso, que no es verdad!
¡Varias veces me has tenido y me has desechado!
¡Con mucha rapidez y velocidad!
¡Instantáneamente!
Me cambiaste por otra cosa que:
¡Que no sabías como entender!
¡Mucho menos agraciada que yo!
¡Para mí era muy fea y dañina!
¡Y te convertías para la Humanidad en un humillante personaje!
¡No sabías como conducirte!
Me has preocupado con este malestar,
¡Que tú mismo te causaste!
Teniéndome a mí, a tu lado, incondicionalmente,
¡He llorado inmensamente!
Todo el resto de los años de tu vivir,
por la soledad y el desprecio que me produjiste.

El hombre cada vez más perplejo,
inquieto, escalofriante, y muy alarmado,
se precipita con extremada ligereza a responder,
confundido por esas palabras que agitaba la brisa,
¡Sin saber de dónde venían!
y nerviosamente dice:
¡Jamás yo te he tenido!
¡Nunca!
¡Ni te conocí antes!
¡En ningún momento haría semejante atrocidad!
¡Tú tienes lo que cualquiera de nosotros busca!
¡Y buscaría toda la vida!
¡Yo te haría inmensamente feliz!

Con una armonía silenciosa,
¡Calmadamente!
se escuchó nuevamente la voz,
entonando una melodía que al señor:
¡Al Alma le llega!
Sin saber todavía de dónde provenía,
y se escuchó:
No pretendo contradecirte,
porque carecería de sentido,
tampoco te llevaré la contraria en lo que dices:
porque esa fue la causa de tu:
¡Aturdido vivir!
¡Por eso no has sabido vivir!
¡No importa que no recuerdes nada ahora…!

Continua la voz:
enredado y confundido,
como estás ahora,
nunca lograrás recordar nada.
Muchas veces, poquito a poco, has sido feliz,
durante brevísimos momentos…
te has alegrado con mi obra,
y de repente, casi inmediatamente,
me cambiaste por ese aturdimiento ensordecedor que tienes,
riñendo contigo mismo sin cesar,
dentro de tu cabeza, hablando regañando,
imaginándote ese diálogo de enfrentamiento con ficticios personajes,
así lo ensayas y luego lo repites,
con los personajes reales,
de tu vivir cotidiano,
con todos aquellos con los cuales entables un diálogo,
no importando la naturaleza de la conversación:
¡Solo te interesa!
¡Dar riendas sueltas a tu aturdido proceder!
Preso de ese nocivo aprendizaje,
proveniente de tu posición existencial,
¡Yo estoy mal, tu estas bien o mal!
Y así has venido viviendo toda tu existencia.
¡Me cambiabas a cada instante por ese tipo de locura asfixiante!
¡Por esa manía de pelear contigo mismo dentro de tu mente!
y con los demás…

Buscando enfermizamente y a como de lugar:
¡El tómame en cuenta!
¡Reconóceme, aunque sea ridiculizando a los demás!
Solo has disfrutado insignificantes momentos,
¡De alegría y felicidad!
¡Muy pequeños!
¡ínfimos y mediocres!
¡Reducidísimos!

No es conveniente ahora,
continuar reproduciendo esos momentos,
¡Desestimables!
Cargados de una incalculable y gigantesca torpeza,
¡De tu auto presidio vital!
Dejándolo de vivir como un Ser humano
¡Con colosales virtudes como son las tuyas!
¡Exorbitantes cualidades!
¡Dueño de esta casita!
¡La Tierra!

El Ser humano acorralado con la extrañeza,
de no entender lo que estaba pasando…
pero maravillado y asombrado a la vez,
¡Extasiado!
dice:
¡Necesito saber que esto no es un sueño!
¿Quién eres tú?
¿Por qué sabes tanto de mí?
¡Me estas volviendo loco!
¡No sé si estoy dormido!
¡O esto es una alucinación!

¡Muy lenta y pausadamente, la voz!
¡Se difunde por todos los sitios, otra vez!
El hombre precisa, con mucha observación,
percatándose que la voz no la emitió,
¡La genial y guapa mujer!
Y dice de inmediato:
¡Pero tú no eres quien habla!
¿Eres muda?
¿De dónde salen esas palabras?
¿Quién es quién me describe?
¡Esto me está produciendo miedo!
¿Eres el diablo vestido de una hermosa mujer?
¿Me vas a llevar?
Y comienza a afligirse aceleradamente,
mostrando una pronunciada incomodidad,
que no puede disimular,
lo invade el pánico,
y un agitado desasosiego.

Se escucha, otra vez, la emocionante voz,
como un canto a la Humanidad,
conteniendo ternura y esperanza:
¡He estado dentro de ti innumerables veces!
¡Muchos momentos de tu vida, te los produje yo!
¡Pero no los has sabido sostener!
¡Tu guión de vida se ha impuesto siempre!
¡Cuando comienzas con ese estribillo aturdidor,
 de llevar siempre la contraria!
¡Por eso tenía que desaparecer de inmediato!

Sin mí, nunca se da el amor verdadero,
¡Me necesitas imperiosamente!
Tampoco nace y crece la noble amistad,
¡Ni la maravillosa hermandad!
¡Yo soy maravillosa!
¡He impregnado todo lo hermoso de la vida!
¡Con mi aroma!

Pero cuando me traicionan,
¡O me dejan perder…!
¡Todo se desborona!
¡Y se desvanece!
¡Derrumbándose mi estancia dentro de ti!
¡Todo se desploma!
¡Enflaqueciéndose inicialmente!
¡Y finalmente pereciendo totalmente!

Se extingue lo que mucho me costó,
¡Se pierde el encanto!
¡Se esfuma el hechizo!
¡Y muere cupido!
Porque se esfuma mi presencia,
¡Quedo atónita!
¡Pasmada por la condición humana!
¡Perpleja por la fragilidad del hombre!
¡Y su crueldad consigo mismo!
¡No se sabe conducir!
¡Ni cuidar lo que tiene!

Interrumpe, bastante molesto, el hombre y dice:
¡No dilates más lo que te pregunte!
Respóndeme ¿Quién eres tú?
¿Por qué sabes tanto de mí?
¿Y por qué no hablas tú?
¿A quién pones para hablar?
¿Quién eres?
¡Dilo de una vez!
  
Con una energía vigorosa e intensa,
y con gran prontitud y vivacidad,
decididamente, con ánimo y poderío,
la misteriosa voz,
¡Irrumpe silenciando el silencio surgido!
y dice contundentemente:
¡Yo soy la magia!
Estoy en todos los actos y momentos,
¡Donde florece la alegría y la felicidad!
¡Aportando mi magia!
Si no,
¡Nada se podía haber dado!
¡Impregno todo, absolutamente todo…!
¡Todo, el amplio vivir!
¡La esperanza!
¡Las ilusiones!
¡Los sueños!
¡El Amor!
Pero cuando me traicionan o me engañan,
o también me utilizan, abusando de mí,
entonces,
¡Mi obra se desborona totalmente!
¡Se desvanece!
¡Derrumbándose todo, absolutamente todo!
¡Se enflaquece y se extingue!

Se deshace todo lo que costó mucho hacer,
¡Se pierde el encanto!
Desdibujándose las maravillas y el ardor de las pasiones,
¡Se enfrían las emociones!
¡El sentir se apaga!
¡La Vida es toda una gran magia!
¡Y hay que cuidarla!

Así, mi apreciado hombre…
no has entendido que las grandes ilusiones:
¡Depende de mí para que se materialicen!
¡Porque necesitan la magia que yo le pongo!
Al igual que los grandes ideales,
me necesitan a mí para producirse,
¡Y mi perfume de magia!
¡Para que se conciban!

Pero yo exijo integridad, lealtad y nobleza,
a quienes los he rociado con mi magia,
pero posteriormente reviso la rectitud, fidelidad y honradez…
Y una limpia y absoluta conciencia comprobada e intachable.

¡Recuerda siempre!
¡Sin mí, no se da nuca el Amor de verdad…!
¡Porque yo le pongo la magia al Amor…!
¡Me necesitan imperiosamente!

Sin mí, la noble amistad y la maravillosa hermandad,
¡Tampoco se producirían!
¡Ni florecerían…!
¡Soy maravillosa!
¡Hago que nazcan y crezcan con mi magia!
¡Le impregno mi magia para que las cosas se hagan hermosas!
¡Las baño, salpico o empapo en todos los casos!
y en algunos,
solo hace falta rociarlos:
¡Con mi aroma de magia!

Te recordaré algunos pasajes de tu vida, de manera ejemplificante:
nunca te hubieras enamorado,
si yo no te hubiera aportado,
la magia a ese Amor…
¡No hubiera surgido ni progresado!

Recuerda también que sin mí…
sin la magia que yo aporté.
Ninguno de tus romances y amores,
 hubiera tenido el calor, el aroma y la figura que tuvo:
¡A esos mágicos romances!
De los que hoy te vanaglorias,
como conquistas tuyas,
y hoy todavía los resucitas en tús:
¡Mágicos recuerdos!

¿Recuerdas aquella mujer?
El segundo amor que tuviste cuando eras joven,
¡Cuando tú carecías de valores!
¡No eras agraciado…!
¡Y la chica te rechazaba continuamente…!
pero cuando yo te puse a ti la magia,
ella empezó a verte distinto,
¡Y se enamoró de ti!
¡Mi magia funcionó!
Y hoy recuerdas siempre,
el Amor de tu juventud…
¡El más intenso y fuerte que tuviste!
Pero por tu enfermiza manía de:
¡Llevar siempre la contraria a todo!
¡O rebuscar de qué te puedes asir!
¡Recurriendo y aferrándote a ellos!
Para emprender una controversia verbal,
para hacer sentir mal a tu compañera,
con cosas insignificantes, triviales, o inexistentes;
y creías que con ese enfermizo aprendizaje,
restablecerías tu imperiosa necesidad de:
¡Sentirte bien!
Sacrificaste esa magia  impresionante que te di,
y el Amor se fue desvaneciendo dentro de ti:
 ¡Lentamente!
Por tu compostura que no lo advertiste.

Ten presente que:
¡No hay Amor!
¡Si no hay magia!
¡Si yo no estoy allí!
Que tampoco hay amistad,
¡Si no hay magia!
¡Debo estar presente siempre yo!

¡Que no hay alegría!
ni tendrás ganas de vivir,
¡Si no intervengo intensamente en ella!
¡Soy la alegría del Vivir!
Te acuerdas de aquella exposición del profesor,
cuando los dos estaban pescando en el rio…
cuando el profesor te explicó:
¡Que era el Saber Vivir…!
¡Y como debías Amar…!
¡A la Humanidad!
¡Que es lo único que verdaderamente tenemos!
¡Nada más!

¡Nunca despreciarlos!
¡Ni tener pasiones bajas!
¡Ni odiarlos!
¡Solo ayudarlos a superarse!
Amar a todos los detalles dentro:
¡De este misterioso fluir del tiempo!
Y todavía hoy,
con mucha insistencia lo revives,
¡Como si fuera ayer!
¡Fue la magia de aquel momento!
¡Fue mi obra!

¿Te acuerdas aquella salida del sol?
¿En aquella madrugada?
Cuando te bañabas en el mar,
con aquella chica que:
¡Lograste endulzarla y conquistarla…!
¡Para que te acompañara!
¡Y ese recuerdo todavía lo tienes en tu memoria!
¡Con gran intensidad y nitidez!
¡Quedó marcado indeleblemente en lo profundo de tu ser!
¡Para siempre!
¡Esa magia la inyecté yo!
¡Por eso la conquistaste!
Recuerdas,
cuando agrediste ferozmente a tu mejor amigo porque:
¡Pensabas que te quitaba la chica…!
¿Recuerdas?
…Y el,
dulcemente, con toda la sabiduría,
y la pedagogía posible te convenció:
¡Que eso no era cierto!
Tu recuperaste la calma y la tranquilidad,
y con el gesto, aprendiste a Amar a los seres humanos,
¡Y agotar el diálogo en el Amor!
¡Y volver a creer en los seres humanos!
¡Y hoy lo tienes como un vivo ejemplo,
arraigado en tu mente!
¡Indeleblemente!
¡Esa magia la aporte yo!
¡Para que aprendieras a Amar a la Humanidad!

¿Recuerdas aquella tarde?
Cuando jugabas entre tu miedo y tu sentir,
y te faltaba un empujoncito…
que lo aporté yo, con mi magia.
¡Para que te aceptara la chica!
Cuando yo conjuntamente con la imaginación y la creatividad,
Impregnamos tu sentir de:
Impresionantes emociones y seguridades
¡Dejaste de temblar!
¡Te llenaste de seguridad!
¡De regocijo y alegría!
¡De confianza en ti mismo!
¡Y te sentiste bien!
porque la magia hizo que te:
¡Aceptara la chica!
Y hoy lo revives todo intensamente,
¡A cada momento!
¡Cada vez que te quieres sentir bien!
¡Yo organicé esa magia!

Permíteme otra vez,
que yo vuelva a entrar en tu vivir,
¡Con mi magia reconfortante!
¡Que haga vibrar intensamente tu sentir!
¡Y renazca el saber existir!
¡Viviendo intensamente tu presente!
¡Tu Aquí Ahora!

Nunca estimules los recuerdos…
desagradables o deprimentes,
¡Aunque estos retornen a tu mente!
¡Incontrolablemente!
¡Recuerda que los puedes silenciar!

…Y súplelos, invocando los recuerdos,
también de tu mente,
que estén llenos de alegrías, reconfortantes,
¡Y de ganas de Vivir!
¡Invócalos y vívelos!
Que a esos recuerdos yo los acompañaré:
¡Nuevamente!
Con la misma intensidad del allá entonces,
¡Le pondré otra vez la magia que necesita!
Recuerdas:
¡Todas las cosas en la vida tienen Magia!
¡Y tienes que cuidarlas!

¡Detén todos los recuerdos dañinos!
¡Y las zonas erróneas!
¡Siléncialas!
¡Detén ese estribillo aturdidor que retumba!
¡En tu mente!
¡Proveniente de tu postura frente a la Vida!
¡Yo estoy mal… tú estás bien o mal!
¡Es totalmente aprendido!
¡Aún cuando estés en ese estricto silencio y medites!

Cámbialo por otro,
también aprendido,
aprendido desde hoy,
de mí,
¡La Magia!

Te conducirán a una reconsideración:
¡De tu estilo de vida!
Mal grabada y pésimamente aprendida.
Y a una re planificación de Guión de Vida
¡Yo estoy bien… tú estás bien!
¡Somos triunfadores!

Esto es solo posible, si usas:
¡La Razón!
¡Y la Imaginación!
Para convertir todo en realidad,
con mis palabras mágicas:
¡Vamos!
¡Ya!
¡De inmediato!
¡No más demoras!

El hombre se acerca, profundamente conmovido,
a darle un beso de agradecimiento a la:
¡Hermosa Mujer!
Que es lo único que se le ocurrió,
la mujer desapareció inmediatamente por Magia,
y se escucharon nuevamente las palabras:
¡No necesito que me agradezcas nada!
¡Hazlo con tu nuevo proceder!
¡No me niegues más!
¡Ni te olvides de mí!
¡La Humanidad es una sola!
¡No tenemos nada más!
¡Somos todos: la Humanidad!

Cuando la ames, sentirás un profundo regocijo,
y cuando veas a un ser caído:
¡Levántalo!
¡Por la Magia puesta en el Amor!
¡Por la Magia del Tómame en cuenta!
Por mí:
¡La Magia!
¡Por ti, convertido en Magia!
¡Y ayúdalo a levantarse!

Ese es mi mejor regalo,
en vez del agradecimiento que quieres darme,
¡Con el Beso!
Y aún más,
cuando borres de tu mente,
ese dañino aprendizaje de considerarte:
¡Que estas mal!
Y adoptes la posición existencial,
¡De que estas bien!
Y todos los demás también están bien,
solo hace falta ayudar a superar:
¡Sus zonas erróneas!
¡Que nosotros mismos se la ayudamos a crear!
¡Que la Humanidad también se lo ayudó a crear!
Al confundirlo con todas las instrucciones falsas que les inculcó,
pésimos aprendizajes, contradicciones, ficciones, engaños…

Me tengo que ir, pero siempre me seguirás teniendo,
¡Adiós!
Después regresaré, porque sé que:
¡Es muy difícil aprender a Amara a la Humanidad!
¡Aprender a Amar a los seres que antes despreciaste!
Cuando te sentías mal y considerabas que los demás estaban bien.
¡Es un esfuerzo que tienes que hacer!
¡Para convencerte que estás bien!

El hombre quedó deslumbrado,
al presenciar que la hermosa mujer,
¡Desaparecía lentamente!
Con la misma luminosidad de cuando apareció.
¡Impresionante!

Una gran paz invadió todo su ser.
¡Como si renaciera!
Convencido de que la Esperanza,
¡Nunca se debe perder!
Ella siempre abre una nueva vida,
con nuevas alegrías y estímulos,
¡Y con ganas de vivirla!
Y conducirla por el sendero de la Humanidad:
¡Te recuerdo que verdaderamente es lo único que tenemos!
Con la imaginación y la creatividad,
con el pensar y el razonar,
¡Con el Amar!
¡Buscando siempre el mejorar y el mejorar!
¡Y nunca descansar!
¡Buscando la perfección!
¡Todo lo vamos a lograr!
¡Con el Vamos!
¡Con el Ya!
¡Inmediatamente!





Nota: Este escrito continua en
Ensayo No. 25 y es un regalo para un ser valioso…

LA MAGIA Y EL HOMBRE
ENSAYO N° 24
(Primera Parte)
Jesús Riquelme Senra
23/05/2020

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